29 de noviembre de 2006

El ángel de la guarda

Mientras la veía agonizar en la cama de aquel hospital su corazón daba un vuelco y por sus mejillas sólo asomaban lágrimas. No hacía mucho que la conocía, ni siquiera podía recordar su nombre, pero sólo el brillo de sus ojos azules le hacía sentirse vivo. La chica apenas llegaba a los 20 pero era realmente hermosa, una obra maestra de la creación, un ángel, o eso le parecía a nuestro amigo. Ella chillaba mientras daba vueltas en la cama, no tenía fuerzas para hablar, el cáncer le estaba ganando la batalla y aquel día la muerte pensaba ir a buscarla.

El chico que la observaba al pie de la cama tenía 25 años, un pasado bastante turbio y era adicto a la cocaína. Antes de conocerla apenas valoraba la vida, sólo vivía esperando otra dosis más, era esclavo de su propia libertad. Esa adicción le había llevado hacía dos semanas a ese hospital y su curiosidad innata le había llevado una tarde a la zona de oncología, allí la conocíó, sentada en una silla del pasillo, su mirada perdida en el horizonte pero sin perder nunca la sonrisa, aunque esa sonrisa ocultaba todo lo contrario.Le pareció preciosa, una princesa y no pudo contener las ganas de entablar conversación con ella, de compartir penas, de sacar soledades a relucir y de tener la ropa de la memoria con la esperanza de que alguien le cogiera la mano.

Y así fue como empezaron a hablar de sus sueños, de sus fantasías, de su vida, la cual no había sido fácil para ninguno de los dos, los padres de ella habían muerto en un accidente de tráfico y no le quedaba ninguna otra familia, el había abandonado a sus padres a los 18 y no sabía nada de ellos, ella había tenido un novio que la había abandonado cuando le diagnosticaron el tumor, él perdió a su novia cuando empezó a querer más a la droga que a sí mismo.
La chica escuchaba muy atenta a nuestro amigo, eso le inspiraba confianza aunque no estaba acostumbrado, por fin alguien no lo trataba como un yonki más, sino como a una persona, una persona que necesitaba cariño, comprensión y unos brazos atentos que lo ayudaran a salir del laberinto.
Él escuchaba también a la chica, eso la hacía sentirse menos sola, por fin alguien la trataba como una persona y no como a una enferma de la que compadecerse.

Los encuentros se repitieron cada tarde, y los dos mantenían la esperanza de vivir gracias a aquello, cada encuentro era un soplo más de vida, un antídoto contra su enfermedad. Pero la chica cada día estaba más débil, su tiempo se agotaba segundo tras segundo, aunque cuando lo veía cada tarde los relojes se detenían y el cáncer se esfumaba, nada la hacía sufrir, nada. Entonces empezaron a necesitarse el uno al otro, necesitaban abrazarse cada tarde, necesitaban llorar el uno en el hombro del otro, necesitaban cogerse de la manon y subir a la azotea del hospital para ver anochecer, para soñar que escapaban juntos de la mano de aquel lugar de olor sombrío.

Nuestro amigo empezó a maldecirse a sí mismo, a los pies de aquella cama, porque sabía que ella no merecía aquello, ella no lo había elegido, sin embargo él llevaba años matándose, años destruyendo su propio mundo, años agotando la flor de su juventud y, aquella chica, por sabe dios que decisión de la naturaleza estaba agonizando sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo. Seguía llorando, no podía aguantar más, se había enamorado y la necesitaba para superar sus miedos, sus temores, para avanzar en la vida...
Ella sudaba y emitía quejidos de vez en cuando, él se acercó, le agarró la mano y ella abrió sus ojos, eran más azules que nunca, emitían un brillo especial que él nunca había visto, un brillo que lo llenó de miedo, un brillo que anunciaba el final de su vida.

La chica sacó las últimas fuerzas que le quedaban se incorporó en la cama y lo abrazó, nuestro hombre sentía que su corazón se derrumbaba, que le estaban arrebatando su único elixir y, entonces ella lo miró a los ojos y sonrió, el chico no se lo podía creer, después de todo el sufrimiento, después de estar en el lecho de muerte aún tenía fuerzas para sonreir, entonces supo que aquella era la mujer de su vida y se maldijo por no haberla conocido antes, ella cerró sus brazos en torno a él con la máxima fuerza que podía sacar en aquellas circunstancias y lo besó, después le susurró al oído que no estaría sólo, que ella cuidaría de él allá donde fuera, que si Dios existía, en cuanto subiera al cielo le pediría poder ser su ángel de la guarda. Le pidió que no se rindiera nunca, que viviera la vida como hasta entonces no lo había hecho, que se enamorara, que intentase ser feliz y no perder la sonrisa nunca. Entonces sintió que ella clavaba su cabeza en su cuello y la vida se le escapaba de las manos, ella exhaló el último suspiro y en aquel momento un caballo blanco con la parca encima se llevaba su alma.

Nuestro hombre lloró entonces más que nunca, no podía dejar de abrazar su cuerpo inerte, no podía dejar de amarla...
Aquella noche recordó sus palabras y sintió que alguien lo abrazaba, sintió que alguien caminaba a su lado aunque no pudiera ver quien era, sintió que alguien besaba su mejilla, que alguien guiaba sus pasos, sintió que tenía un ángel de la guardia. Salió del hospital aquella misma noche, fue a ver a sus padres y firmó el contrato de una nueva vida.

Aquel día murió un alma noble para acompañar a un alma perdida, aquel día se unieron dos caminos, aquel día nació un ángel y murió un demonio, aquel día las lágrimas dejaron por fin de perderse en la lluvia y, aquel día, la vida sonreia desde el cielo mientras unos ojos más azules que nunca miraban al mundo entre las nubes con una sonrisa en los labios.

"Dedicado a la memoria de Patricia, un ángel de la guarda que conocí, cuyas lágrimas escondidas cambiaron el mundo y su sonrisa mi forma de ver las cosas"

15 Comentarios:

  1. Gracias por tu visita y por tus palabras, un placer. Decirte que tienes un espacio precioso, lleno de sentimiento desde la primera hasta la última letra. Y te expresas muy bien, me gusta. Así que volveré más veces por aquí si me lo permites. Un saludo. Y un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  2. Si pudiera, esta historia la distribuiria entre todos los drogados.

    ResponderEliminar
  3. lo q menos me gusta de esta historia es q pueda estar basada en algo real.
    nadie deberia pasar por cosas asi nunca

    un besote

    ResponderEliminar
  4. dios que bonito... me dejas totalmente emocionada, y muy triste, para que mentirte.
    la maestría de algunas metáforas es innegable, te felicito Oski
    un beso enorme :)

    ResponderEliminar
  5. Buff, que de escalofrios he sentido mientras leia esto........Tremendo, de bien escrito, de sentimientos que afloran al leerlo, de duro, de bonito, de cierto........

    ResponderEliminar
  6. Nos empeñamos en aprender a vivir, pero nadie nos enseña a morir.

    Desgraciadamente, lo que nos muestras en tu relato es una realidad muy presente para miles de personas. Has sabido plasmarlo con mucha sensibilidad y buen hacer.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Sobran las palabras... La ternura de tu relato hace el resto.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. .................triste, pero contenta porque me pasaste a ver.
    Mis cariños para ti.
    MAR DE CHILE

    ResponderEliminar
  9. DOS SOLITARIOS QUE SE ENCUENTRAN Y VIVEN CON PASIÓN SUS BREVES MOMENTOS

    EXTRAORDINARIO Y CONMOVEDOR RELATO .

    ADAL

    ResponderEliminar
  10. Sencillamente hermosa la historia. Una tragedia de la vida real. me has hecho llorar, lo siento, pero ando muy sensible.

    Gracias Oshi por dejar tu huella en mi blog.

    Besos navideños.

    ResponderEliminar
  11. Me has dejado sin palabras y con las lágrimas a flor de piel... bella historia, bello tú ángel de la guarda... me alegro de que hayas vislumbrado la salida del laberinto... ¿Quien si no, sabio trobador, iva a encantarnos con su música y con la idea de que el mundo puede ser mejor?
    Muchas gracia spor tus palabras!
    Besos!
    Abrazos!
    Sueños!

    ResponderEliminar
  12. Trágico, tremendo, triste,emotivo...La soledad que anhela un sueño para sobrevivir y hasta el sueño le es arebatado...
    Luego la vida se levanta de las ruinas y es más fuerte que la nada; y la esperanza y el recuerdo la acompañan.

    Gracias por tu comentario en mi blog.
    Ha sido un placer leerte.

    Un abrazo OSKY

    ResponderEliminar
  13. Dime que no es una historia real... Preciosa historia, preciosa y llena de pena, mucha pena... Besos!

    ResponderEliminar
  14. Dime que no es una historia real... Preciosa historia, preciosa y llena de pena, mucha pena... Besos!

    ResponderEliminar
  15. Tristeza profunda, belleza extrema.

    Cuando dos almas se juntan existe la eternidad.


    Besos porteños.

    ResponderEliminar

¿Qué te ha sugerido lo que has leído? ¿Quieres aclarar algún punto? Añade lo que quieras, siéntete libre.