28 de junio de 2008

Laura

Hay veces que se tardan años en conocer personas que realmente merezcan la pena. Esas personas que siempre están ahí y te hacen reír cuando estás mal, te dan abrazos sin que se los pidas y se entristecen cuando te ven llorar hasta el punto de llegar a llorar contigo.

Escribir me ha reportado ciertas satisfacciones personales, entre ellas podríamos contar que he conocido gente maravillosa, de la que me enamoró un buen día su forma de escribir y con los que hoy mantengo una gran amistad.

Laura es una de esas personas. Por todos es sabido mi gran afición a los cantautores, en especial a Ismael Serrano, un buen día de tedio me puse a buscar bloggers que compartieran esta afición, casi sin darme cuenta llegué hasta un blog “Relatos, parte de una vida” y empecé a leer. Cuando fui consciente de que llevaba cuarenta minutos sin despegar la vista de la pantalla, leyendo y releyendo las entradas, algo en mi interior me dijo que debía conocer a esa persona que con tanto esfuerzo y sentimiento escribía aquellas palabras. Fue un amor platónico en lo que a lector-escritor se refiere.

Es entonces cuando empiezas a hablar con la enigmática escritora del blog y, te das cuenta, de que no eres tan raro como pensabas. Acabas de descubrir a una persona que comparte tus pasiones musicales, tus gustos literarios, que sufre, lucha y duda como cualquier otro. Mucho más cercana quizás de lo que jamás se puede llegar a imaginar. Y es entonces cuando tu gira da un vuelco y conoces a una AMIGA con mayúsculas.

Una amiga que aún sin haberla visto nunca se sentía tan cercana y cálida como cualquiera de las otras personas que te rodeaban. Una amiga que nunca te dejaba sólo, que nunca permitía que llorases y que siempre te dejaba su hombro.

A través de canciones podría escribirse una historia. Con todas las canciones que nosotros hemos compartido podríamos escribir una novela más larga que el Quijote. Pero sin embargo no hacerlo forma parte de esa magia que sólo pueden compartir dos amigos.

La distancia siempre es una mala consejera pero si he de ser sincero, Laura se ha esforzado mucho más desde la distancia que muchos de los que presumen haberlo hecho a mi lado. No hubiera podido cerrar ciertas heridas sin su ayuda, sin su apoyo, sin esos poemas que recitábamos y esos relatos que escribíamos, sin esos anuncios que grababa para ella tan sólo para hacerla caer al suelo de la risa.

Porque aunque parezca mentira he llegado a quererla y respetarla tantísimo como amiga, que podría decirse que es la mejor de cuantas he tenido nunca. Me resulta muy difícil escribir algo para la gente que aprecio tanto, queda en mí la sensación de que no soy capaz de expresar todo aquello que quiero y se merecen, pero al menos lo intento.

Y llegó el día en que mi mundo me ahogaba tanto que apenas era capaz de encontrar una salida, llevaba sin disfrutar de un día de los que estaba viviendo 4 meses largos pero Laura apareció en Madrid para cambiar esa racha.

El jueves desperté bien temprano y con cierto nerviosismo, me dirigí a la estación de autobuses y allí estuve esperándola.

En esos momentos uno no piensa en nada, o quizás si, pero el caso es que uno no es capaz de descifrar lo que está pensando. Tan ensimismado estaba en mis pensamientos que no la vi llegar y cuando giré la cabeza y la vi aparecer con su sonrisa y sus gafas de sol casi me sorprendí.

Ese fue el comienzo de un día genial. Recorrerse Madrid a pie y en pleno verano es una ardua tarea, porque las aceras parecen irradiar fuego y la camiseta se te pega al cuerpo de una forma infrahumana. Pero cuando vas en buena compañía y cada palabra se convierte en risa es difícil reparar en los pequeños detalles.

Me encantó verla sonreír, me encantó verla acompañada de su novio y verlos a los dos tan felices, me encantó que me hiciera sonreír, me encantó hacerla sonreír con mis payasadas.

Me encantó pasar el día en tan buena compañía y terminar otra vez en la estación de autobuses viendo a España ganar 3-0 a Rusia y rematando un día genial.

Podría hacer un resumen de todo lo que nos sucedió desde las 10 de la mañana hasta las 23 de la noche, hora en la que cada uno debió regresar a su casa. Pero esa es otra de las cosas que sólo pueden compartir los grandes amigos.

Que dure por siempre esta amistad.

Te quiero mucho Laura.

Un abrazo enorme.

Oski



NOTA: ¡En la foto parecemos personajes de cómic! Si alguien es capaz de explicarme el significado de cada una de las variables de la fórmula que figura en mi camiseta le estaría ampliamente agradecido (por si no se ve bien es la fórmula del llamado "Principio de Incertidumbre"de Heisenberg).

2 Comentarios:

  1. Qué homenaje tan bello y tan lleno de sentimiento :) Seguro que a Laura le gusta mucho.

    Hoy en día la distancia no es impedimento de nada. Lo sé por experiencia ;)

    Un beso,
    Mun

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  2. Ainsss, mi niñoooo!!!!

    Que decirte que no sepas ya, despues de tantos quesos compartidos y tantas chorradas.
    Me ha gustado mucho esta entrada en tu blog (woooo, tengo una entrada dedicada) y ya sabes que la mía está en proceso.

    Un abrazo, a 38 grados, desde tierras castellano-manchegas, y que sepas que no será la última vez que nos veamos, pero como vez primera, quedará grabada para siempre en un huequecito de mi corazón.

    Gracias por todo, eres genial. Te quiero canijo.

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