Pronunciar o ver escrito tu nombre
bastaba para hacerme temblar, pero no de cualquier forma, temblaba
como tiemblan los hombres que se sienten vencidos, derrotados de
tanta belleza, incapaces de pronunciar palabra alguna.
Así me sentía cuando al despertar te pensaba y el humo del café inundaba mi cocina. Entonces el café no sabía a café y las tostadas no sabían a tostadas. No conseguía concentrarme en el libro que me acompañaba al trabajo y a veces sonreía de mil y una formas absurdas, imaginando finales que por desgracia jamás tuvieron comienzo.
Quería encontrarte en los poemas y en
las pintadas que encontraba por la calle, quería encontrarte en las
canciones que escuchaba y sin embargo te encontraba en la espuma de
las cervezas que vaciaba intentando dar aliento a mi triste
inspiración. Por momentos lo ocupabas todo y yo no era capaz de
librarme de esa dependencia enfermiza que me incitaba a escribir
capítulos enteros en los que sólo había una protagonista.
Supongo que no quise ver las señales
aunque gritaran indirectamente “no me interesas” o “pasa de
mi”. Quería creer tus excusas, puede que incluso me las creyera un
poco hasta el quinto o sexto intento. Pero siempre me chocaba contra
la pared de tu inaccesibilidad. Llegó un momento en que ya no eras
mi objetivo. Eras mi reto. Mi reto a la desesperada, como el marinero
que cayó al agua y aunque ve que se aleja el barco y no podrá
alcanzarlo gasta todas sus fuerzas en el intento.
Y así tuve que aceptar que lo nuestro
sólo era mío. Duele más una historia que fracasa sin haber sido,
que las historias que fueron y fracasaron. Creo que sólo el ser
humano es capaz de sentir nostalgia de lo que no pudo ser y yo a
veces tiendo a recrearme inútilmente con mis historias dolorosas.
Pasó el tiempo y seguí perdiendo batallas, gané otras y te
desterré de mis letras, de mi inspiración y hasta de mi memoria
creyendo que eso bastaría. No podía estar más equivocado. Tu
recuerdo sólo estaba dormido, esperando que tu nombre olvidado en
algún recodo del pasado volviera a ser pronunciado, trayéndome otra
vez tus ojos verdes de gata, tu pelo rubio, tu perfume y tus versos
atormentados.
En cada foto te veo sonriendo como
siempre, hermosa como nunca, haciéndome caer de nuevo, robándome
otra vez suspiros y versos. Una vez escuché que convertirte en
literatura serviría para olvidarte, menos mal que no compré ese
remedio, habría tirado el dinero. Naciste para ser protagonista,
para estar en un papel y para ser recordada.
Y por eso te recuerdo, porque en el
fondo nunca he querido ni podido olvidarte. Porque aquella tarde ni
fuimos al cine, ni hicimos el amor, pero vi atardecer sobre tus
párpados y sobre Ópera. Fue la primera vez en mucho tiempo que
Madrid me pareció un lugar hermoso. Como tú, como yo, como nuestra
juventud. Como esa canción por escribir que lleva tu nombre. Como
aquello que ni siquiera fue.
Me has vuelto a dejar sin palabras..=)
ResponderEliminarIncreiblemente triste y precioso, como siempre, Oski. Consejo de la semana: haz que esto le llegue y si no se enamora... no te merece! Poeta! Una vez más te entiendo tanto, todos hemos pasado por ahí, (algunos a veces nos sentimos estancados ahí). Como dice la canción, que grande es es el amor y qué pequeños somos todos nosotros!
ResponderEliminarSaludos y abrazoooooooos! :)
Curiosamente, has contado, en el inicio del relato, una historia real de mi juventud. Me causó un tremendo dolor que el tiempo mitigó. Coincidir con ella por casualidad, en un Salón Internacional de diseño al cabo de varios años, fue la mejor cura que pude tener. De vez en cuando la recuerdo, pero ya sin dolor ninguno, como un algo más que ha pasado por mi vida sin pena ni gloria.
ResponderEliminarComo siempre, ha sido un placer leerte.
Un fuerte abrazo.
Estos son los textos que cuando uno le lee le da rabia no haberlo escrito él. El mejor que he leído. El que más me ha emocionado.
ResponderEliminarEres grande, Oski. Y estos textos lo demuestran, demuestran lo cerca que estamos de rompernos y lo duros que nos volvemos con cada herida.
Cuídate mucho.
No se aun muy bien porque, o a lo mejor si, pero este texto ha conseguido engancharme desde la primera letra hasta la última como muy pocos textos lo han conseguido...me he sentido muy identificada con esa sensación de regodearte en la nostalgia de lo que no sucedio.
ResponderEliminarRealmente hermoso y una vez mas una gozada pasar por aqui
Mi gussssta!
ResponderEliminarBeso!
Sin duda el amor, pero más el no correspondido porque lo idealizamos y no se desgasta con el tiempo, consigue traernos los más bellos recuerdos. Es inevitable pues sin duda es el más puro de los sentimientos.
ResponderEliminarLo que nunca ha sucedido siempre deja un hueco en tu cabeza y por supuesto, en tu corazón porque siempre te queda la duda de cómo hubiera sido. Quizás hubiese sido un fracaso o tal vez no, pero esa duda siempre quedará en tu interior.
ResponderEliminarEso es lo malo de lo que nunca ha sucedido y siempre quisiste que sucediera.
Un beso fuerte batatijo!
me encanto tu blog no estan anonimo como los otros un beso !
ResponderEliminarEs precioso.
ResponderEliminarMe quedo con esa idea de que duele más una historia que no llegó a realizarse, que una que se realizó y terminó. No podría llegar a confirmar esa comparación pero, sin duda, algo me dice que es verdad. Quizás cogería esa idea y la pondría en mi facebook, no sé si literalmente o escrita a mi manera, si no te importara y por supuesto, te mencionaría; yo siempre, algo que no es mío, procuro mencionar el autor ¿te importaría? No sé si lo pondría pero, si eso... No puedo, como te digo, confirmar la certeza de esa comparación pero, he llegado a alguna historia y promesa que, al final, no se llegó a realizar y duele mucho, como tú dices; quizás fue, porque no tuvimos ni siquiera la oportunidad de demostrar de lo que éramos capaces, a la otra persona y ni a nosotros mismos. Ni siquiera tuvimos el espacio para crear un éxito o un fracaso. Y eso último que dices, de las excusas que no queremos ver, pasa mucho. Uno no quiere aceptar, se crea esperanzas... Me ha pasado varias veces... también duele cuando al principio parecía que te tuvieran un interés y luego, poco a poco te van abandonando (soy experta en esto también). A veces pienso que la mayoría de la gente no sabe querer a nadie. Eso de escribir, no hará olvidar pero, creo que puede ser una terapia de descarga, siempre lo he creído así. Eso... y llorar, aunque se sea hombre, no pasa nada. Y bueno, qué le vamos a hacer, la vida sigue... debemos aceptarlo y procurar llenarnos de otras motivaciones día a día: lo mejor es mantenerse ocupado, quizás en algo que nos guste, huir lo más posible de aquellos lugares que nos recuerdan a esas personas y esperar a que algún día, tarde o temprano, alguien nos salve.
Un saludito y buen fin de semana y buena semana, en general.
La mayor genialidad: "duele más una historia que fracasa sin haber sido, que las historias que fueron y fracasaron".
ResponderEliminarLa mas pura de las ternuras:"tuve que aceptar que los nuestro solo era mío, como esa canción que lleva tu nombre....."
Oski ¿Qué puedo decirte? simplemente hay personas que no se encuentran en el momento adecuado, que solo mirar sin encontrar, que tan solo oyen, a lo sumo, escuchan sin sentir. No abotargues tus sentimientos de quimeras, de lo que nunca será porque nunca existió más que en tus pensamientos.
Cuando menos lo esperes, alguien cruzará una mirada, te regalará una sonrisa, y no podrás dejar de mirarla y entonces sabrás que es ella, y que existe en otro sitio, además de en tus sueños.
Me ha encantado y me he sentido tremenda y dolorosamente identificada.
Un fuertísimo abrazo. Cada día me conmueves más.
Ufff, he estado muy vaga y después de leerte, me arrepiento¡¡¡, porque hace días que tienes colgado tan magnífico texto y yo sin enterarme... Podrás perdonarme?
ResponderEliminarEsta historia es magnífica, emociona de principio a fin, en casi todos los momentos me siento identificada, unas veces como la protagonista, pues tuve una historia así, que aún colea y en otras ocasiones como la sufridora de amor o desamor, depende de como se mire.
P.D. prometo no volver a ser tan vaga. Un abrazo.
Las historias no acabadas pueden producir ese dolor, igual si pudiera empezarlas de nuevo, entenderìas que todo fuè una ilusiòn encadenada a tus sentimientos.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hermoso!!
ResponderEliminarabrazos
Antonia Mª
Precioso... demasiado reales ciertas partes del relato, aunque haya pasado el tiempo, hay palabras que aún duelen
ResponderEliminarbessos