10 de diciembre de 2012

Mi relato maldito

Sobre el escenario se apagaron las luces y se encendió el único foco que alumbraba el atril. Subí tembloroso, como siempre me pasa antes de leer delante de mucha gente. Tragué saliva y respiré profundo. Había ensayado una pequeña introducción días antes pero había decidido que era mejor no hacerla. Quién quisiera interpretar significados que interpretase, a fin de cuentas la historia era mía y de nadie más.

Dicen que la mejor forma de olvidar a una mujer es convertirla en literatura, pero aquella noche yo iba a demostrar varias cosas: la primera de todas y más importante es que quien fuera el que dijera eso no tenía ni idea de lo que era olvidar. Comencé con voz ronca y algo cansada, tenía la lengua algo pastosa por las dos cervezas que me había tomado y quizás me aceleré en el primer párrafo, me detuve un segundo a tomar aliento y levanté la mirada. No hay sensación más hermosa que la de observar al público, totalmente en silencio, mirándote y escuchándote. El brillo de sus ojos denota que has conseguido captar su atención y que están deseosos de saber más. Durante unos instantes te sientes la persona más feliz del mundo, aunque sabes que la herida del texto se abrirá de nuevo justo en el momento en que termines de leer.

Pasas al segundo párrafo y tu voz se calienta, aflora en tu garganta (y en tu memoria) la misma sensación que sentiste al escribirlo. La desazón vuelve a erizar el vello de tus brazos, el pulso te deja de temblar pero notas como el corazón se te acelera. Siguen cayendo párrafos, uno tras otro y tratas de poner énfasis en ciertas frases, evocas de nuevo su figura e incluso piensas que te observa. Intentas que a tus ojos no lleguen las lágrimas y quieres evitar a toda costa que te empiece a temblar la voz.

Has decidido leer para olvidar. Llevas años dándole vueltas a la idea de que lo mejor y más sensato es leer delante de mucha gente que no te conoce y que probablemente no volverás a ver en tu vida, creyendo que desde ese día el relato se volverá tan sólo un relato y que no dolerá tanto recordarlo o incluso volverlo a leer. Una especie de terapia. Una absoluta tontería.

Terminas de leer y el público guarda silencio. Tragas saliva y observas sus miradas, algunos han bajado la vista y otros han abierto la boca. De pronto alguien aplaude y el resto lo imita. Inclinas la cabeza levemente y cierras los ojos. El aplauso continúa más allá de lo previsto, te bajas del escenario y mientras te diriges a toda prisa hacia la barra para pedir una cerveza algunos te frotan el brazo como consolándote. Algún otro te da la mano y te dice que le ha gustado mucho. No sabes qué decir ni qué contestar. Aciertas a dar las gracias y a sonreír.

Llegas a la barra y pides la cerveza. Pierdes la mirada en la pared y al tercer o cuarto sorbo las lágrimas acuden sin ser llamadas. Ya está, lo has hecho. Has leído, se acabó, es mejor dejar de darle vueltas. Tu relato maldito ya no es tan maldito. Ella se ha ido con él en cada párrafo, lo has compartido y se ha esfumado. Al fin puedes seguir. Al fin eres libre.

Pero no lo eres y una extraña sensación te invade. La nostalgia se mezcla con la cerveza. Una rubia se acerca y te habla de literatura, dice que estaría encantada de leerte. Te explica cosas que no entiendes. Asientes a todo. Hoy no eres tú.

Echan el cierre al bar y muchos se marchan, los pocos que quedan dentro empiezan a fumar. La rubia sigue a tu lado. Hay unos momentos en que pienso que eres tú y que has venido a despedirte. Me agarras la mano y se me vuelve a erizar el vello. Me susurras al oído si quiero desayunar a tu lado.

Salgo del bar y miro la puerta mientras siento que algo se ha quedado dentro. La rubia me besa. Sabe a ron y a cigarrillos, a cama sin hacer, a nostalgia y también a despedida. La acompaño a su casa, y me quedo a dormir.
Al despertar salgo corriendo olvidando el relato en su mesilla. La luz del sol me ciega. Sé que el día no se hizo para los tristes. Y sonrío por vez primera en mucho tiempo. Alguien me llama por teléfono pero no lo cojo. Llego a casa y quemo fotos. Me sumerjo en una ducha caliente.

Y vuelvo a escribir otra vez. Supongo que mis letras no soportan tu ausencia, a fin de cuentas, muchas personas me vieron sin ropa, pero tan sólo mis letras pueden verme desnudo. Y necesito contarles que después de esa noche tú, que eras océano, pasaste a ser río, después charco y ahora tan sólo eres una gota de agua que de vez en cuando me resbala por la mejilla.



Imagen: "Poetry" by Anca


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22 Comentarios:

  1. Excelente relato Oskis,aveces la manera para dejar atrass el pasado en afrontarlo y hacerlo publico,esta descarga que compartes abiertamente hace que se vean las cosas desde otra perpectiva.
    Besines amigo y felices fiestas

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  2. Me encanta, me encanta, me encanta! O debería no gustarme?
    Todos tenemos relatos malditos...pero pocos saben narrarlos como tú!

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  3. muy bueno si señor.

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  4. Te voy a mandar un privado con un comentario más extenso. De momento, que sepas que has brillado mucho con este texto (por muy oscuro que sea) y si quieres guerra acabarás teniendo guerra.

    Un abrazo!

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  5. Tengo que decirte que este y los otros relatos de tu blog son muy buenos. Son como potentes imanes de los cuales es imposible desprenderse mientras emitan su atrayente carga energetica. Me marcho sorprendido de manera grata, y regreso siempre que pueda.

    Un abrazo Oscar

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  6. Ha sido una descripción magistral, de espacio y tiempo, pero sobre todo de sensibilidades, de sentimientos. Sabes? Me has dejado la piel de punta o los pelos de gallina, da igual(jijiji). La musa que inspiró el relato maldito, que se convirtió en gota, en ceniza, que se hizo pequeña mientras él se hizo grande, debería haber estado escuchando, así su gota se habría convertido en un océano de lágrimas. Un abrazo Oski

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  7. Y tal vez esa gota acabe siendo sequedad nostálgica.
    Es bárbaro. Debiste de quererla mucho.

    Un abrazo

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  8. Sólo puedo decirte que este relato es brillante, duro, certero, y que sabe trasmitir esa melancolía y resignación de vivir a pesar del pasado, y gracias a él.

    Eshe, te lo digo con todo mi cariño, esta vez Oski te lo ha realmente difícil.

    Cuídate.

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  9. ¡Es precioso! Me ha encantado. Sí, debes de tener una musa, una chica en tus textos, a veces lo pienso, pero eso... si alguien no es lo que pensabas o no hizo lo que esperabas, como me dijo alguien, hay que aprender a vivir con ello; al fin y al cabo, no se puede forzar a nadie. Si esa persona no te aprecia, pues por mucho que te cueste... aunque nos cueste deshacernos de ello toda una vida.

    Un saludito.

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  10. Tu relato maldito es realmente bello y ciertamente triste...Lo cierto y lo real es que sólo hay determinadas experiencias, determinadas emociones y determinados sentimientos que pueden arrancarnos momentos tan maravillosos, y desde luego, pocos pueden describirlos como tu..
    Un abrazo Oski

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  11. No se diluyen los dolores ni las ausencias escribiendo. Oski, pero es verdad que nos ayudan a suavizar ese vacío oscuro.

    Qué gran verdad, las letras son quienes de verdad nos ven desnudos.

    Besos

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  12. Todavía no he logrado crear un personaje que no esté basado en alguien que yo conozco.

    Maravilloso relato... en el que tú mismo eres tu propio personaje. ¿Filosofía unamuniana? ;) Aunque a veces no haya sucedido lo que escribimos... ha ocurrido de alguna forma, lo hemos vivido. Es la magia de escribir. Como dice una novela que me encanta, "A veces solo recordamos lo que nunca sucedió". Y todo se mezcla y...

    Genial :)

    Un beso!

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  13. Yo dejo algo para los demás si dejas de tocarme la patata. Es un texto muy bello y amargo, y de la terapia que supone escribir sobre lo que nos hace daño en el corazón.
    Un beso,
    Laura

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  14. Hola, hola! ^^ ¿Me he perdido de mucho? No sé que me pasó, no sé si fue porque prácticamente en este año pasé con mi computadora como almohada que ya no quería verla o es que no tengo inspiración... pero bueno, respeto a tu relato.... (iba anotando aparte lo que opinaba)

    hahaha cierto, pueden decirte mil maneras de olvidar pero no es lo mismo tratar de hacerlo...

    lo de que las personas no te conocen y no te volverán a ver... eso mismo digo yo! ¿verdad?

    Y al final, al final, me sorprendiste con lo bueno que terminó!!! (no cómo terminó la historia, sino las palabras con las que terminaste)

    y bueno, haciendo un gran esfuerzo, porque no puedo usar mucho mi mano en estos momentos.... te dejo mis saludos! :D


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  15. Es un relato genial, con un final sorprendente. Enhorabuena

    un abrazo

    fus

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  16. Magnífico relato Oski, diria que logras que sea posible la transformación de un libro en un sola hoja, en un relato de un interior tan profundo que no cabría ni en mil páginas, pero consigues que un relato contenga una fuerza narrativa superior.
    Sobre ese escenario, una persona, las palabras, el escribir, la apariencia y lo interno, la soledad.
    Es posible que el mar quepa en una copa.

    Eres un gran escritor no lo olvides!

    Un abrazo camarada

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  17. Historias de bares, amor y cerveza. Me encanta.
    Cada vez que escribes, y aún más si lo lees, te liberas, te vas haciendo grande, poquito a poco. Vas inmortalizando algunos sentimientos y pisando otros.

    Un abrazo

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  18. Supongo que el hecho de que me emocione al leer el relato es porque me siento muy identificada con él.
    Es necesario cerrar la puerta para poder cruzar al otro lado y avanzar. Si la literartura es ese amigo que te empuja a ese lado que no te atrevías a pasar, adelante.

    Un beote fuerte presi!!

    PD: ¿Cuántos patos han caído ya?

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  19. Sé que el día no está hecho para los tristes...
    Muchos me han visto desnudo,pero sólo mis letras me han visto desnudo.
    Hasta creo que yo también pienso eso.

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  20. La curiosidad me hizo salir de mi jardín para encontrarme con tu blog. Leí tu relato y me atrapó la fuerza de tus palabras y la veracidad de tus afirmaciones. Intensa historia que habla de olvidar liberando palabras al mundo. Pero tu lo dijiste, No se puede olvidar del todo cuando al final vuelves a caer en la misma tentación de siempre: volver a escribir. Me ha encantado, felicidades.

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  21. Oski ¡cómo te he echado de menos! No estoy segura si el relato me ha emocionado más por su contenido o por el tiempo que ha pasado sin disfrutar de tus pensamientos. De cualquier manera, es un placer volver aquí,este paìs de utopìas y colores carmesí. Un besazo enorme y gracias , siempre......

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  22. Me ha encantado la forma que has tenido de acabar el relato... Es una imagen "bonita" la que creas con esas palabras. Enhorabuena por escribir como lo haces.

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