23 de diciembre de 2013

Sus ojos se cerraron

Superar la muerte de un ser querido es siempre difícil, pero si hay algo peor que ese dolor, que se arraiga en tu pecho y te asfixia, es ver como esa persona se deteriora y se le agotan los segundos sin que nada puedas hacer nada para evitarlo. Eso es una auténtica condena.

Me he despistado un segundo esta mañana y Catalina se ha caído por las escaleras, no han sido muchos peldaños pero se ha dado un golpe en la frente y ha sangrado, cuando he ido corriendo a por ella tenía la vista perdida, vacía, y no se ha quejado, como si no sintiera dolor. Por suerte no se ha roto nada. Ayer no fue capaz de agarrar la cuchara y tuve que darle de comer, todos dicen que no me conoce pero yo noto algo en el brillo de sus ojos que me dice que sí, simplemente está ausente y sabe que nosotros la rodeamos. Los médicos ya calculan los días en que olvidará como se traga y temo el momento en que habrá que empezar a alimentarla con un tubo.

Ayer en el salón le enseñé los álbumes de fotos, los de nuestra boda, los de la boda de nuestros hijos y algunas fotos mucho más antiguas en blanco y negro de cuando nos conocimos y éramos jóvenes. He tratado de buscar una mueca en su rostro, que ha permanecido impasible todo el tiempo, después ha agarrado con dos dedos una de las fotos y se ha quedado así más de una hora. No he podido evitar llorar.

Recuerdo el día en que no reconoció a Mario y se puso a gritar y a tirarle cosas, fue de repente, estaban charlando y tras una pausa ella cambió su mirada y se asustó. Sabíamos que algo estaba ocurriendo, pero nadie había diagnosticado todavía su enfermedad. Mario se pasó esa noche entera y las dos siguientes sin decir una sola palabra. No asimilaba que su propia madre lo hubiera olvidado. Desde ese día Catalina no dejó de empeorar.

Poco a poco fue olvidando al resto de personas, llegó a olvidarse de su propio nombre y edad y se asustaba incluso con su propio reflejo en el espejo. No tardó en dejar de articular palabras y de valerse por sí misma. Costó mucho tiempo que dejara de asustarse con mi presencia.

Es cruel que la vida haga olvidar a una persona quién es y dónde está. Le encantaba cantar, siempre cantaba a todas horas, cocinando, limpiando, vistiendo a los niños, cuando leía, cuando íbamos a comprar o a dar una vuelta. Cantaba como un ángel, te hacía sonreír. Para ella la vida era una canción de Gardel que por desgracia ahora había olvidado. Y a mi ahora me faltaban sus canciones...

Me he negado a ingresarla en ningún centro a pesar de que todo el mundo me lo recomienda. “Ella no te reconoce”. “Es cruel que sigas en esta situación”. “No puedes ayudarla”. Pero aunque ella no sepa quién soy yo, yo si sé quién es ella. No la he olvidado y mientras la vida me lo permita estaré a su lado hasta que uno de los dos no tenga más remedio que marcharse. Desde el tocadiscos me llega ahora un rumor: “Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando, su boca que era mía, ahora no me besa más...” *
 
Y lloro como un niño y la abrazo. Y ella, aunque todos digan que es imposible, también derrama una lágrima con su mirada perdida y sé que me reconoce. 

Lo sé. 

Y algún día, en algún lugar volveré a escuchar su voz cantando y reiré de nuevo.

Imagen: "Caring for dementia" by Robert Carter

NOTA: Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas afectadas por Alzheimer va a triplicarse en el 2050, pasando de una estimación actual de 35,6 millones a 115 millones”.
La canción a la que se hace referencia es "Sus ojos se cerraron" de Carlos Gardel.

18 Comentarios:

  1. Desde luego, el alzheimer es una enfermedad muy dura, perder los recuerdos con la implicación que éstos tienen en nuestras existencias es muy triste, y tal vez la dureza resida más en la idea de que es tu entorno el que lo está viendo y no tú, pues desde fuera se ven siempre las cosas de manera distinta, y desde luego el sufrimiento de alguien que te quiere y te ha conocido sano mentalmente debe ser cuanto menos cruento y muy pero que muy doloroso. En cualquier caso, a cada uno nos toca lo que nos toca, y llegar a mayor no es un camino de rosas.
    Un abrazo Oski, una entrada muy sentida y bella.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un abrazo sofya, coincido 100% con tus palabras. Gracias por venir siempre.

      Eliminar
  2. Este relato me toca la fibra especialmente. Tremenda enfermedad que afecta a la cabeza del paciente y al corazón de los familiares. Por tus palabras, aunque sean en forma de relato, revelan que también tú conoces la situación de cerca...
    A pesar de la dureza, resulta un relato precioso.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leer Mónica. Es una enfermedad dura, creo que se dedican muy pocos medios económicos a su lucha y en vista de las estadísticas a alguno de nosotros, si llegamos a viejos, nos tocará sufrir.

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. precioso Oski, increible.
    Creo que debe ser una de las enfermedades mas dolorosas para una familia y para uno mismo, por suerte no he tenido que padecerla por ningun ser querido.
    Lo unico bueno es que al borrar recuerdos, borra también melancolía y me han dicho que de eso , tambien se muere.
    Un beso gordo. :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Visto desde esa perspectiva sí, supongo que de lo malo también te olvidas. Creo que como apuntaba algún comentario anterior, probablemente esta sea una enfermedad que padeces tú, pero que sufren los demás, supongo que no eres consciente de lo que te está sucediendo. Gracias por venir siempre.

      Un beso.

      Eliminar
  4. Maravilloso. Tal vez reconozco más de lo que me gustaría todo lo que describes en este texto ya que un familiar muy cercano padece esta enfermedad degenerativa tan bestialmente rápida. Ella no se llama Catalina pero casi. Su nombre es Avelina y es la hermana pequeña de mi abuela. Era, y a ratos lo sigue siendo, una persona super alegre. Ella no cantaba pero cocinaba y cosía como los ángeles (si es que éstos hacen algo de eso). Siempre que voy a verle la saludo con el mismo amor de siempre pero para ella cada día soy una persona diferente. Aunque me siga diciendo que no hay "niña más guapa en el mundo que yo".

    Parafraseándote, sé que algún día, en algún lugar volveré a escuchar su risa, sus batallitas, saborear sus riquísimos postres, y escuchar aquello de "niña no dejes de estudiar y trabajar. Que no te tenga que mantener nadie".

    HD :)

    PD:HoHoHo Feliz Navidad!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :-) seguro que sí, siento que te haya tocado vivirla en carnes propias.

      Un HD enorme. ¡¡Aunque debería ser DH!! jajajaja

      Eliminar
  5. Leyéndote me fue inevitable soltar una lágrima..

    Es difícil entender la enfermedad, y para algunos, difícil aceptarla.. Me toca de cerca, puesto que mi abuelo, casi mi padre en su día, ahora se apaga de poco en poco en una cama.. Y.. bueno..

    (:

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siento tu situación Salem y que mi texto te haya entristecido, ojalá algún día esta enfermedad sea algo del pasado.

      Un abrazo grande.

      Eliminar
  6. Voy a ver a mis padres a la residencia. Por el pasillo oigo a una abuela con voz lastimera gritar: "mamá, mamá"...yo lloro también como una niña...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una situación dura, te dejo un abrazo grande.

      Gracias por venir.

      Eliminar
  7. http://www.youtube.com/watch?v=Rj02LmHe20Y

    Sólo puedo dejar esta canción. Por desgracia me ha tocado verlo de cerca en mis abuelos y creo que es la enfermedad más inhumana que existe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este relato es antiguo ya, lo hice incluso antes de escuchar la canción de Suárez, pero he de reconocer que inevitablemente recuerda profundamente cada párrafo, lo cual demuestra que esta enfermedad va dejando historias de dolor similares por dónde pasa.

      Un abrazo grande, siento que lo hayas tenido que vivir.

      Eliminar
  8. Hola Oski, me dejabas unas sonrisas en mi blog, pero en este relato me he dado de bruces con el rostro de la tristeza. Sólo espero que ningún familiar tuyo tenga esta enfermedad, puesto que a veces, quienes escribimos, sacamos cosas de dentro que transformamos en ficción para que nos duela menos.

    Hoy es el día que puedo decir que no he rozado esta enfermedad, pero por las estadísticas que has puesto a pie de post... creo que librarla será una batalla dificil.

    tu cuento me parece que goza de una sensibilidad extrema y me gusta muchísimo.

    Un besazo y ¡muchísimas gracias por todo tu apoyo!! FELIZ 2014 !!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Laura, las estadísticas ponen los pelos de punta, sobretodo porque se podrían cambiar si se dedicaran más medios y más fondos para la investigación de la enfermedad.

      Un abrazo, feliz año.

      Eliminar
  9. Siento que te haya puesto triste, en vista de las estadísticas me temo que lamentamblemente no es fictio y alguien lo está sufriendo en estos momentos. Talv vez algún día esta enfermedad sea cosa del pasado, ojalá. Gracias por leer.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Los invito a ver y escuchar mi versión de Sus ojos se cerraron, de Carlos Gardel, al piano, aquí: Sus ojos se cerraron en piano solo

    Filmado en el Bolívar Hall de Londres. Piano de cola de la marca Steinway.

    Es parte del EP Gardel al piano

    Cordialmente
    Juan María Solare
    pianista

    ResponderEliminar

¿Qué te ha sugerido lo que has leído? ¿Quieres aclarar algún punto? Añade lo que quieras, siéntete libre.