7 de septiembre de 2014

Cuando todavía eras exclusiva

Debería dejarme llevar al escribir, vaciar totalmente mi mente y permitir que mis manos se muevan libres sobre el teclado de manera musical y rítmica. Pero por más que trato de hacerlo, al final, todo lo que escribo lo manejas tú.

Supongo que al final no fuimos más que otra mala historia con sabor a noche loca, como tantas otras que seguro hemos tenido antes, puede que tal vez te idealizara en exceso o que simplemente quisiera dejarme querer. Suena ridículo cuando ni siquiera sé si querer es un verbo que existe o sólo algo que queremos que exista, para no sentirnos tan miserables, tan solos, tan abandonados a nuestra propia suerte.

— Será mejor que no te hagas ilusiones -dijiste.

Y el que avisa no es traidor, pero joder, dime cómo no iba a hacérmelas cuando tu sujetador adornaba ya el suelo de mi cuarto y nos frotábamos con las ansias del que por fin creyó ganar una batalla.

— Si me enamoro huiré y no volverás a saber de mí, así que tú sabrás lo que haces.

Y yo me echaba a reír porque pensaba que bromeabas. Puede que no debiera hablarte de los sueños que me quedaban por cumplir y mucho menos incluirte en alguno de ellos. Pero ya ves, por aquel entonces no sabía hacer las cosas de otra manera ni separar lo físico de lo profundo. Hoy he comprendido que si hubieras sabido menos de la historia que me acompañaba, menos daño hubieras podido hacerme.

Y aunque me costó olvidarte más noches de las que hay en la canción de Sabina, al final dejaste de doler.

Me pregunto si llegué a dolerte, si alguna vez pensaste en mí y en la forma en que te marchaste. Si te arrepentiste. Si llegaste realmente a estar enamorada o eras adicta a los finales trágicos de película, para que cada una de tus conquistas no pudiera olvidarte y te incluyera en cada carta, relato o poema que salía de sus manos. Creo que si ese era tu objetivo lo conseguiste a la perfección.

Pero no me arrepiento, ni de tu marcha ni de haber sentido que quería que te quedaras para siempre. Ya ves, algunos no aprendemos nunca.

Ahora te veo en muchos poemas de muchos poetas tristes, tu reflejo lleva otros nombres, otra piel y concluyo, tras largas y profundas reflexiones con sabor a cerveza, que tal vez ni siquiera para hacer daño eras exclusiva.

Ojalá nunca leas esto último, porque sé que de todo lo que te he escrito, es lo único que va a joderte de verdad. Y ya ves, a pesar de todo, me sigue matando saber que lloras.

In bed by Sarah

18 Comentarios:

  1. A veces me quedo así, como ahora, sin palabras, en silencio....En ocasiones alguien consigue dejarme de esta manera,sin expresión posible, sin voz, pero sólo en ocasiones...Tal vez la profundidad de tu texto es la causante, creo que voy a disfrutar un rato de ese silencio, creo que volveré a leerlo porque me parece un texto bellísimo.

    Un beso Oski!

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    1. Si un texto consigue dejarte sin palabras es porque ha transmitido ese "puñetazo en el estómago" que a mí me propina lo que escribo cuando me toca dentro.

      Un beso, gracias por tus palabras.

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  2. Sorprendente final al no querer ni hacer el más mínimo rasguño. Donde hubo fuego quedan rescoldos.
    Feliz semana :)

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    1. Eso dicen, aunque a veces los rescoldos son tan pequeños que ni siquiera dan calor ;-)

      Abrazos.

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  3. Leyendo esto me pregunto ¿nadie es exclusivo o todos lo somos un poco? Tal vez tenemos de ambos y sólo depende del tiempo. Tal vez en ocasiones, somos exclusivos para un alguien y de repente esa exclusividad desaparece, y re-a-parece en cada rincón, torturándote y mostrándote que la exclusividad es relativa, y que a pesar de todo, siempre permanecerá un atisbo que te recuerda que existen "alguienes" exclusivos a los que no puedes ver llorar.

    Abrazos patunos :)

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    1. Una de cal y otra de arena, supongo que la exclusividad, como apuntas, es temporal, depende del tiempo, las circunstancias y la fase vital que atraviese cada uno. Aunque gente a la que nunca soportaría ver llorar...por mucho daño que te hayan hecho. En fin.

      Un abrazo!

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  4. Yo también soy experta en contar mis historias a las personas que siento que formarán parte de mí, pero luego se van y a mí me queda la nostalgia como única compañera. Nunca aprendo.
    Un beso!

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    1. Supongo que no se puede cambiar, forma parte de la personalidad de cada uno, aunque tengo la ligera impresión de que con cada derrota vamos cambiando las historias o las contamos con más miedo.

      Besos.

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  5. Una vez alguien me dijo que nadie era impresncindible.
    Supongo que para hacer daño, en verdad, tampoco.
    Hay deamisadas manos capaces de lo malo, como de lo bueno. Tantas manos para ahogarte como para salvarte. Quizás haya que dejarse atrapar por la adecuada.

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    1. La única persona imprescindible en la vida de uno es uno mismo, aunque siempre puedes rodearte de personas a las que no soportarías, ni querrías perder.

      A veces las mismas manos que salvan son las que ahogan y viceversa. Supongo que todo depende del momento.

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  6. Sencillamente genial, Oski. Ya sé que a veces soy repetitiva, pero es que quiero que se te meta en la cabeza (y en el corazón). Escribes de maravilla, porque sí. Porque siento todo lo que escribes, porque eres capaz de inspirar un día gris con tus pesares.

    Eres increíble, y aunque no te conozca, quiero decirte que eres el mejor juntaletras que me queda por conocer. Un abrazo desde Barcelona.

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    1. Gracias Marina :-) es díficil no sonreír cuando me dejas comentarios de este tipo, no sabes cuánto me alegra que mis palabras consigan calarte hondo, es mutuo.

      Seguro que pronto nos conoceremos :-)

      Un abrazo desde los madriles.

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  7. No fuimos más que otra historia, no fuimos más que otra historia, no fuimos más que....
    Deja de dolerme tan dentro... quiero decir, no dejes nunca de hacerlo.
    (En tu voz sonaba aún mejor).
    :)

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    1. Hay "dolores" curativos, espero ser ese ese tipo de dolor dentro de ti :-)

      Tal vez debiera volver a colgar audios de cada texto, pero me da tanta pereza, que prefiero que sea algo para unos pocos ;-)


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  8. Hay cosas que es mejor no aprender nunca! que más vale vida intensa que acorazada y no cambio ni un solo recuerdo por menos lágrimas en mi vida.

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    1. Opino lo mismo, hay recuerdos que aunque duelan, no los cambiaría, de todo se aprende, aunque a veces hubiéramos preferido no aprender ciertas cosas pero bueno, es ley de vida.

      Un abrazo.

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  9. Espero que salga de tu cabeza, o se vaya a otro lugar. Como haces con las palabras, que van a parar a los mejores lugares. Sólo queda desearle lo mejor, por hacer que ahora nos deleites con tus escritos.

    Saludos y ánimo!

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    1. Gracias Juan Carlos :-)

      A veces las derrotas se transforman en victorias, para eso sirve la escritura.

      Salud.

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