Algún día tendrás que explicarme
cómo se hace para volar sin alas. De dónde la sonrisa y la fuerza que
contagias. Por qué la brisa y el soplo de vida que regalas. Hasta qué lugar del
infinito alcanzan tus océanos y hasta dónde el olor a sal de tu presencia.
Tal vez quieras conocer la razón
de mi fracaso. El sabor de esta flor marchita que llevo caída en la comisura y
el desamor que lubrica mis engranajes. Y es probable que te mienta.
Puede que hagamos el amor como no
lo hicieron jamás en las películas, que tú seas mi avión con destino a ninguna
parte y yo todos esos trenes que siempre dejaste escapar. Puede que entre los
dos formemos un todo y que nos exploten las entrañas al mirarnos.
O que decidamos abrazar la locura y correr descalzos como
locos bajo la lluvia y nos sintamos más vivos que nunca. Que saltemos en los
charcos como niños traviesos y que por primera vez no temamos la explosión que
se aproxima.
A fin de cuentas, un big bang, siempre es el origen de todo.
Aunque también puede que por
miedo ni siquiera nos crucemos y mantengamos nuestras pieles bien lejos. Que decidamos
dejar todo esto en un simple choque de nubes y que al final tachemos otra
historia en nuestro cuaderno mientras fuera llueve una vez más.
Volar sin necesidad de alas alcanzando por unos instantes la felicidad.
ResponderEliminarUn beso.
Porque se puede volar sin alas, claro que se puede :-)
Eliminarbesos!
Es precioso, admiro tus metáforas y tus expresiones. Es increíble, de verdad.
ResponderEliminarGracias Marina :-) un honor que lo sientas así.
EliminarUn texto realmente hermoso. Y qué cierto.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por leer :-) besos!
EliminarUn texto deslumbrante, Oski, que me llena de imágenes sorprendentes la cabeza.
ResponderEliminarNo hay que dejar pasar tantos trenes. Vivir es un riesgo y amar y que te amen es meterte en la boca del lobo, pero ¿quien se resiste a esa aventura?
Un beso, poeta.