Sé que llevas dentro de ti los
escorpiones de la ausencia. Que te aguijonean con su veneno y se alborotan si
consigues ignorar su presencia. También cargas pedazos de sueños rotos, que te
cortan y te desangran las entrañas. Que te hacen recordar todo lo que nunca has
sido, todo lo que ya no serás.
Hay burlas antiguas en tu cabeza,
risas que te impiden cruzar los abismos de la derrota, miedos, inseguridades,
un terrible desierto lleno de pétalos marchitos, lágrimas y espinas que se te
clavan.
Hay pájaros negros que te graznan,
que te impiden volar a dónde tanto ansías, que tratan de sacarte los ojos para
que no exista el desafío.
Hay árboles secos y grietas en el
suelo, muchas grietas por las que caes y giras, y vuelves a caer y a girar y en
las que te duermes tiritando. Y en las que no quieres que entre nunca nadie.
Pero no olvides que también
tienes un corazón. Que late, que siente, que sueña, que sabe que no hay grito
más amargo que el que nunca rasga tu garganta y se queda dentro. Que hace temblar
los cimientos de lo que eres.
Un corazón que te dice que tú también
eres luz. Que todo pasa. Que ya nada es como fue y que no sirve de mucho mantener
las viejas armaduras que tanto pesan. Y que te lastran. Y corres aunque duele. Mueves
las piernas con todas tus fuerzas. Aleteas. Te alejas de lo oscuro, y buscas
colorear cada momento, llenarte de vida. Aunque no lo veas, aunque todavía no
seas capaz de sentirlo así.
Y fluyes, siempre has fluido como
el agua, siempre has sido una gota en movimiento que un día salió del océano y
cambió de estado, que volverá al mar
cuando lo necesite. Cuando necesite ser otra vez parte del todo.
Te observo desde mi galaxia en
movimiento. Desde mi pequeño planeta azul. Y sonrío, porque dejas vida en todo
lo que tocas, porque enciendes las estrellas que otros apagan.
Y aunque tú no lo sepas, es eso y
sólo eso lo que necesitas: corazón y no coraza, para salvarte y salvarnos de
todas y cada una de las guerras del mundo.
NOTA: El miércoles 25 de Enero estaré presentado mi poemario "Pasaporte" en Valladolid. Más info aquí.
A veces es necesaria esa coraza, ya sea por pequeña y dulce o por herida y dolida. Como sea, Benedetti y tú expresáis un mismo deseo que a veces es más un imposible. Pero por probar...
ResponderEliminarYo diría que todos construimos corazas. Pero a veces es necesario recordarse, aunque sea de a poquitos, que hay que tomarse las cosas menos en serio y aflojar un poco. Si no te abres, nada entra.
EliminarSalud!
"Y aunque tú no lo sepas, es eso y sólo eso lo que necesitas: corazón y no coraza, para salvarte y salvarnos de todas y cada una de las guerras del mundo."
ResponderEliminarWOOOW. Me ha encantado, Oscar. Me quedo por aquí leyéndote.
Un abrazo,
P.
:-) gracias por quedarte DosBichos. Aunque te respondo tardísimo a tus comentarios, me hace mucha ilusión tenerte por aquí.
EliminarAbrazos!
Cada vez que cae esa coraza, el corazón se daña... Por más que no quiera, necesito la coraza.... Un abrazo, Poeta 😘
ResponderEliminarMenos corazas y más cervezas mariniet! Jajaja.
EliminarUn abrazo!
Porque cuando te rompen el corazón luego te pones para protegerte una coraza, pero sos latidos en esta vida viviendo emociones.
ResponderEliminarFelicitaciones por la presentación de tu poemario.
Un beso.
Yo creo que a veces incluso antes de que esté la herida, ponemos la coraza. No es necesario que te rompan para protegerte, creo que la protección es innata en el instinto de supervivencia.
EliminarBesos.