Intenta construir cuando las
flores amanezcan pisoteadas en tu jardín, siembra de nuevo, riega. Ten
paciencia. No todos saben respetar tu planeta porque ni siquiera lo entienden,
es común sentir miedo por todo aquello que no se comprende. Y el miedo aboca a
la destrucción.
Intenta construir cuando el
rencor y los ataques gratuitos se vuelvan contra tu persona. Cuando la lava de
sus volcanes cubra todas tus islas. Cuando tengas que salir corriendo para
poder salvarte. Y perdona.
Construye cuando te falten manos
apoyándote y nadie crea en tus proyectos. Cuando quién traía viento te
traicione y sólo queden tempestades. Construye refugios anti-huracanes y no
dejes que el caos contamine tus raíces.
Construye despacio. Desde la
esencia. Y aparta todo lo que no construya contigo. Abraza el mapa de tu
cosmos. Vuelve a sentir que el niño que llevas dentro se vuelve loco por
pintar, que el mundo es un lienzo azul enorme y sólo hay que tocarlo con los
dedos para que aparezcan estrellas.
Construye y no destruyas. Porque
eso siempre te ha diferenciado del resto.
Ten seguro que siempre habrá
alguien que quiera destruir lo que construyas. Pero sonríe, porque cuando
edificas fuerte y convencido, no hay terremoto posible que pueda destruir tus
ciudades.
Y siente.
Porque no sabes vivir de otra
manera.
Tan fácil que es destruir...es una pena. Con tantas cosas que podemos hacer para mantener la esperanza.
ResponderEliminarSonrío también.
Saludos!