Apenas dos días después de mi cumpleaños, él me dejó, fue en un día lluvioso y gris, un día de un invierno especialmente duro. Fue sin más explicación, sin más sonido que el de una puerta que se cerraba y el de un coche arrancando. Así, tal y como se abandona un vehículo destrozado en un desguace, así me dejó, con la palabra en la boca.
Yo sabía que nunca volvería, que se había marchado lejos y para no volver y con él, no solo viajarían sus enseres y maletas sino también mis ganas de vivir. El hombre que se marchaba había vivido conmigo los días más amargos de mi existencia, había escrito cientos de páginas y bocetos junto a mí. Durante años fue mi única tabla para aferrarme cuando el barco de la vida naufragaba. Ese hombre era mi hermano.
Mis padres murieron cuando yo apenas era un bebé, mi hermano tenía por aquel entonces 15 años y lo que menos deseaba en el mundo era que nos entregaran a los servicios sociales, nos separan y perdiera el único familiar vivo que le quedaba, es decir yo.
Y así me cogió y huyó conmigo a cuestas, lejos de todo, soñaba mundos mejores, soñaba poder empezar de cero, sabía que no iba a ser fácil, sabía que habría muchas trabas. Pero tenía una gran deuda moral y esa deuda era que yo creciera feliz a su lado.
Pasaron los años y fui creciendo, vivíamos de aquí para allá, siempre itinerantes, siempre nómadas, ajenos al mundo que nos rodeaba, mi hermano fue mi único maestro, me enseñó más de lo que podría haber aprendido en ninguna escuela, más de lo que la vida le había dejado aprender a él. Y poco a poco supo suplir el hueco que mis padres habían dejado en mi mundo.
Pero llegó el día en que huir empezó a ser una condena, en que cambiar constantemente de lugar empezaba a convertirse en un suplicio, un suplicio que mi hermano intentaba apaciguar inventando junto a mi cientos de historias, historias que escribíamos y que contábamos allá por donde íbamos. Y así sin comerlo ni beberlo empezamos a vivir de las historias, a vivir de los cuentos, en ellos no existía la maldad, siempre había caballeros dispuestos a derrotar dragones y grandes reinos por conquistar.
La gente escuchaba con atención nuestras historias, vivía las aventuras y las hacía suyas, supongo que ellos, al igual que nosotros, necesitaban refugiarse en algo. Y así empecé a sentir que la vida no era tan mala a fin de cuentas, que se podía ser feliz con poco, que mi hermano era mi familia y que mi casa eran los cuentos que inventábamos.
El tiempo siguió pasando, seguimos creciendo y mi hermano enfermó, supusimos que sería un simple resfriado pero aquel resfriado duró semanas, meses y años…años que pasó tosiendo, años en los que a pesar de su enfermedad, no dejamos de inventar historias y de contarlas por los sitios a donde íbamos. Se negaba a acudir al médico, temía no poder seguir contando sus historias, esas historias que le daban la vida, como cada nuevo soplo de aire al respirar.
Pero un día, mi hermano ya no podía caminar, le costaba respirar la propia vida y decidí llevarlo a un hospital. Lo ingresaron y no tardó en llegar el diagnóstico, mi hermano tenía un tumor en los pulmones, un tumor que se había extendido y que estaba tan avanzado que ya no había solución posible. Apenas le quedaban semanas de vida…
Lloré, lloré al enterarme y lloraba cada día que pasaba sabiendo que podía ser el último de su vida, pero a pesar de todo, mi hermano decidió que no quería conocer su diagnóstico, no quería saber cuanto tiempo le quedaba, sólo quería seguir escuchando historias…
Y así cada tarde, me sentaba junto a su cama y le contaba cada día un cuento que escribía la noche anterior. Notaba como escuchaba con atención a pesar de que tosía frecuentemente, y, cuando terminaba mis relatos veía por su rostro que había disfrutado, que se había convertido en el protagonista de la historia y de que por un momento olvidaba su enfermedad.
Siguieron pasando las semanas y yo seguía contándole puntualmente, cada día una historia. Los dolores lo hacían llorar durante todo el día, pero cuando yo me sentaba a relatar, cesaban los llantos de mi hermano y en su rostro se dibujaba una sonrisa…
Me hizo prometer que nunca dejaría de crear historias, historias que conmoverían el corazón de la gente y que harían pensar en otros mundos posibles, historias de reinos encantados, historias de príncipes azules y princesas, historias de amores imposibles, de romances a la luz de la luna. Una vez finalizada mi promesa, me apretó fuertemente la mano, cerró los ojos y se durmió placidamente.
Las lágrimas afloraron por mi rostro, sentía que su luz se apagaba, que apenas quedaban días para que las moiras cortaran el hilo de su vida. Sentía que mi única familia estaba a punto de desaparecer, que el que durante toda mi vida había ejercido de padre y madre estaba a punto de decir adiós para siempre.
Y así fue…nunca más despertó de aquel sueño, pero por su rostro yo sabía que durante las horas que siguió vivo soñaba con aquellas historias y posiblemente creaba otras nuevas.
Apenas dos días después de mi cumpleaños, él me dejó, en su entierro leí una historia que él había dejado escrita. Acudieron cientos de personas, personas a las que nosotros antes habíamos llenado de historias y cuentos. La historia que leí, fue la historia de nuestra vida.
Uno de nosotros había muerto pero el que se marchaba seguía vivo dentro del corazón del otro contando historias. Miré hacia el cielo y podría jurar que lo vi sonriendo. En su epitafio sólo una frase: “Denme veneno para morir o relatos cada día para vivir”
NOTA: Este texto no está basado en hechos reales. Sólo tiene fines literarios. Es parte de mi participación como miembro del foro de "El cuentacuentos".
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5 de marzo de 2007
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Es un cuento muy bonito.
ResponderEliminarPrecioso comienzo, un cuento evocador... más que la historia son las sensaciones que destila. Precioso.
ResponderEliminarun beso.
Pd. Para una vez que escribes, no escribo yo :P
uf chiquillo la nota la podías haber puesto al principio, me tenias llorando como una magdalena jooo...pero a pesar de ello, muy bonito, aunque muy triste, besos su
ResponderEliminarTiene cierta cadencia como de canción, tu relato... :)
ResponderEliminarMe ha encantado el cuento, aunque yo no tenga hermanos/as me he metido en el papel de la historia, hasta el punto de llegar a emocionarme.
ResponderEliminarGracias por hacerme llorar, lo necesitaba ;)
Un besoOo
Me ha encantado, es una historia preciosa, en ciertos momentos me ha llenado de melancolía y de sentimientos de muchos tipos. No he publicado esta semana pero aún así lo intentaré, aunque tarde...
ResponderEliminarUn beso desde as terras meigas.
Muy bonito si seöor, y menos mal que no es real....Y enhorabuena por esa nominacion!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMUCHOIS, MUCHOS BESOS!!!
un poco triste pero muy bonito!!!
ResponderEliminaryo tengo una hermana y no puedo pensar que algo asi me llegue a pasar ...
besotes!!!
Un cuento muy tierno. Cuando pensaba que estaba leyendo el último párrafo "apenas dos dias..." aparece uno nuevo que redondea aún más la historia.
ResponderEliminarHa sido una forma muy bella de decir que las historias nos alimentan, que somos parte de ellas tanto como ellas son parte de nosotros, creación nuestra. Al crearlas nos creamos... Felicidades. Saludos cordiales.
ResponderEliminarBufffff qué historia más triste, pero es preciosa...
ResponderEliminarEl epitafio me encanta... resume todo un poco :)
Un saludo!!!
Me alegro de la aclaración final para que no quede espacio para dudas. Pues una historia emotiva, mucho. Me ha gustado. Un beso
ResponderEliminarGUAU!!! , QUE ALIVIO .
ResponderEliminarTREMENDA HISTORIA , MIENTRAS LEÍA DECÍA " NO PUEDE SER " Y SE ME PONÍA LA PIEL DE GALLINA .
TE FELICITO OSKI
UN ABRAZO
ADAL
Creo que es de las cosas peores que le puede pasar a alguien...Preciosa historia, llena de sentimientos...por cierto, tu blog me ha encantado
ResponderEliminaraiii haber avisado antes ya se me estaban escapando lagrimas por ti.. precioso cuento, es una magnifica leccion de vida.
ResponderEliminarbesos
Me ha gustado mucho mucho mucho. Sabes por que? Porque para mi las historias, los cuentos también son una parte muy importante de mi vida, y creo que si me pasara algo así no dejaría de escribir hasta el último momento. Me ha encantado como lo has contado, de principio a fin, enhorabuena ;)
ResponderEliminarEmocionante cuento.
ResponderEliminarBesitos.
me ha entrado un escalofrio.
ResponderEliminarA mi tambien me ha emocionado mucho tu relato, es como si lo leyeras delante del mar, con la cadencia de las olas, ni una palabras mas alta que la otra, si, añoro el mar, por eso me trae recuerdos amables y a veces triste muchos bessos
ResponderEliminarQUE MARAVILLA Y QUE TRISTE HISTORIA
ResponderEliminarME EMOCIONO MUCHO ESTA LLENA DE SENTIMIENTOS
TE FELICITO POR ESCRIBIR TAN LINDO
GRACIAS POR TUS SALUDOS EN LAGRIMAS
TE DEJO UN ABRAZO Y QUE ESTES MUY BIEN
BESITOS
BESOS Y SUEÑOS
He sentido la emoción de estar metida en una historia real ( la vida nos la da), gran alivio al ver que no era tu realidad.
ResponderEliminarFelicitarte por escribir con los sentimietnos a flor de piel.
Un saludo
Vaya muchos rostros familiares por aquí, insisto que peque es la blogsfera... pasé a leer y mira me agrado... vendré con más calma a leerlo demás ya en la mañana, ahorita ando en la madrugada, es que todo esto del cambio de ciudad es un caos para mi... saludos ;)
ResponderEliminarMe ha enamorao la frase del epitafio... preciosa Oski :)
ResponderEliminarUn besazo artista!
Creo que has conseguido arrancar una lágrima a más de un lector esta semana...enhorabuena, porque no es nada fácil :)
ResponderEliminarQué puedo decir. A mí también me la arrancaste.
Conmovedora historia, me gusta mucho tu estilo...
ResponderEliminarYo vine a decirte que en el día de hoy - 8 de marzo -
toda mujer espera,
a lo menos,
una sonrisa...
No olvides a aquéllas
que te rodean...
olie
Oski, que relato tan rico en palabras, que bello es recodar
ResponderEliminarAbrazo con muchos uffsss así me dejo la historia
Hola OSKI
ResponderEliminar¡Qué alivio! Envuelves con tus historias y parecen reales.Haces aflorar todo tipo de sentimientos..
Eso no es ficción eres un contador de historias mágico.
Gracias por tu paso por mi espacio,muy amables tus palabras. Será un placer saber que pasas por mi casita.
BESOS OSKI
Se me acumularon las lágrimas...y aunque es con fines literarios...te aseguro que puede ser muy real, también.
ResponderEliminarUno escribe...siempre de uno...
Menos mal que no estás tan solo!!!
Sabías que me llamo Elena, de segundo nombre?
Gracias por tus palabras...y...
Seguí escribiendo!!!
El mundo necesita hombres como vos!
Beso!
Ah!
ResponderEliminarFelicitaciones por la Nominación!!!!
Me firmás un autógrafo? :)
Me encanta tu estilo.. no creo que dejes indiferente a nadie;) Felicitaciones!
ResponderEliminarun beso
Que hermoso, como tu amable comentario en mi rincón, me llenastes de sonrisas de luna y captastes toda mi atención... simplemente gracias.
ResponderEliminarAbrazos
Precioso y conmovedor. Afortunadamente la explicación final me liberó el corazón.
ResponderEliminarGracias por el relato y por la visita. Echaré el ancla en estos mares.
Un abrazo
Una historia bastante bella, pero muy triste a la vez, parece que en ocasiones la tristeza y la felicidad fueran de la mano.
ResponderEliminarPor cierto, que bien escribes!
Un abrazo.
Creo que es la primera vez que me paso por aqui. Así que te doy la bienvenida aunque ya te he visto por el foro!
ResponderEliminarSobre tu historia que decirte, se me ha encogido un poquito el estómago. a mi estas cosas me llegan. Y aunque se me hace repetitivos muchos párrafos hay un semtimiento en ellos increible. el de seguir viviendo.
muchos besos. nos seguimos leyendo
Muy bueno tu cuento, realmente sentí lo que se podía leer, leí todo con absoluta atención y me llegaste a emocionar.
ResponderEliminarGracias por visitar mi espacio, espero que nos visitemos constantemente.
Un abrazo a la distancia, fraternalmente, Rafael.
Buen cuento, me hiciste llorar...
ResponderEliminarMe gustó tu blog, lo visitaré más a menudo...
Saludos!
un abrazo grandote y me encanto el psot, lleno de emotividad y de vida, gracias por compartirlo
ResponderEliminarEs una historia muy triste, aunque hermosa. Refleja el amor sincero, uno de los más sinceros que hay : el de la familia.
ResponderEliminarUn saludito.
Dios!! Es súper triste!!!! Me has hecho llorar, que lo sepas!!!
ResponderEliminarBesines de todos lo sabores y abrazos de todos los colores.
Jan.
Una preciosa y triste historia que te encoge el corazón, y te hace ver lo importante que es intentar vivir plenamente. Vivir lo bueno que hay en cada paso aunque el camino este lleno de heridas, también esta lleno de gente maravillosa que te da la vida.
ResponderEliminarUn beso infinito
Sólo tengo una palabra para tu relato... precioso.
ResponderEliminarAins que llantina más tonta me ha entrado joo.
Mi más sincera felicitación, me has emocionado mucho.
PD: Gracias por pasarte por mi espacio :).
En su epitafio sólo una frase: “Denme veneno para morir o relatos cada día para vivir”
ResponderEliminarWAo.. ese fin si me gusto mucho. Escoger la muerte a no estar aburrido, eso quedo bien.
Hermano, buen cuento este, mucha creatividad, a mitad pensaba si se trataba de ti y tu realidad, pero alfin veo que no, como quiera este cuento esta bien compuesto, con tremenda energia.
Cuidese bien, fue un placer pasar y leer esto.
es un relato magico y envuelve al alector, me gusto mucho!!
ResponderEliminarGracias por tus comentarios. Debo reconocer que se me han subido a la cabeza como un buen vaso de vino.
ResponderEliminarDel último relato te diré que, sobre el fondo de tristeza, emerge y se transmite energía y optimismo, amor y fé. Excelente. Parafraseando al poeta, nos inunda "la tristeza que tuvo su valiente alegría"
Te dejo un comentario disfrazado de gaviota:
el mar no recuerda ni olvida (¿contrasentido? sí, pero así es de singular) y, a pesar de ello cuando vuelves te reconoce.
Un abrazo
Emotiva, muy emotiva historia, ante la que es imposible evitar emocionarse.Muchas intrahistorias alberga, como la vida misma, luchas silenciosas, anónimas que de múltiples formas se agarran a la vida, entre ellas una muy hermosa, contando cuentos, leyendas, historias, el inmenso poder de las palabras.
ResponderEliminarGenial.
Un abrazo
triste, quizás... como todas las buenas historias :)
ResponderEliminarMe encantó, lleno de sentimiento, como a mí me gustan los relatos.
ResponderEliminarJo, qué bonito.
ResponderEliminarEn una semana donde también se ha ido alguien. No tan especial, pero sí ocupaba un huequecito en mi corazón.
Precioso.
Volveré por aquí.
Besos
Oski:
ResponderEliminarUna historia triste con un final triste.
Pero.. la vida muchas veces nos golpea así.
Las musas se han quedado contigo amigo.
Muy bellamente contado. Con una emotividad desgarradora sin caer en golpes bajos.
Te felicito. Eres muy buen escritor.
Saludos
Excelente relato, muy real, muy mágico. Al rostro de tu hermano en el cuento me lo imagine con el rostro del mío, de mi hermano.
ResponderEliminarTe traigos saludos.
ResponderEliminarCreí haber entrado hace dias y comentarte en este post.
Es una historia muy bien narrada, y además hace reflexionar.
Saluditos.
Impresionante. Me has dejado sin palabras. Espero algún día poder escribir una historieta que al menos la mitad de buena que esta. Escribes muy bien. Sigue así.
ResponderEliminarESTO ES UNA DE LAS COSAS MÁS BONITAS QUE HE LEÍDO EN TODA MI VIDA. NO TE DIGO NADA MÁS, QUE CREO QUE NO HACE FALTA... ;)
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