1 de abril de 2018

Ochomil

Quisiera tal vez apagar esta cabeza,
el gramófono desafinado de la autoexigencia,
verme vestido quizá de una bondad tan blanca
como la cima de alguno de los catorce ochomiles
despojado por fin del mazo de juez severo e intransigente.

Quisiera, no sé, ser tan sólo un búho
que se eleva en mitad de la noche,
apreciar los colores del viento que ahora no aprecio,
abrazar feroz y descarriado
la sabiduría ancestral de los árboles.

La ansiedad es un pura sangre que galopa desbocado
y hace de mi pecho su valle de pasto
aunque la química anule mis sentidos,
desearía, quién sabe, cambiar de lugar su abrevadero
convencerle de que aquí no hay nada que comer.

Podría a lo mejor ser violín y luego guitarra,
mover las cuerdas del universo
timbrar con armonía y alegre
dejar en el aire mi huella
atrapar el sonido que hace el silencio al romperse.

Y poder encontrar, acaso, respuestas
a todo aquello que no formulo por miedo,
que no consigo ni atrapo por miedo,
que no valoro por miedo
que abandono a su suerte antes incluso de haber nacido.

Inside by Gabrielle Ragusi

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