No sé si el calor de tus brazos será para siempre, o si
mañana vendrá un vendaval que nos deje sin todo lo que hemos construido. Desconozco
si serán los osos del viento los que vengan a desnudarnos y a cobrarnos peaje, ni
si podremos pagar.
No sé si tus labios seguirán temblando al rozar mis labios, si
seguirás respondiendo juguetona a mis caricias furtivas, si tu espalda querrá
seguir cobijando mi pecho.
Tal vez nos sorprenda la enfermedad del desánimo en medio de
esta batalla, y tiremos la toalla por miedo a seguir apostando. No sé si el
barro del camino hará que se hundan nuestros pies descalzos y si se
desdibujarán nuestros caminos.
Quizás mañana ya no nos parezca tan hermosa la lluvia
mojando nuestro cabello, ni seamos capaces de dibujar océanos en nuestras
pupilas. Puede que dejemos de inventar historias y planetas infinitos y ya no
nos creamos capaces de atrapar las nubes con las manos. Puede que quememos
calendarios y rompamos cartas. Que nos neguemos ante la certeza de otras bocas
y sucumbamos a la tentación de otras hogueras.
Puede, porque el mañana no está escrito.
Pero hoy tengo tu boca y tu espalda. Tu sonrisa traviesa de
niña, la infinitud de tu mirada, el eco dulce de tu voz. La caricia de tus
manos que acunan mis miedos y tranquilizan al lobo que siento dentro. La
paciencia. Las ganas de edificar mundos que sean sólo para nosotros. Las olas
que nacen en tu estómago. Las mariposas que bailan con el niño que no perdí y
que se abraza al latido de tus piernas. Los viajes a paraísos que nadie más
conoce. Las noches tiernas y las sábanas recién lavadas. Las horas que pasamos
buceando en nuestro centro. Los tesoros que encontramos y compartimos. El
segundero de un reloj con el que disfrutamos paso a paso de un ahora que se
torna magnífico, fuerte y necesario. La confianza. La libertad. La comprensión.
El perdón. Las canciones que improvisamos. La banda sonora que llevamos dentro y
que bailamos cada día. El ahora. Tan leve como un susurro. Tan fuerte como el
hormigón.
Y por primera vez no pienso en futuros ni en lo que vendrá,
porque nuestro ahora es lo único que tenemos y lo único que no nos queda grande
manejar.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te ha sugerido lo que has leído? ¿Quieres aclarar algún punto? Añade lo que quieras, siéntete libre.