28 de julio de 2008

Noche de lobos (Parte II)

Para la completa comprensión de este relato recomiendo leer antes: Noche de lobos I

“Íbamos caminando la muerte, tú y yo. Recuerdo que nunca agachabas la cabeza y te atrevías a mirarla a los ojos. Por donde pasábamos las flores se marchitaban y hasta los ratones huían despavoridos, pero nunca perdías la sonrisa. Sabías que hasta la muerte necesita amigos de vez en cuando y estabas dispuesta a entablar conversación con ella.

Le ofreciste tu mano, sentiste la suya tan huesuda y tan fría, que se te erizaron los pelos. Lo ví en tus ojos, cambiaron su color verde habitual, tan penetrante, tan distinto al verde del resto de ojos, por uno más oscuro, más vacío, más cansado.

Hablamos largo y tendido con ella, nos sentamos, sacaste una baraja y se la enseñaste. La muerte se quitó la capucha y dejó la guadaña a un lado, en el juego era toda una señora. Sonreíste y repartiste las cartas, pasamos varios minutos callados mientras cada uno observaba lo que el azar iba a depararle, hasta que al final ella rompió el hielo y comenzó la partida.

No sé lo que apostaste con ella, pero cuando perdió la última baza nos estrechó la mano en un gesto deportivo y se levantó.

-Tengo que irme –anunció. -Tengo asuntos que no pueden esperar –dijo mientras sacaba un reloj de arena casi vacío de un bolsillo. -Pero volveré. Ambos sabéis que la eternidad no existe y que todo termina cuando yo llego. Es el principio del final. Pero lo he pasado bien esta noche. Gracias.

Y tal como apareció junto a nosotros se marchó. Me miraste y volviste a sonreír una vez más, pusiste tus manos sobre las mías y ese gesto me llenó de tranquilidad.

¿A qué venía su visita? ¿Nos estaba concediendo algo más de tiempo a los dos?

Y de pronto el paisaje cambió y volví a estar sentado junto a tu cama en el hospital. Tenías el pelo empapado y tu cara estaba recobrando su color de siempre.

Entró un médico corriendo en la habitación y se asombró al ver que seguías viva.

-Esto no puede estar pasando…

Hasta yo lo pensé, cuando ingresaste te dieron 24 horas, asumirlo fue quizás el golpe más duro, cada minuto que pasaba era un minuto menos a tu lado pero tenía que ser fuerte para que no me vieras sufrir, tenía que mantener la entereza. No sé lo que pasó, ni sé si realmente jugamos aquella partida o simplemente todo fue producto de las ganas de que salieras de aquella, pero el caso es que sin saber cómo, estabas recuperándote de golpe.

Y saliste, vaya si saliste, con más fuerza y vitalidad de la que nunca tenías. Podría decirse que habías ganado 24 años más de vida.

Sin embargo, todo milagro tiene un precio, y ese precio fue no volver a verte nunca más. No sé lo que apostaste tú, ni siquiera sé si apostaste algo, pero yo si lo hice.

Ahora soy su esclavo y su lacayo. Soy un monstruo que nadie reconoce, un ser destructivo que me domina. Te escribo esta carta para que sepas que sigo vivo y que en ningún momento he dejado de pensar en ti.”


Un hombre con gabardina agarró la pata del tremendo animal que tenía delante suya y la mojó en tinta, después la dirigió hacia la carta que acababa de redactar y plasmó su huella en el final.

-Muy bien hermano, mañana mismo la enviaré –dijo doblándola cuidadosamente y guardándola en un sobre, después acarició con suavidad su lomo y la criatura ronroneó.

Ambos levantaron la mirada y vieron la luna llena asomándose. El animal empezó a llorar y a aullar lastimeramente. Sentía un profundo vacío en su interior y no lograba recordar porqué…

Quizás alguien deja de existir cuando no consigue recordar quien es.

NOTA: Éste relato se encuentra bajo una licencia Creative Commons ©. Forma parte de mi participación como miembro de "El cuentacuentos".



8 Comentarios:

  1. Pues me ha gustado tu historia, sobre todo como la hilaste con la anterior. El aspecto "benevolente" de la muerte, buena jugadora y todo eso, me recuerda un poco lo que yo he escrito esta semana, a lo mejor por eso me gusta jejeje
    bueno buena historia

    ResponderEliminar
  2. Increíble!! Simplemente increíble!! Quizá sea porque siempre me han cautivado las historias de hombres lobos, y esta va hilada junto con una historia de amor truncada en la que la muerte ha tenido mucho que ver, aunque no de la forma acostumbrada...

    Sigue así, porque puede salir algo muy bueno de todo esto...

    Besines de todos los sabores y abrazos de todo los colores.

    ResponderEliminar
  3. Quizás alguien deja de existir cuando no consigue recordar quien es.


    Esa frase es impresionante. No sé, para mi lo resume todo. Genial, genial.

    ResponderEliminar
  4. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. La tuya lo desmiente. Como Sara, también me quedo con la última frase "Quizás alguien deja de existir cuando no consigue recordar quién es"; pero también que con esa maravillosa historia de amor truncada. Una historia preciosa, de verdad.

    ResponderEliminar
  5. La entrada anterior me ha enganchado, no la había leido hasta hoy, y me ha gustado bastante, pero esta parte me descuadra. Encaja perfectamente claro que sí, pero los pactos con la muerte me pueden, quizás porque ya hay muchas historias parecidas, a lo que tb tengo que decirte que si la historia continua siempre se puede cambiar de opinión según como transcurran los echos.

    Así que seguiré atenta.

    1 besote

    ResponderEliminar
  6. "Másss, yo quiero quiero máss..de lo que tu me dáss..."

    Jaajajajajaja..ains.

    Bueno Oskito, ya sabes mi opinión porque ya te la he dado, pero como parece que tengo que escribirla aquí (caradeniñamala) y no tengo inconveniente pues ahí va mi crítica:

    Me ha gustado, ya lo sabes, y más que la primera parte. Me gusta que la frase que inicia el relato no sea a su vez el título de la obra, sino que la historia tenga su forma propia, independientemente de la frase que la encabece.
    Sabes que soy tu fan número 234293410342092304234091023802937, pero es que cuando te conocí ya llevabas tiempo en este mundillo. De todas formas, creo que me abro camino hacia la número uno y no lentamente (risitamalvada). Sabes que te espero por un rincón manchego para cuando usted guste.

    Un queso!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  7. Ja! ¿No decía yo la semana pasada que veía ternura en el "tremendo animal"? ¡pues aquí está la prueba! =D


    Me ha gustado muchísimo (aunque no sé si más o menos que la primera parte). Ahora... no hace ni falta que te diga que esto tiene que continuar, porque necesito saber:

    · Si la carta llega o no llega (bueno y cuando llegue lo que tampoco ha llegado, ¡avisa! :P)

    · Qué ha sido de la chica y su reacción al recibir la carta (porque la tiene que recibir)

    ·Y, también, qué más ocurre con los hermanos que visten gabardina y pelo natural! XD


    Todos los aplausos del mundo y 16 pares de besos, canijo!!! ;)

    ResponderEliminar
  8. Te felicito por la adaptación de la frase al hilo de la historia.
    A una primera parte de acción y escenario mas externo le opones ésta que nos revela el interior del protagonista,el sentido de su realidad.
    Muy buena killo! Un abrazo

    ResponderEliminar

¿Qué te ha sugerido lo que has leído? ¿Quieres aclarar algún punto? Añade lo que quieras, siéntete libre.