Tal vez sigo echándote
de menos y me empeño en negarlo. A ratos eres una espina clavada en
las huellas de mi tristeza, una canción que se me repite en bucle y
que silbo sin darme cuenta.
Recorro calles en las que
antes estuve contigo y se me llena el pecho de nostalgias, ocupas
demasiado espacio en mi memoria y a veces creo que no pronunciar tu
nombre cada mañana acabará por volverme loco, si es que aún queda
un poco de cordura en alguien de mi kilometraje.
Se me llenan los cajones
de poemas en tu nombre, aunque lleven el de otra y hablen de otros
brazos y otras ciudades; cada letra huele demasiado a ti. Me canso
hasta de cansarme y si te soy sincero no sé hacia dónde camino.
Qué absurdo resulta
dibujar tu silueta, esperar que aparezcas de pronto enamorada y dejes
de equivocarte con otros. Qué absurdas mis ganas de romper con todo
una y otra vez, mira que es gracioso guardarte el sitio en la cama
aunque siempre la tenga ocupada, qué estupidez tan grande
convencerme una y otra vez de que no te extraño.
Pero así son las cosas
supongo y, aunque ahora haya aprendido a valorarme más, no soy capaz
de aceptar que nuestros caminos no desembocan en el mismo mar. Puede
que en el fondo saber que dueles sea necesario para seguir cerrando
mis heridas sin olvidar que sigo siendo humano e imperfecto.
Me temo que no soy el único al que mis declaraciones de
guerra le siguen sonando a pactos de rendición.
Ay joder, pero qué tontería.
Ay joder, pero qué tontería.
Broken by Amai911
"Y que dejes de equivocarte con otros".
ResponderEliminarUn abrazo,
P.
Qué martirio...
ResponderEliminarSaludos.
Una invasión en toda regla, dolorosa guerra. Pero de las heridas aprendemos los humanos, como bien dices, imperfectos.
ResponderEliminarEn vez de con una moneda, te pago con otra canción (suena Zahara ♫): "Oh, te has traído el delirio y la ausencia".
Abrazos :)
Tal vez tontería, pero muchos la hemos sentido. No hay consejos, ni caminos que seguir, pero declarar la guera, y sólo en estos casos, no me parece una mala opción.
ResponderEliminarQuizá sea pretencioso pretender ser querido, creer que nuestra guerra importa a alguien más que a nosotros mismos, creer que como equivocación, somos mejores que los otros.
ResponderEliminarUn abrazo!
Supongo que cada uno necesita hacer su rodaje, y supongo que tu rodaje me parece jodidamente bonito y profundo, muy profundo.
ResponderEliminarAbrazos!!!!
Leer tus textos es como escuchar una canción de amor, de desamor, de tragedia y de drama, de humanidad, todo junto y mezclado, con una música electrizante y adictiva, como esa canción que silbas sin darte cuenta. Al final, en tus textos se repite un estribillo de dolor, tristeza y frustración, que hace que nos sintamos menos solos y más comprendidos.
ResponderEliminarVaya, que una vez más, es precioso leerte y escucharte.
Un abrazo Óscar, gigante.
¿Quién no se ha sentido alguna vez como en tu texto? El problema de los recuerdos es que nos invaden por todos lados y tenemos cajones llenos donde no hay armarios para sostenerse.
ResponderEliminarSiempre es un placer leer tus cajones.
Un abrazo.
Si no dejas de escribir tan bonito voy a tener que reconocer que hay personas a las que nunca se puede dejar de echar de menos.
ResponderEliminarNo es una carta de amor cualquiera porque ésta sí que es de amor.
Besazos!
¿Y si probás diciéndole a tu amada imposible lo que sentís y dejás la cama libre para que la ocupe ella?
ResponderEliminarA lo mejor, lo que no le gusta es ser la segunda en discordia.
Nunca entenderé este tipo de cartas en las que el/la destinatario no pueden adivinar que les están dirigidas porque llevan otros nombres y otras ciudades en el sobre de envío.
Ay ay ay.
Lu