Camino por esta ciudad
cansada esperando que las calles me devuelvan una mirada, que con el
eco de mis zapatos resuene tu nombre, pero sólo hay silencio y ruido
de ambulancias urgentes que transportan, quizás, un cuerpo herido
que no será el mío.
Levanto la mirada y veo
niños reír ajenos a la fatiga que supone pensarte siempre y a estas
ganas de huir. En mi buzón sólo recibo facturas y se me acumulan
las deudas de todos esos abrazos que no te doy.
Me entusiasma la idea de
encontrarte en cualquier bar y decirte lo hermosa que te levantaste
hoy, pero ahí está la misma camarera de siempre que ni siquiera se
parece a ti. Y en esta jaula que es mi pecho un pájaro ahoga para
siempre su canto.
Te escribo tratando de no pensar que
hace tiempo saliste de mi vida, pero es imposible y al final te
siento en cada línea que sale de mis manos, que nunca son las que
rozan las tuyas.
Mantengo la esperanza del náufrago que
espera que un día vengan a rescatarlo y, no sabe que tras el rescate
vendrá el abismo y nadie conoce la profundidad del fondo.
La soledad lleva tu nombre, por eso ya
no quiero estar solo. La compañía lleva tus apellidos, por eso ya
no quiero estar con nadie. Y al final, sólo tristeza.
Regreso a mi camino, la misma ciudad
cansada, el mismo ruido, el mismo corazón herido que busca en cada
calle el sentido que devuelve el ritmo a su latido.
Es que me encanta como escribes... es como una tarde de lluvia al brasero con un buen café con leche, así me haces sentir ;)
ResponderEliminarUn besote!
¡Vaya! Fenomenal. Enhorabuena.
ResponderEliminarTal vez algún día la ciudad vuelva a llamarse de algún modo.
ResponderEliminarPrecioso, Oski. Una maravilla volver a leerte.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
"Y al final, sólo tristeza."
ResponderEliminarQué grande y qué bonito.
Un maravilloso y triste poema de amor a ritmo de asfalto de una ciudad sin nombre.
ResponderEliminarUn pájaro que se ahoga en una jaula cerrada... sin más vistas al exterior que un recuerdo que lo envuelve todo y lo desnombra.
La verdad es que el desamor te carga la pluma, Oski, deberías dejar que se aliara con la esperanza y el olvido. Un combinado estimulante.
Un beso, poeta.
La soledad lleva tu nombre, por eso ya no quiero estar solo. La compañía lleva tus apellidos, por eso ya no quiero estar con nadie. Y al final, sólo tristeza.
ResponderEliminarMira que eres capullo.
Se me acaba de romper un poco el corazón.
Una maravilla en la que muchos nos sentimos reflejados pero pocos lo sabéis expresar tan dolorosamente bonito.
ResponderEliminarUn placer leerte. Siempre.
Qué difícil cuando de nuestras manos sólo salen líneas para alguien que ya nos ha olvidado. Llegué aquí por casualidad y me quedo, me ha encantado lo que escribes.
ResponderEliminarUn saludo
Qué musical es, sobre todo el último párrafo. A mi latido le has dado ritmo :)
ResponderEliminar¡Abrazos!