Puedes encontrarte con
ellos cualquier día de lluvia, son carne de bar o café pequeño, en
cualquier rinconcito apilan sus libros y preparan su sonrisa. Los
versos y canciones se visten de gala y esperan pacientes a que llegue
el público. Hicieron toda la promoción que pudieron, twitter,
facebook, instagram, su cartel ha pasado por todas las redes sociales
y acumula “me gusta” y “participaré” por doquier. Quedan
apenas cinco minutos para que se cumpla la hora prevista de comienzo
y en el bar solo hay algún despistado y los camareros; ni rastro de
la masa de público que las redes vaticinaban. El poeta mira su reloj
nervioso ¿y si no viene nadie? ¿y si pincho otra vez?
Decide salir del local a
hacer un par de llamadas para calmar sus nervios, al otro lado del
teléfono siempre una voz amable, “va a ir bien”, “ánimo”,
“vales para esto”. Pasan quince minutos más pero sigue sin
entrar público. El bajón moral empieza a hacerse visible. Golpean
su cabeza recuerdos, emociones, piensa por qué eligió dedicarse a
esto. Consigue animarse un poco.
Media hora después de la
fecha prevista llegan dos o tres conocidos, “no podía perdérmelo”,
“ya tenía ganas de verte” y el show comienza.
Sobre el escenario
batalla sus versos ante los privilegiados que asisten al espectáculo.
Lo ha preparado a conciencia, un repertorio cuidado, emociones a flor
de piel. El público lo vive, hace fotos, las sube a las redes. Al
terminar felicitaciones y consuelos “es un día díficil”, “está
lloviendo”, “hoy había fútbol”. Con suerte venderá un par de
sus libros y recibirá diez o veinte euros. Cogerá sus libros y se
irá a casa pensando que su sino pronto cambiará, aunque se siente
satisfecho con su trabajo, algo apena su alma cada vez más cansada.
Y pasarán los días
hasta el siguiente recital y volverá a ilusionarse. Porque habrá
otro y otro. Incansablemente. Porque el amor al arte consiste en
seguir haciendo lo que te nace dentro. En soltar lo que te arde y en
que llegue a alguien, que lo haga suyo, que le sirva como bálsamo o
relato de vida.
Y sonríe. Pensando en la
próxima reconversión que hará tal vez que su rumbo cambie.
Expertos en el arte de renacer, de reconstruirse de sus cenizas.
Porque ellos conocen un secreto que otros no. En locales vacíos han
visto ojos brillar llenándolo todo. Y esa luz, es siempre, la que
mueve un oficio sólo apto para los locos. Pureza. Arte. Poesía.
Música.
A todos los creadores de letras y canciones que pese a las tormentas siguen lloviendo en cada escenario.
Una cita de F. Pessoa, de mi libro preferido:
ResponderEliminar"¿Por qué es bello el arte? Porque es inútil. ¿Por qué es fea la vida? Porque toda es fines y, propósitos e intenciones. Todos sus caminos son para ir de un punto a otro. Ojalá hubiera un camino hecho desde un lugar del que nadie parte hasta un lugar al que nadie va".
Cuando te he leído me ha venido a la cabeza.
Me ha gustado mucho la entrada :)
Maravilloso!!!
ResponderEliminarY aunque fuera haga fútbol...
ResponderEliminarAl menos el poeta ha encontrado un pequeño sitio suyo, un refugio propio.
Un abrazo!
me gusta tu texto es maravilloso tiene magia y eso es lo importante lo que dejaste en mi su sabor
ResponderEliminarPara gustos las pasiones y cuando algo apasiona no hay local vacio que pueda resistirse a los encantos de esa persona que apasionada en un garito solitario, hace lo que más felicidad e ilusión le procura, incluso con esa felicidad puede hacer feliz a otros, a los cuatro gatos que le están escuchando, por ejemplo...¿Quién quiere llenar locales si consigue llenar corazones con el desempeño de su pasión?
ResponderEliminar¡Viva el arte como pasión de los artistas y creativos en general y en concreto!
Abrazo!
Amén
ResponderEliminarPues eso.
ResponderEliminarTu hermoso texto lo cuenta con mucha poesía, Oski, he estado muchas veces y estaré en ese otro lado temiendo ser la única espectadora. Sintiendo la desazón y el desencanto del creador ahito de "me gusta" virtuales y otros halagos cuando no le salen las cuentas.
ResponderEliminarAl final siempre ocurre que vale la pena no habérmelo perdido, y que a lo mejor faltan espectadores interesados, pero sobra arte, vocación y locos que siguen soñando y haciéndonos soñar.
No entiendo la vida sin la emoción que me procura el Arte en un lado o al otro.
Aunque ahora prefiero estar fuera de foco, ya no me interesa trascender. Requiere demasiado esfuerzo que prefiero dedicar disfrutar mientras creo.
Muchos besos,
No se puede describir mejor. A pesar de los obstáculos, las dudas y la desilusión que a veces son inevitables...siempre existe esa palabra, esa mirada y ese empujón que hacen brotar con más fuerza los porqués de esta pasión
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