Las páginas son cortinas tras las que me escondo de la vida

Érase una vez...así empezaban todas las historias en aquel viejo libro, todas y cada una de ellas, porque era principio y fin de muchos cuentos y muchas vidas...

Cuando Jack lo encontró tenía la mitad de sus hojas vacías, sin escribir, naturalmente pensó que se trataba de un error de imprenta pero pronto descubriría lo equivocado que estaba.

Empezó a leer las primeras páginas con avidez interesándose por las historias que aquel tomo contenía. La primera de todas ellas narraba la muerte de una prostituta en los barrios bajos de su ciudad, la segunda un accidente en la autopista, la tercera un parricidio, la cuarta un suicidio...así poco a poco descubrió que aquel libro solo contenía historias de desgracias.

Lo arrojó a un rincón decepcionado, no era lo que esperaba, esperaba encontrar aventuras épicas, historias de príncipes azules que rescataban princesas, historias de detectives con grandes casos por resolver pero no desgracias, en ningún caso desgracias, para eso ya tenía el mundo que lo rodeaba. Se sentó cansado en su sofá y encendió el televisor, comenzó a hacer zapping hasta que encontró un canal de noticias y se quedó viéndolo un rato. La primera noticia hablaba de una prostituta asesinada en los barrios bajos, la segunda de un accidente moral en la autopista, la tercera hablaba de un chico que trastocado por esta sociedad había matado a sus padres y después se había suicidado...recordó las historias que acababa de leer en su libro pero pensó que solo era casualidades, siguió viendo los detalles de cada una de las noticias y cada vez sentía más y más pavor, el libro las narraba con la misma frialdad con que habían sucedido. Siguió pensando que solamente eran casualidad, que aquello no estaba sucediendo, quizás había bebido más de la cuenta y todo lo había imaginado.

Volvió a coger el libro para releer las historias, lo abrió por la primera página y comenzó a leer pero para su sorpresa ya no estaba la misma historia que antes, ahora el libro hablaba de una mujer que se ahogaba en la piscina, de un atraco a un banco con un tiroteo en el que morían varias personas...volvió a tirar el libro a un rincón. No sabía lo que estaba pasando, pensó que se estaba volviendo loco, que tenía que dejar de beber porque le estaba afectando seriamente a la razón. Se sentó nuevamente y puso la radio, empezó a buscar emisoras y se detuvo en una de noticias que hablaban de sucesos de última hora...una mujer moría ahogada en una piscina, un atraco a un banco se había saldado con varios muertos y...Jack apagó la radio, no podía ser, aquello no podía estar sucediendo. Cogió de nuevo el libro y volvió a abrirlo pero para su sorpresa estaba en blanco, no había nada escrito. Un sudor frío recorrió su frente cuando de repente empezaron a aparecer letras en el libro, esta vez contaba la historia de un hombre que enloquecía...

Tiró el libro contra el rincón y se dirigió a toda velocidad hacia la ventana, ni siquiera la abrió, se lanzó de cabeza rompiéndola y cayendo al vacío...el libro terminó de escribir sus últimas letras... "Érase una vez un hombre que enloquecía al leer un extraño libro plagado de desgracias y saltaba por su ventana, arrojándose al vacío".

Al día siguiente la policía inspeccionó su casa buscando signos que lo hubieran conducido al suicidio no encontraron nada de utilidad, pero uno de los agentes más modernos encontró un libro con las páginas en blanco, un libro que llamó su atención y que se llevó consigo. La maldición seguía una vez más su macabro curso.

Nota: Este relato forma es parte de mi participación como miembro de "El cuentacuentos". El título lo he tomado prestado de la letra de la canción "Habitación a oscuras" de Pablo Ager incluida en su album "Durmiendo en azoteas"