21 de agosto de 2008

Un sólo ser...

Cierta vez, en un momento de llanto, alguien especial me contó por primera vez la historia de la media naranja.

En los primeros albores del mundo los hombres vivían en armonía, tenían cuatro brazos y cuatro piernas, eran bellos por dentro y fuera, tenían un único corazón y un alma. Vivieron así por mucho tiempo, un tiempo en que los dioses eran felices.

Sin embargo llegaron tiempos oscuros en que la envidia, la avaricia, la violencia y la desesperación gobernaron a los hombres. Los dioses horrorizados ante la imagen del nuevo mundo pensaron en destruirlo, sin embargo encontraron un castigo mucho peor que la muerte. Un castigo que los marcaría de por vida pero que sin embargo podían remediar si lograban encauzar sus actos hacia el bien.

Pasó la noche y al amanecer los hombres despertaron, pero ya no tenían cuatro piernas, ni cuatro brazos, sus cuerpos se habían dividido en dos partiendo sus corazones y almas a la mitad.

-Sólo si buscáis incansablemente conseguiréis ser felices. –y esa fue la última frase de las divinidades.


Por ello se dice, que nuestra media naranja vaga en algún lugar del mundo y, que estamos destinados a encontrarla para unir nuestras mitades de corazón y alma y volver a ser un único ser, alcanzando con ello el perdón de los dioses para toda la eternidad.

No sé si esta historia será verdad, lo único que sé es que somos seres incompletos, seres que vagan por el mundo intentando encontrar ese pequeño hálito de voz que nos diga que no todo está perdido.

Yo sé que en algún lugar esa media naranja existe, y lo sé porque la siento cerca aunque esté lejos, porque la ciudad se congela en pleno verano cuando no estoy a su lado, porque no existe más brisa que la que su aliento puede proporcionar.

Tan cerca y tan lejos y aún así soy capaz de oler su perfume, de imaginar sus sonrisas, de saltar al vacío teniendo la certeza de que ella no me dejará estrellarme contra el suelo. A veces, de madrugada, cuando la ciudad duerme en calma, soy consciente de que vivo rodeado de gente, pero aún así no consigo dejar de sentirme sólo. Siento solamente medio corazón, mientras que el otro medio vaga en algún lugar, quizás durmiendo en otros brazos, echándome de menos, como yo ya hice antes.

Traté de huir, no sabiendo bien de que ni hacia donde, ni siquiera sabía si volvería, pero huir no cambió nada, porque por dentro sigues con los mismos miedos, las mismas dudas. Miedo a quedarte sólo, miedo a rendirte o a perder las fuerzas, a derrumbarte y no ser capaz de levantarte…

Es en estos momentos de máxima duda existencial cuando se abre la luz al final del laberinto y suceden pequeñas cosas que cambian el rumbo de tu barco. Pequeñas sensaciones, pequeñas sonrisas que consiguen paliar el dolor y, de repente es como si nada importase, como si hubieras sido capaz de encontrar la última pieza del rompecabezas.

Quizás sólo sean eso, sensaciones, impresiones, escudos para paliar el dolor, pero algo te dice que nunca te has sentido así antes, que nadie ha conseguido dejarte sin aliento de esa forma, porque, como todos sabemos, la vida no se mide por las veces que respiras sino por aquellos momentos en que te dejan sin aliento.

Y yo perdí el aliento junto a la orilla y, todavía hoy, me sigo preguntando si encontré a mi media naranja, o si tan sólo conocí a una persona que conseguía ver más allá de lo que sus ojos le permitían. Una persona que encontró la llave de un corazón, que años atrás fue arrojada al mar.

De momento, lo único que sé, es que sufro cuando ella sufre, lloro cuando ella llora o me río cuando ella tiene ganas de reír. La vida trazará caminos imposibles que posiblemente no me conduzcan a ella, se irá depositando el polvo en los rincones y el olvido hará mella. Pero yo sé que es imposible olvidarla, porque tatuó su nombre en mi corazón desde la primera vez que hablé con ella y parece que fue ayer cuando un último abrazo nos separó.

Quizás el destino nos de una última oportunidad y podamos volver a abrazarnos, quizás no. Ahora algunas de mis lágrimas mojan el teclado mientras escribo y, pondría mis manos sobre el fuego, a que eso es exactamente lo que a ella le sucederá si llegase a leer estas líneas. No son lágrimas de tristeza, tampoco de felicidad, quizás sean de resignación, quizás…



8 Comentarios:

  1. Oski eres la acojonante, lo has conseguido, me has enganchado, ahora solo puedo esperar a que sigas asi y nos des nuestra dosis de metadona (en forma de post, no pensemos mal). Bueno un saludillo y ya nos veremos.

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  2. Cuanta razón tiene eso de que somos seres incompletos... No sé si será verdad que existe esa media naranja, pero lo que creo es que muy pocos la encuentran. Seguramente te enamorarás de alguien, pero nunca conocerás a la persona que debería haber sido para ti. Que irónico resulta todo. Un beso

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  3. pero si ya la encontraste capullo

    soy yo

    te quiero!

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  4. Jajajaja ains topete como se te va la olla.

    A ver si me paso por Opencor a reclamar alguna garrafa de 5l de coca-cola o similar que como sois del grupo poderoso teneis que fabricarlo para quien lo pida.

    Fin.

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  5. Pues llevas razón. Hay alguna que otra BSO que me ha llegado bastante (y aunque suene raro, sobre todo las de Disney) Así que a ver si un día saco tiempo (estoy ahora con los preparativos de la universidad, que me queda poquito) actualizo. Si no, me esperaré a estar ya en la resi de la universidad y allí con calma y en un esperado portátil nuevo propio lo haré.

    Un beso

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  6. Oski, no te quepa la menor duda de que, si realmente es tu media naranja, volveréis a juntaros.

    Esa historia ya me la sabía yo, aunque mi versión es distinta. Te la cuento:

    Hace mucho tiempo, las personas que habitaban en este planeta tenían dos cabezas, cuatro piernas y cuatro brazos, y estaban unidos por un solo corazón. Los dioses, al ver que estos eran muy fuertes y podían luchar contra ellos y vencerles, desataron una tormenta que desencadenó numerosos relámpagos. Cada relámpago fue separando a las personas, dejándolas con una sola cabeza, dos piernas y dos brazos, y con sólo medio corazón.
    Desde entonces, cada habitante de este planeta se dedica a buscar a su otra mitad, para formar juntos una sola persona, la que formaban antiguamente.

    Me alegra que te haya gustado mi blog, también puedes pasarte por los otros dos que tengo. Mis reflexiones es un blog donde expreso mi opinión sobre cualquier tema que me llame la atención, y "Vamos a imaginar" es todavía un proyecto de blog, pásate y descubrirás lo que quiero hacer en él. Si estás interesado en ayudarme, avísame y estaré encantada de que colabores conmigo.
    Un saludo,
    Sara.

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  7. hola, vi que te pasaste por mi blog, y me acerque por aqui a ver que tal, de momento he leido este post mientras sonaba el concierto de aranjuez por paco de lucia y me he quedado bastante tirado, supongo que es por que si lo que cuentas es experiencia se nota, porque aunque no se deja ver mucho huele a la hiel que te ha quedado dentro. La palabra resignacion, asi es, saber, que es ella, que es la unica que llego tan adentro, y que ahora solo se va enterrando en el dia a dia, en el suyo y en el tuyo, asi es tal cual me pasa a mi, y parece que a ti. Voy a ir leyendo algo mas por aqui, estamos en contacto, encantado de haberte encontrado, un saludo!

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  8. Ya... y la verdad que no sé porque se llama Soledad, si al final, es la que siempre se queda. Un beso Oskar

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