“Las palabras llegaron, como si tal cosa, cuando dejó de buscarlas. Ese, y sólo ese, fue el comienzo de la historia que os voy a contar.”
Empezaba a anochecer. A través de los amplios ventanales del café “El fénix”, donde me encontraba sentado en una mesa, se podía observar la incesante rutina de la ciudad.
A esas horas había pocos clientes en el local. Un hombre con traje gris se apoyaba en la barra mientras bebía regularme de una copa de whisky, a juzgar por el color del líquido que contenía y las muecas extrañas que dibujaba en su rostro tras cada trago. Junto a una tragaperras, un segundo hombre no hacía más que perder moneda tras moneda mientras enrabietado golpeaba de vez en cuando la máquina, esperando que le devolviese su sueldo perdido.
Gente sin valores, deshechos de la sociedad se daban cita en aquel local regularme. Yo no acudía mucho, pero el ron de garrafón a dos euros y medio la copa bien merecía la visita.
Un hombre con sombrero abrió la puerta del local. El ligero tintineo de un par de campanitas que colgaban del marco anunció su llegada. Los allí presentes dejaron inmediatamente a un lado sus ocupaciones y miraron al recién llegado con temor. Éste chasqueó los dedos y rápidamente un cliente que se encontraba sentado cerca de la puerta pegó un brinco, como si alguien le hubiera quemado el trasero con un cigarro y salió corriendo del local.
El recién llegado tomó asiento, depositó con elegancia su sombrero sobre la mesa y dirigió su mirada a la barra. El camarero apareció ante él con una velocidad inusitada.
-¿Lo…lo de siempre señor?
Tardó en contestar un par de segundos y agarró al camarero de la solapa del chaleco, colocando su nariz a unos centímetros de la suya.
-¿Lo de siempre? Creo que sí. ¿Otra vez has olvidado escribir esta semana verdad?
-Lo…lo…lo intenté señor…pero es que el trabajo en el bar…
-Lo intenté, lo intenté…siempre con la misma cantinela.
Soltó bruscamente la solapa e introdujo su mano en el interior de su gabardina. El camarero se agachó temiendo que sacara un arma y lo acribillara allí mismo. Sin embargo lo que sacó fue un bolígrafo Bic azul y retiró su capuchón con un sólo movimiento de pulgar.
-No volverás a olvidarte maldito —sujetó al hombre por detrás del cuello y empezó a escribir en su frente: “no olvidaré nunca más escribir para Pietrus”, en letras bien grandes que rápidamente acabaron con el espacio disponible.
-Encima tienes la frente pequeña. Si vuelves a olvidarte no seré tan bueno contigo, la próxima vez copiarás 2000 veces…
-¡2000 veces nooo! ¡Tenga piedad señor! No volveré a olvidarme lo prometo…
-Que no vuelva a suceder, ahora tráeme un zumito de piña bien cargado. Corre.
El camarero salió disparado hacia la barra dispuesto a cumplir los deseos de Pietrus.
-¿Y tú qué estás mirando? —dijo señalando al hombre que estaba jugando a la tragaperras, al cual se le cayeron un montón de céntimos que tintinearon sobre el suelo. Abrió su boca sorprendido.
-Yo…Yo…
-Tú…Tú…—repitió burlonamente—. Todavía no he olvidado que me debes un relato para fin de mes. Y en lugar de dedicarte a ello estás aquí gastándote tu sueldo y comiendo cada noche croquetas congeladas del Carrefour...
-¡No son del Carrefour!—protestó el hombre —las hace mi madre, me las envía desde el pueblo, es una santa…
-¡Encima saqueando a la familia y esclavizando a tu pobre madre, no tienes perdón! Desaparece de mi vista y ve a escribir si no quieres que me enfade.
Salió corriendo del local tropezando y arrastrando a su paso una silla, ni siquiera se paró a recogerla.
-Panda de holgazanes…¿qué pasa con mi zumo de piña? —golpeó la mesa con ambas manos y el camarero apareció corriendo con un vaso. Lo dejó y desapareció nuevamente.
Bebió un sorbo y observo a su alrededor. Los clientes que quedaban disimulaban silbando o mirando al suelo. Detuvo su mirada en mí, cogió su vaso, se colocó el sombrero y se dirigió hacia mi mesa.
-¿Puedo? —preguntó.
-Claro —dije retirando una silla y ofreciéndosela.
Tendió una mano hacia mi en señal de saludo.
-Me llamo Pietrus. Todos me llaman Pietrus. Tú puedes llamarme Pietrus.
-Encantado Pietrus. Yo soy Oski, todos me llaman Oski y tú puedes llamarme Oski.
Me eché a reír pero me dirigió una profunda mirada de desaprobación. No se esperaba que nadie contraatacara su gracia.
-¿Que te trae por este lugar Oski?
- Pensaba presentarme a un concurso literario y un tipo me dijo que por estos lugares estaba el mejor Cuentacuentos de la ciudad.
- ¿Lo mataste después de darte esa información? Si no es así tendré que castigarlo a escribir doscientos o trescientos relatos, no se puede hablar de nuestro secreto a desconocidos…
- Tranquilo, ya me ocupé de él, lo tengo escribiendo de cara a la pared novela erótica, lo mejor de todo es que sus manos están encadenadas a la pared, para que no pueda quitarlas de la mesa, ya me entiendes.
- ¡Oh! Eres realmente cruel Oski, ni a mi se me habría ocurrido ese castigo, tendré que anotarlo —dijo a la vez que sacaba una libreta y apuntaba.
- Así que puedes estar tranquilo, no se irá más de la lengua. El caso es que necesito hablar con ese Cuentacuentos, necesito que le eche un vistazo a mi pequeño boceto de historia.
- Oski, Oski…Todo tiene un precio. ¿Puedes pagar?
Lancé sobre la mesa un saco de monedas. Pietrus lo agarró y lo agitó junto a su oreja, después se guardó la bolsita en la gabardina.
- Esto bastará supongo. Pues yo soy ese Cuentacuentos del que te han hablado. No sé si el mejor de la ciudad pero al menos sí el más guapo como se puede comprobar —sonrió y la luz del local dibujó una estrellita luminosa en sus dientes.
- Vaya…lo había imaginado un poquito más alto…
- No te pases chaval, tengo un Boli bic y sé usarlo…
- Tan sólo bromeaba —dije a la vez que sonreía y sacaba un par de folios doblados de mi bolsillo.
Pietrus los desdobló y les echó un vistazo levantando la ceja. Tras algunos minutos habló.
-Pero mira que eres cutre. ¡Están manchados de tomate! Ese no es el camino ¿eh?, si quieres llegar alto tendrás que seguir un duro entrenamiento, muchos ni siquiera llegan a la primera semana, sin embargo aquí hay material y algo se podrá hacer contigo. ¿Puedes empezar mañana?
- Claro. ¡Me encantaría!
- Muy bien chaval —dijo a la vez que me daba un par de palmaditas en la espalda.
Se levantó y chasqueó los dedos. El tipo que había salido corriendo cuando él llegó al local, entró con la lengua fuera jadeando.
-Dale a este su material de alumno. Ya es de la familia.
Salió del local. El hombrecillo me hizo un gesto para que lo siguiera, me dirigió a la trastienda y cientos de folios amontonados esperaban sobre una mesa.
-Puedes empezar cuando quieras —dijo secándose el sudor de la frente.
-¿Pero qué tengo que hacer?
- ¡Vaya pregunta! Pues corregir estos dos mil relatos antes del Viernes. Y si se te pasa una sola falta prepárate…
- Y será verdad…¡Mierda! ¡Odio revisar y corregir!
- Modera tu lenguaje jovencito, el maestro es sabio y sabe cómo, cuándo y a quién entregar trabajos. Me espera ahora mismo así que si me disculpas, yo me marcho.
Antes de que pudiera contestar salió corriendo y desapareció.
Me senté ante la pila de relatos y una notita amarilla con la letra inconfundible de Pietrus rezaba: “Jajaja”.
Pero eso ya es parte de otra historia y la contaré otro día. Si me disculpáis voy a corregir relatos, que son más de 2000 y sólo tengo hasta el Viernes.
NOTA: Dedicado al gran Pedro Escudero, el padrino de la cosa nostra literaria y un gran tipo, ¡enhorabuena por la gran noticia en camino! (ya sabes a que me refiero jejeje). Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
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27 de abril de 2009
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Y seguro que después de corregir esos dos mil relatos en tan poco tiempo, ya sabe algo más sobre las letras, palabras, frases y párrafos.
ResponderEliminarMe he reído muchísimo, pero sobre todo porque me le he puesto cara a Pietrus (Scuderi) y conozco muy de cerca sus "mafiosadas" xD
ResponderEliminarMuy bueno y muy original. Manejas muy bien el humor sarcástico, aunque para entender éste hay que conocer un poco el contexto de antemano.
La frase de cuentacuentos un poco pillada por los pelos... :P
Un abrazo!
Has vuelto Oski!! que bueno!!
ResponderEliminarExcelente relato como siempre!
Nunca me imaginé como arma un bolígrafo y como castigo escribir... muy buena paradoja.
Besos
solo dos mil? bah seguro que en nada los tiene corregidos ;)
ResponderEliminarbesines embrujados
XDDD Ha sido sublime tu trabajo esta semana... Vi en Pietrus una versión un poco más malvada de nuestro querido SdlH... Esperemos por nuestro bien que no sepa utilizar un Boli Bic, o los que venimos por aquí de cuando en cuando lo llevaremos muy mal...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y va directo a mis recomendaciones de esta semana!
Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Pues, hala, hala, a corregir. A ver si te has creído que es fácil hacerse con hueco en este mundillo...
ResponderEliminarUn saludo :)
¿Qué mejor momento para sacar este cuento que en la Resurrección Cuentacuentil? ;)
ResponderEliminarUn besote, hermanito,
Mun
PD: Y que sepas que este cuento me hace ilu porque fue una idea que tuve contigo.
Jajajajjajajaja digo Muahahahahahha
ResponderEliminarSe agradece el detalle, de todo corazón, pero yo no soy tan malo, salvo que se te ocurra dejar de escribir...por cierto...¿Qué fue de la balada del lago? xDDDD
Un abrazo,
Pedro.
Me gusta porque al principio no se espera que el cuento vaya a continuar así y me gusta porque es muy original la idea...
ResponderEliminarPero sobretodo me gusta venir aquí y leer tus letras, son de esas que nunca te decepcionan.
Un besito Oski
qué grande!!
ResponderEliminarjajaja me he reído mucho y eso se agradece. se te da muy bien ese rollo irónico y medio caustico, toda una sorpresa.
y ese Pietrus! qué decir! no se si la realidad supera la ficción, pero el pobre Pedro empieza a darme un poco de miedito :P
Un besazo guapo, y que sigas escribiendo tan bien
jajaj muy muy bueno Oski!!
ResponderEliminarEnhorabuena por el relato, muy ingenioso. No estaría mal contratar a algún mafioso literario para ver si podía culturizar por ahí un poquito... lo de tener que corregir 2000 relatos suena terrible ;)
ResponderEliminarBueno, esa escena de la entrada en el bar a lo Bogart y como queda todo en suspense esperando que sucede es de :) Oscar!
ResponderEliminarBien hecho quillo, y una sonrisa que me viene genial tras saber que quedo en manos de la suerte ya que Telefónica no repara la línea porque somos pocos usuarios :o
Un abrazo y dale caña a esos 2000! :p
Vengo del secreto de Mun y me encuentro aqui tb con Pietrus al más puro estilo "oeste" jaja. Se agradecen este tipo de relatos que despiertan sonrisas. En serio me ha molao.
ResponderEliminarmuchos besos y encantada de volver a pasar por aqui
Ja jajajajaajaja,k tiene gracia, aunque bien sé que no es tu estilo......menos mal que el señor de las historias no nos manda deberes porque si no con nuestras idas y venidas catearíamos todo todo. Y no manches los relatos de tomate niño, por lo menos eso......
ResponderEliminarala, a corregir
asi que ahora además de prooossschenetaarl eres mafioso eh?
ResponderEliminarun abrachorl
jajajaj muy bueno!!
ResponderEliminarsaludos!
Te veo en forma, jajaja!!!
ResponderEliminarBuenas Oski Pan!!
ResponderEliminarAntes de nada...Que gracioso niño XD!!! Me he reído un rato leyéndolo :) Estoy de vuelta por estos lugares, ya sabes, disfrutándo de mi libertad temporal he vuelto a escribir ( y lo que lo necesitaba!) Tengo pensado volver a cojer las riendas del blog, demasiado llevaba ya sumida en una especie de estupor semilúcido XD!
En fin, me alegra volver por estos parajes y ver que todo sigue igual, pero distinto de alguna forma :) Nos seguimos las huellas desde bien cerquita!!
Un abrazo enorme!!!
PD: Me encanta esa canción que habla de alegría, ya tocaba :)
PPD: Sobra decir lo muy agradecida que te estoy por no soltar en todo este tiempo mi mano :)
Oh! El CD firmado por el mismisimo José Córdoba!!! :) Yo también tengo una foto con este señor, de un concierto que hizo en el bar Sidecar en Barcelona, acabamos tomando una cerveza cuando se bajó del escenario!
ResponderEliminarEn fin, no podía ser menos, otra cosa en la que coincidimos tú y yo! Y otro concierto que queda pendiente para ir un día juntos ;)
Un abrazo enorme!