Aquel 20 de Diciembre...

No comprendo porqué resulta tan difícil olvidar cuando te empeñas en ello. Quizás todo sería más fácil si llevásemos incorporado un botón de reset que pudiéramos pulsar en cualquier momento.

Y a veces olvidas sin querer, el tiempo va depositando el polvo sobre los recuerdos y poco a poco éstos van perdiéndose y alejándose sin remedio de ti. Un día te despiertas y te das cuenta de que ya no están allí, que se han marchado. Naturalmente no logras saber qué es lo que has perdido, simplemente echas en falta algo.

Y un día suena una canción que alguien te ha pasado y, acorde tras acorde, estrofa tras estrofa, vas recordando y consigues sonreír como un tonto. Esa canción encierra aquel recuerdo, como si de su banda sonora se tratase.

Risas, bromas, abrazos, guiños, un concierto y su cabeza apoyada en tu hombro. Tardes enteras de paseos interminables, noches eternas sin rumbo. Yo no sabía donde estaba en casi ningún momento aunque quería aparentar que sí, por supuesto ella sabía que me había perdido, pero sonreía y disimulaba. Caricias en el pelo, la paz sobre sus párpados y yo también cerrando los ojos.

Despierto mucho antes y me quedo mirándola.

Desayuno con diamantes de azúcar y algo de tristeza porque lo bueno siempre acaba. Apuramos todos los minutos, ojalá se pudiera quemar el calendario. La estación te ve marchar.

Cuando arranco el coche camino a casa Rebeca Jiménez canta:

“Sólo quiero despertarme contigo…”

Y esa canción es la que hoy me ha recordado que mientras me quede aquel recuerdo nada puede salir mal. Cuesta poco ser feliz. Por fin he encontrado el recuerdo perdido.

Nota: Recomiendo escuchar durante la lectura la canción "Despertarme contigo" de Rebeca Jiménez.