Lo habían elegido como orador para el día de su graduación. Notó las miradas clavándose en su nuca mientras subía los peldaños de la escalera lateral, caminó deprisa hacia el estrado sin levantar ni un segundo la mirada de las tablas de madera del suelo. Después colocó el micrófono, carraspeó un par de veces y se hizo el más sepulcral de los silencios. Sacó del bolsillo de su chaqueta un cuaderno gastado y pasó un par de páginas. Comenzó su discurso y una gota de sudor frío resbaló por su frente mojando una de las hojas amarillentas ya por el tiempo.
Todo pasó muy rápido, se sentía nervioso pero a la vez seguro, notaba como le temblaba un poco el pulso y el corazón se le aceleraba. Sus palabras no estaban siendo nada del otro mundo, un discurso barato sobre los sueños, la vida y la esperanza, que ni él mismo llegaba a creerse del todo, rematado por una magistral cita de Albert Einstein que hizo que todo el público estallara en aplausos. Pudo respirar tranquilo y el corazón frenó su ritmo, había superado el escollo y ahora podía bajar de nuevo con sus compañeros.
En la fiesta un par de amigos le pidieron el discurso, él simplemente les dejó el cuaderno que por supuesto no tenía nada escrito…
-Y así fue, hijo mío, como tras varios años vagando por el desierto, nuestro protagonista llegó a una tierra fértil y próspera donde fundó una ciudad, en la que nosotros ahora vivimos. Y colorín colorado este cuento se ha acabado –cerró el cuaderno y le dio al niño un beso en la frente. –Buenas noches hijo.
El niño cerró los ojos con ternura y se acurrucó entre las sábanas. Cuando Peter estaba saliendo de la habitación preguntó:
- ¿Cómo pueden caber tantos cuentos en ese cuaderno tan pequeño, papá? -Peter dudó un segundo, sabía que tarde o temprano aquella pregunta acabaría por surgir.
- Porque es un cuaderno mágico, y cada noche mientras dormimos, los duendes vienen a escribir una nueva historia para yo te la pueda leer. –el niño sonrió conforme con la respuesta.
- Buenas noches papá.
Peter guardó en su mesilla el cuaderno y besó a su mujer antes de acostarse. Tuvo un sueño muy extraño, un barco se mecía entre el vaivén de las olas, su único tripulante se afanaba en trazar rumbos sobre una carta náutica algo primitiva. Había varias islas tachadas, quizás porque ya habían sido visitadas. Unos garabatos sobre su dibujo hacían entrever que eran anotaciones sobre cada una de ellas, hablaban sobre lo que allí había encontrado, estaba claro que andaba buscando algo.
Aquel sueño se repetía una y otra vez incesantemente desde que el cuaderno estaba en su poder, algunas noches nuevas islas eran exploradas, otras el sueño indagaba en el pasado del marinero. Pero siempre, siempre, volvía a aquel barco, condenado a una navegación infinita en busca de algo que no sabía precisar.
- El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas –rezaba el sacerdote mientras el ataúd estaba siendo bajado al hoyo, con ayuda de una cuerda, por dos operarios.
Era un día lluvioso, mucha gente había acudido al funeral. La madre de Peter había sido muy querida por todos. Muchos lloraban y se acercaban a la familia para darle su pésame. Peter observaba todo en silencio, detrás de sus parientes y , hacía esfuerzos sobrehumanos por no derramar lágrimas.
Su madre había conseguido durante años sobrevivir al cáncer, una y otra vez, incansablemente, pero todo tiene un límite y al final no pudo vencer la batalla. Peter había estado con ella en el momento de su muerte y durante los cinco años previos en que pasó la mayor parte del tiempo postrada en la cama, no se separó de ella un segundo. Él había sido su mayor apoyo. Cada tarde se sentaba junto a ella, le cogía la mano dulcemente y empezaba a recordar anécdotas que habían vivido juntos:
-¿Recuerdas mamá…?
Así empezaba cada nueva historia, y ella siempre sonreía, olvidaba los dolores y lo miraba con ternura. Si de algo estaba orgullosa era de haber traído al mundo a Peter, el chico más fuerte que jamás había conocido y que rebosaba vida por cada poro de su piel. Sólo tenía dieseis años y ya era un fabuloso ser humano, siempre preocupado por los demás más que de por sí mismo. Siempre atento, siempre ahí. Sabía que no iba a durar mucho y lo único que lamentaba era no poder acudir al día de su boda y ver como la convertía en abuela. La vida a veces jugaba malas pasadas.
Peter no sabía de dónde había sacado las fuerzas necesarias para contagiar a su madre y no derrumbarse en el intento, aquel cuaderno parecía hacerle recordar cuando lo observaba, como un diario de vida, pero que nadie había escrito. Seguía tan virgen como el primer día, las páginas en blanco, ni un solo trazo o garabato salvo el título de la portada: “Este cuaderno pertenece a...” y escrito con una letra preciosa y cuidada: “Victoria”.
Fue el último en abandonar el cementerio, se acercó a lo que a partir de ahora sería el lugar de eterno descanso de su madre. Se sentó sobre un charco mientras la lluvia empapaba su pelo. Sacó el cuaderno y las páginas empezaron a mojarse.
-¿Recuerdas mamá?...
Esta vez no pudo contener las lágrimas…
NOTA: Relato bajo una licencia Creative Commons(©). Dedicado a Ankara, ella tiene el 80% de la culpa de que hoy haya actualización. Por muchas cosas que ella y yo sabemos, simplemente gracias. Esta es la segunda parte del relato "A la caza de un recuerdo".
Oh yeah, actualizando antes de las 22.30 y con un espléndido continuará.
ResponderEliminarHas hecho los deberes fenomenal Oski, me encanta pero por favor desenreda el batiburrillo que tengo en la cabeza pronto...
Qué pasa con ese libro? madre mía, qué intriga :)
Muy bien hecho, Woody Allen estaría orgulloso...y las secuollas centenarias ni te cuento!
7.47...
ResponderEliminarse te acaba el tiempo...
xD
Ya me dirás qué cariz hace que tomen las cosas :)
ResponderEliminarCreo que parte metafórica que se me acerque no hay mucha, aunque quién sabe!
Anda que ya te vale..XD
Feliz Lunes y que el sueño se apiade de tí.
Vaya sorpresa más grata Oski Pan!!! :) Me gusta el camino que está tomando todo, aunque una vez más nos dejas con la intriga.
ResponderEliminarEs muy hermosa la idea de un libro que contiene mil historias no escritas... De hecho, siempre que me imagino el cielo me lo imagino como una especie de biblioteca de libros no escritos XD!
Este concepto ha hecho volar mi imaginación hacía un millón de finales distintos...a cada cual más simbólico ;) Pero me quedo esperando el tuyo, que sin duda será el mejor!
Me encanta el simbolismo del barco condenado a una navegación eterna, hacia un lugar que no sabe precisar.
Aiisss marinero...me quedo en esta orilla esperándo que me traigas la continuación de esta historia entre tus manos :)
Un beso enorme niño!!!
Todo un misterio el de ese cuaderno...
ResponderEliminar...la intriga es muy mala (o muy buena, dependiendo de cómo se mire ^^ ), pero no cabe duda que no seré la única que espere tus actualizaciones para saber qué es lo que pasa con Peter y Victoria
Un beso
*especifico: "intriga" de intrigar y dicho con malicia, no la intriga de la trama de la historia ^^
ResponderEliminar[ando un poco espesa escribiendo, sorry :) ]
El regreso nunca es malo si no se hace en vano.. y visto lo visto.. me quito el sombrero.
ResponderEliminarComo siempre tus historias se merecen un ratito de lectura.. y nunca dejan de fascinarme.
Agradecer a Ankara el que haya hecho posible la continuación.
ResponderEliminarY a ti quillo por llevarla a cabo. Y dices bien actualización, porque aunque enlace y continue con la primera parte, ambas pueden perfectamente ser dos grandes relatos independientes.
Es un cuaderno en blanco, pero es genial como de esas hojas en blanco parten todas las palabras, la vida, la muerte, el ayer, el futuro, parece quedarse vacío y sin embargo al abrirlo se llenó de sentimiento.
¡Un abrazo y a seguir actualizando!
Este ha sido un año completito de emociones en muchos aspectos. Entre otras muchas cosas he estado estudiando y he aprobado el Acceso a la Universidad. Ahora comienza para mí otro gran reto o meta, o quizás debería de decir deseo, en parte cumplido. Sí, es un deseo tremendamente cierto. He deseado muchas cosas en mi vida, pero este, quizás sea uno de los que tenía pendiente, ser Universitaria! Ahora ya lo soy y cursaré la carrera de Psicología, ciencia que siempre me ha apasionado.
ResponderEliminarYa te habrás dado cuenta, pero mis publicaciones en este año han sido escasas, y mis comentarios a las tuyas también, y sé sin dudarlo, que durante mis estudios seguirá siendo así, pero también estoy segura que sabrás entenderlo y te lo agradezco.
Te mando un beso tierno y dulce.
** MARÍA **
Bueeeno, ya era hora de que volvieras por estos submundos!! Y veo que vuelves con fuerza jejeje. Muy emocionante el relato, a ver si la tercera parte no se hace esperar...
ResponderEliminar"Como un diario de vida que nadie había escrito". Como si esa vida no hubiera existido, como si fuera una más de los cientos de vidas anónimas de las que formamos parte nosotros.
ResponderEliminar¡Que continue!
Perdón por mi tardanza, pero hoy ya me decidí a leerlo todo con tranquilidad y a firmar. Decirte que me está encantando, pero no me gusta nada esa intriga... jaja Continua por favor. Tus letras acompañadas de una canción de Marwan rozan lo sublime. Un abrazo.
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