Hay personas a las que se tarda
en olvidar una vida y otras a las que no se olvida nunca. Supongo que cuando
cargamos de símbolos y recuerdos a una persona la estamos haciendo eterna. Yo
tiendo a asociar libros, canciones y olores a todas las que significaron algo
para mí, como si de pequeños salvavidas se tratase y que me traen su recuerdo
de golpe rescatándolo del olvido.
A veces me pregunto si alguien me
recordará de la misma forma, si habrá alguna canción, algún libro o algún olor
que alguien sea capaz de asociar a mi recuerdo, a los momentos que pasamos, a
las risas que compartimos y las lágrimas que derramamos.
Siento que es hermoso cerrar los
ojos camino del trabajo y que alguien se cruce dejando un olor que active mi
memoria. Durante un instante olvido dónde estoy y puedo transportarme a otros
lugares aunque estén a kilómetros de distancia. La alegría se torna doble si
justo suena la canción que asocio a ese olor por mis auriculares, menos mal que
la vergüenza me puede y paraliza, si no fuera así bailaría como un loco por el
vagón, al más puro estilo de musical americano. Qué fácil es ser feliz con tan
poco...
Otoño es una estación cargada de
nostalgia y por ende en mi vida, de canciones, olores y libros que me
recordarán inevitablemente a ciertas personas que ya se fueron. Es la única
forma que conozco de pagar un pasaje hasta sus brazos, de abrir las puertas que
la vida, el orgullo o la arrogancia cerraron para siempre. Quizás sea la forma
que tiene mi conciencia de pedir perdón o de darme la absolución.
Es probable que uno de estos días
coja ese libro de poemas que tanto me recuerda a ti. El mismo donde nos
versábamos a gritos cada Octubre en que nunca fuimos agarrados de la mano; en
el tacto de sus hojas podré sentir que acaricio tu piel y página a página se
fundirán las letras cómo si nos fundiéramos en el más sutil de los abrazos. Por
un momento seremos uno. Aunque siempre fuéramos dos palabras que no rimaban y
que nadie quiso escribir en el mismo párrafo.
Y aunque el tiempo vaya pasando y
me haga cada día un poco más viejo cada
vez menos sabio, déjame quedarme con esta forma de memoria. Quítame la ropa, la
vida y las ganas pero por favor, no me despojes jamás de mis libros, las
canciones y los olores. Sólo en ellos podemos ser eternos y llegaremos a tocar las estrellas.
Para mi otoño siempre ha sido el momento de iniciar un nuevo ciclo. Debo seguir recordardo los septiembres estundiantiles, pero me ayuda a ordenar mis cosas, hacer limpieza, y empezar con buen pie hasta la primavera.
ResponderEliminarCuídate.
El problema no es recordar, es reabrir las heridas a golpe de bisturí o haciendo palanca. La clave de recordar, es hacerlo con una sonrisa aunque por regla general cueste mucho que esto ocurra. El tiempo y la sustitución, lo cura todo, o al menos eso creo yo.
ResponderEliminarCuidate. Y cuida tus recuerdos.
un beso muaka
Qué bonito, yo también me he preguntado muchas veces si algún color, olor, canción, etc les recordaría a mí.. También pienso que otoño es un mes super melancólico.. El frío va llegando y hace que sienta nostalgia y pena de muchas cosas..
ResponderEliminarNo dudes ni por un momento que así es, es algo instintivo, cosas de la memoria y sus caminos, que se cruzan cuando menos te lo esperas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Precioso e intimista texto que creo que nos habla de tí, que no es ficción sino realidad. ¿Sabes? cuando la gente escribe de esta forma enhebrando una parte de sus vidas y la hace pública... ¡la admiro!
ResponderEliminarOtros, tendemos a falsear las realidades y escribimos ficción con pequeñas dosis de nuestras vidas que pasan inadvertidas.
Yo creo que quienes te conozcan bien: sabrán de tus olores, de tus libros, de tus canciones... y como te quieren, siempre te recordarán de esa forma.
Me alegra mucho que hayas regresado y que lo hayas hecho de esta forma ¡con nuevo look incluído!!.
Un abrazo Oski.
A veces me da miedo lo que algo puede traer a mi mente, aunque tu manera me parece preciosa.
ResponderEliminarOlores, colores y libros que enlazan con el mundo de los afectos adormecidos, pero que saltan como un resorte en cuanto ese olor, sabor o libro se pone a nuestro alcance. Seguro, Oski que también se da a la inversa.
ResponderEliminarBello relato intimista y reflexivo el que hoy nos regalas.
Es un texto muy bello que dice mucho de ti,siempre hay algo que te trae el recuerdo de esa persona que tuvo su hueco en tu vida y es bello que un olor o algun gesto o gusto te traiga a la memoria a esa persona,me gustaria que me recordaran a mi.Solo el recuerdo te hace seguir viva,Me encanto leerte amigo,besitos
ResponderEliminarMmmmm, los olores, los libros, las canciones! y yo añadiría los sabores, si nos quitan esas pequeñas cosas ¿que nos queda?. Quizás descubrir nuevos refugios donde uno se siente como en casa, como ha sido el caso. Me felicito por encontrarte, cuando quieras y si te apetece te invito a compartir olores isleños.
ResponderEliminarSaludos desde Tenerife.
"Aunque siempre fuéramos dos palabras que no rimaban y que nadie quiso escribir en el mismo párrafo" :_)
ResponderEliminarQué texto más bonito!!
Un abrazo!
Qué bonito. A mí me gustaría que alguien me recordara para siempre, pero va a ser que no tengo esa suerte ¡Je,je! Para mí eso sería como un sueño.
ResponderEliminarMe quedo con eso que dices de que... se puede ser feliz con tan poco... :)
Un saludito.
Es inevitable la asociación, los olores son muy potentes en la memoria, el perfume de tu madre, el olor a natillas recién hechas en tu infancia, el gel que usaba tu compañero/a... en un flash la mente se activa, y con el paso del tiempo todo se recuerda más bonito, con menos dolor, y esto es algo que nos pasa a todos. Da por hecho que alguien te recuerda así, yo lo doy por hecho en mi caso... siempre hemos de pensar que dejamos huella. Me alegro de volver a pasar por aquí Oski. Un beso de El sueño de P.
ResponderEliminarComo podrán vivir algunas personas tan sin ellas, si se dejaron todas en nosotros.
ResponderEliminarLo bueno de la memoría es que acaba siendo selectiva y sólo almacena y saca a orear lo mejor.
ResponderEliminarAcabamos recordando la esencia de las cosas, ni siquiera la verdad. Nada es tan bello como recordamos ni tan trágico. Pero qué maravilla recordar. Los olores son una entrada muy potente al archivo y las canciones.
Un beso,
"Supongo que cuando cargamos de símbolos y recuerdos a una persona la estamos haciendo eterna".
ResponderEliminarCon ello me quedo.
HD:)