Mi problema

Creo que tengo un problema.  No sé si es un problema pequeño o un problema grande pero al fin y al cabo es un problema.

Cada día me enamoro de tres o cuatro personas. Así. Sin paños calientes. Amor del bueno. Es caminar por los pasillos del metro y cruzarme con una morena de ojos verdes e imaginarme toda una vida a su lado. Y qué vida. Casa, perro, coche, niños correteando por el jardín...no falta de nada. Felicidad por todos los costados, viajes a Miami o al Aconcagua, da igual, siempre a su lado.  Las imágenes maravillosas suelen durar tres o cuatro minutos, después imagino que me deja, de todas las maneras posibles y lo que de pronto era feliz me llega hasta doler. Y ni siquiera existe.

Esto se repite, ya os digo, tres o cuatro veces cada día. Da igual el momento o el lugar, siempre es la misma historia, siempre diferente protagonista: La panadera, la camarera del bar, la chica de la carpeta azul... Tengo un corazón promiscuo de quita y pon. Como si necesitara llenarse y vaciarse a cada momento.

Nunca he consultado con un psicólogo este problema, supongo que de hacerlo me diagnosticaría una tremenda falta de afecto en la niñez que me lleva a suplir esa carencia con enamoramientos furtivos. O no. Vaya usted a saber. O tal vez es que me siento tan sólo, tan sin rumbo, tan roto... Que ya no puedo ponerle nombres a mis dudas y necesito que cada día lleven uno distinto.

Alguien me dijo que dejar la felicidad en manos de otra persona es lo peor que puedes hacer, porque en ese momento tú ya no controlas tu barco, dejas que te lo controlen otros...
Qué bonito es decir frases épicas cuando llevas cuatro cervezas encima y no dejas que cierren el bar sin ponerte una quinta, pero qué jodido resulta cumplirlas.

Puede que me acojone encontrar a alguien. Por eso voy picando aquí y allá y siempre busco la excusa para que todo salga mal: es que estoy gordo, es que soy feo, es que no soy su tipo. Si yo fuera amigo mío me daría un par de hostias muchas veces, pero como no lo soy, me dedico a auto-compadecerme y a decirme a mí mismo "pobrecito que nadie te entiende".

Hay gente que nace con estrella y gente que nace estrellada. Yo siempre me consideré parte del segundo grupo, aunque igual es porque siempre me he empeñado en que todo me salga mal para seguir en mi rutina negativa. No lo sé.

Ni siquiera sé lo que me ha llevado a contar mi problema. O tal vez sí. Tal vez sea porque por fin voy a dejar de hacer el gilipollas y voy a apostar todas mis cartas a que terminamos juntos, me voy a olvidar de las otras cuatrocientas musas de pacotilla y voy a dejar de imaginar futuros perfectos.

Porque reconozcámoslo.

Eres un puto desastre.

Pero eres mi desastre perfecto.

See by Iko

NOTA: No tiene absolutamente nada que ver con la entrada, pero como muchos sólo me seguís a través del blog y no de las redes sociales os informo. He autoeditado unos ejemplares de un poemario que he titulado "Pasaporte", contiene 19 poemas, resumen de lo que ha sido mi primer año por los escenarios poéticos. Si os interesa, os lo envío a vuestra casa por 2,5€, son poemas que van a cerrar una etapa, he hecho sólo una tirada de 30 ejemplares y no tengo previsto hacer más, para cualquier cosa escribidme a utopiaendiasrojos@gmail.com. Salud.