Aquella mujer que cambiaba de
color como un semáforo y a la que pedí que no me destrozara, me destrozó anoche.
Lo hizo tan sutilmente con el viento que levantaban sus pestañas que no podías
acusarla de nada. No podías.
Tendrías que haberla visto coger
la copa, acariciar el cristal como si sus manos fueran de terciopelo,
llevársela despacio a los labios y beber de ella. Supongo que el mundo podría haber
estallado en ese instante, llevarnos por delante y yo no me habría dado cuenta.
Después sonrió con esa sonrisa tibia que derretiría el más grande de los glaciares y clavó su mirada azul en mi pupila, consiguiendo que rugieran en mí todos los océanos. "No preguntes mi nombre" me dijo, "ni me cuentes milongas, porque a nadie le importa tu tristeza y mucho menos a mí. Más te vale que quites de tu cabeza la idea de acostarte conmigo esta noche." Y acto seguido acarició mi mejilla y me susurró algo al oído.
Después sonrió con esa sonrisa tibia que derretiría el más grande de los glaciares y clavó su mirada azul en mi pupila, consiguiendo que rugieran en mí todos los océanos. "No preguntes mi nombre" me dijo, "ni me cuentes milongas, porque a nadie le importa tu tristeza y mucho menos a mí. Más te vale que quites de tu cabeza la idea de acostarte conmigo esta noche." Y acto seguido acarició mi mejilla y me susurró algo al oído.
Bailaba como si formara parte de
la música, como si su cuerpo fuera una nota más en el pentagrama. Como si
bailar no costara nada. Yo la observaba desde la barra y me divertía viendo
como la gente se apartaba dejándola espacio, mientras los típicos tiburones se
acercaban a ella, tratando de convertirla en presa, y ella los ignoraba con la
indiferencia del que se sabe por encima. No perdía el tiempo rechazando a
nadie. Sólo hablaba con quien quería hablar. El resto del mundo no existía.
Perlas de sudor adornaban su frente cuando me pidió que nos
marcháramos fuera. Encendió un cigarrillo y comenzó a caminar deprisa. Me pidió
que la siguiera mientras repartía indignada a diestro y siniestro insultos a
sus ex amantes, ex parejas y ex amigos. Aquella mujer tenía una colección de
fracasos de la altura del K2.
Rompió a llorar. "No me des consejos", "no
trates de hacerme sentir mejor", "abrázame y calla y como me toques
el culo te doy una hostia". Obediente la abracé y dejé que empara de
lágrimas mis hombros. Temblaba, como si temiera que fuera a marcharme y a
dejarla sola en medio de la calle.
Siguió caminando hasta su portal. Rebuscó las llaves en su
bolso, me despedí y me miró. "¿Pero tú eres tonto o qué?" me dijo
mientras me cogía de la mano y me metía en el portal. "Hoy te quedas a dormir
conmigo, pero no vamos a hacer nada, sólo quiero alguien que me abrace".
Y te abracé. Una vez. Dos veces. Tres veces. Te abracé como se abrazan las olas a las rocas, como el viento acaricia las plumas de los pájaros, como los niños abrazan su peluche.
Te abracé, pero tú no me abrazaste y entonces recordé tus palabras y supe que tenías razón: a nadie le importaba mi tristeza y mucho menos a ti.
Y te abracé. Una vez. Dos veces. Tres veces. Te abracé como se abrazan las olas a las rocas, como el viento acaricia las plumas de los pájaros, como los niños abrazan su peluche.
Te abracé, pero tú no me abrazaste y entonces recordé tus palabras y supe que tenías razón: a nadie le importaba mi tristeza y mucho menos a ti.
El efecto de un abrazo puede ser vital y abrazar es todo un arte. No a todo el mundo le agrada esa proximidad física, sin embargo hay ocasiones en las que se necesita el abrazo.
ResponderEliminarTu relato habla de esa necesidad, del desamor y del encuentro con el otro...Una noche terapeútica para ella y de aprendizaje para ti, muy fructífera ¡y sin sexo!...
Un abrazo Oski!
Bueno, tal vez no tan fructífera emocionalmente en el momento pero sí a la larga. Supongo que de todo se aprende jejeje.
EliminarUn abrazote.
Ante algo así es imposible defenderse. Normal que acabases destrozado. Quizá vemos la tristeza de los demás como un reflejo de la nuestra.
ResponderEliminarUn abrazo!
Es muy probable, seguramente "convertirmos" lo que vemos en algo propio, aunque no sea así, tal vez porque así es más fácil acallar nuestros propios fantasmas.
EliminarUn abrazo.
Tras leerlo (y mejor aún, tras escucharlo) me queda la sensación de que casi hay que estarle agradecido a esa mujer que cambia de color por si te pide que le abraces, que compartas su aire, y mucho más su cama. El texto (y la voz) transmiten una tristeza muy desnuda, que por cierto, la tuya nos importa, me importa, aquella mujer sería maravillosa y especial y arrastraría sus fantasmas, pero no llevaba razón en eso.
ResponderEliminar"Y te abracé. Una vez. Dos veces. Tres veces. Te abracé como se abrazan las olas a las rocas, como el viento acaricia las plumas de los pájaros, como los niños abrazan su peluche."
Me encanta este párrafo, es el que más me gusta, me he sentido abrazada por tus palabras :)
Tienes un don, Oski.
Para abrazar seguro que también.
Un Abrazo.
No creo tener ningún don pero es reconfortante saber que alguien piensa que sí :-)
EliminarY todo lo demás ya te lo he dicho por otros medios ;-)
Abrazos.
quizas el concepto erroneo es pensar que lo bonito del abrazo es la reciprocidad.
ResponderEliminarllamame loca, pero a mi siempre me ha gustado dejar sin aliento al "abrazado" en el sentido estricto de la palabra.
quizas sea porque me siento mas llena abrazando, que abrazada.
aunque haga demiasado tiempo que no lo haga.
cuidate óscar.
Al final la tristeza, creo que solo le importa a uno mismo.
o eso es lo que veo cada dia a mi al rededor, "naces y vives solo" decia Dani Martin, y aunque solo sea por esa frase, hay que darles las gracias.
Es decir, que haces la abrazadera ¿no? (chistaco de las 14:38, badabum, plaaas)
EliminarEstá claro que o se aprende a vivir con uno mismo o estamos condenados a la tristeza eterna.
Salud.
La tristeza te atrapa y por momentos te llegas a identificar con el protagonista. ¡Qué buen relato!
ResponderEliminarCariñoso saludo.
Gracias María Pilar, supongo que a fin de cuentas no es una historia lejana para nadie, se llame como se llamen los protagonistas.
EliminarSalud.
¡BRUTAL!
ResponderEliminarMe has puesto la gallina de piel. Mucho. Joder.
Es por estas cosas por las que te echamos de menos.
Un abrazo enorme.
Y es por este tipo de comentarios por los que no puedo estar lejos de aquí más de tres semanas...joder, ¡¡así no hay quien abandone el barco!! Gracias por ser salvavidas.
EliminarUn abrazo grande.
Bonjour tristesse!
ResponderEliminarUn bellísimo texto que nos habla de la empatía y la sensibilidad del que abraza, de su generosidad, su romanticismo y su talento poetico...
... Y también de cómo el poeta triste es capaz de ver a esa chica mágica y especial cuando sólo es inmadura, egoista y manipuladora.
Me ha encantado, Oski.
Ah, estás gracios en la foto nueva de tu perfíl, esa misma cara pongo yo cuando veo que no llega el frío.
Muchos besos,
Jajajaja, es mi cara de "joder, otra vez lunes". Gracias por tus palabras Tesa, me aportan siempre muchísimo.
EliminarSalud y abrazos.
Oski!!! Leí este pedazo de texto cuando lo publicaste y hoy, al volver a releerlo, me he dado cuenta de que no te comenté. Ya ves, la vorágine de esta maldita vida que llevo me hace pedir a gritos un abrazo de esos capaces de recomponer las mayores ruinas.
ResponderEliminarBesazos!
No es importante que olvides comentar, lo realmente importante es que lo leíste una vez y volviste a leerlo otra vez ¿hay acaso mayor premio para el que escribe? Yo creo que no.
EliminarAsí que te dejo por aquí unos cuantos abrazos. Para que los administres a conveniencia en tu ajetreada vida jajaja.
Besos.
Parece que nos estamos encontrando con las mismas mujeres... ¿O es que todas serán la misma? :p
ResponderEliminarMe hiciste recordar este pequeño relato de Francisco Umbral
http://mis-paraisos-artificiales.blogspot.com.ar/2013/06/de-que-ateneos-de-sombra-de-que-lejos.html
"Amo lo que en ti suena a niña lista, eso que tienes de puñal cansado, cómo puedes herir, fumar, besarme, mientras un odio bello te decora. Y esta ropa tan breve, esta rapiña que perfuma mi sombra, huele a tiempo y me sabe a tu infancia mientras huyes desnuda, en tu traje de robo y de tabaco"
Probablemente nos atraiga el mismo tipo de mujer o tal vez escribamos sobre los mismos daños.
EliminarGracias por el relato de Umbral, lo leeré con calma.
Salud
idiota!
ResponderEliminarAparte de otras muchas cualidades ;-)
EliminarNo somos conscientes de lo importante que es un abrazo, de todo lo que significa, de todo lo que transmite. A veces los abrazos curan más que los besos y son más sinceros que estos pero no les damos importancia. Pobres abrazos...
ResponderEliminarHD :)
Hay gente que odia abrazar y que le abracen, que rehuye cualquier tipo de contacto físico, supongo que simplemente, no soy del todo compatible con esas personas.
EliminarUn abrazooo