Lo sé, ha pasado el tiempo, el invierno ha dejado paso a la primavera y en mi pecho no anidan ya todas esas aves que llevaban tu nombre.
Emigraron a otros brazos todas las palabras bonitas y a mí sólo me quedan en los bolsillos poemas tristes, humo entre los dedos y espuma de cerveza amarga.
Y ya ves, los termómetros marcan treinta grados en la calle y sin embargo sigue nevando en aquel lugar, y a mí me sigue llegando el frío cada vez que te recuerdo.
Aunque prometo que cada vez lo hago menos y hacer promesas es algo que siempre se me dio bien. Como aquella promesa que te hice de que escribiría un poema por cada una de mis heridas.
Tal vez esta sea una forma también de crecer.
Mi forma de crecer.
Y la única que tengo de creer en algo.
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A veces las cosas que nos quedan por decir se enquistan dentro de nosotros...Hay que soltarlas poco a poco o de golpe y porrazo pero desde luego si además se pueden decir de una manera tan poética como la tuya, pues mejor, mucho mejor!
ResponderEliminarAbrazos!!!
A veces por más que cambie la estación, nosotros seguimos en la anterior. La sincronía con el tiempo es difícil.
ResponderEliminarPero, esta promesa promete :)
PD.: Te he pillado. La cerveza es amarga, lo sabía.
Puestos a crecer, hacerlo verso a verso es una de las mejores formas posibles.
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Felicidades por esa primera antología y muchos éxitos Óscar! Tú lo vales.
ResponderEliminarPárate a versar un momento, Oski. Es hora de pasar página, y que ella quede cerrada en el libro.
ResponderEliminarAbrazo.
"Primavera ven y cúrame el invierno"
ResponderEliminarY es que a veces por muchos grados que haga fuera, nosotros nos estamos helando por dentro..
Escribir poemas es una bonita forma de curar heridas, y más si son poemas así :)
Me quedo por aquí