Cómo decirte que a veces yo
también tiro la toalla. Que llego a casa agotado, jodido y sin ganas de hacer
nada. Que me tumbo en el sofá y cierro los ojos esperando que pasen las horas y
que amanezca otro día.
Cómo reconocer que a veces yo
tampoco veo la salida, que me cansan las calles ruidosas y llenas de gente, que
me agobia el bullicio y los centros comerciales, que siempre encuentro las
mismas caras en los mismos bares, la misma gente dándose abrazos y sonriéndose
mientras por detrás se clavan más puñales de los que se fabrican.
Cómo explicar que me cansan las
mentiras del para siempre, las mentiras del hazte ilusiones y ya veremos, las
mentiras al fin y al cabo y sin paliativos. Y sí, yo también construyo
explicaciones para entender el dolor que me causan. Para comprender algo.
Cómo contarte que a veces me
siento tan solo que me sangran los silencios, que las paredes se me echan
encima y me quitan el aire, que no encuentro salvación en nada y que la nada
parece formar parte de todo. Que busco razones en el culo de los vasos y que
los muy cabrones me sonríen y me invitan a llenarlos de nuevo.
Cómo puedo despejar las nubes de
esta tristeza, si la ausencia me suma y multiplica dos por cada batalla que
creo ganar y, en la que muero al primer grito sin posibilidad de continuación.
Cómo creer en el amor cuando ya
no te queda corazón, cuando alguien apagó las luces y no das con el
interruptor. Cuando ves escaparse una tras otra todas tus oportunidades, como
trenes en los que nadie quiere que subas. Cómo sonreír por fuera cuando por
dentro llueves. Y nadie puede encontrar el hilo de tu tormenta. Cómo pensar para
qué y hasta cuándo sin derrumbarse.
Cómo decirte que a veces me
siento sobre mi montón de ruinas y respiro apaciguando un poco mi desorden.
Ordenando mi teoría del caos y tratando de no explotar. Poniendo cerrojos en
las puertas que sólo me traen oscuridad.
Sí. Yo también me siento así a menudo.
Empatizo con tus ojos tristes. Pero no tengo fuerzas para salvarte. Disculpa
las molestias que esto pueda ocasionarte, pero entiende que por una vez necesite
salvarme yo.
Porque he conocido el otro lado
de la vida. La otra cara de la luna. Y allí bailo alegre sin preocuparme de
casi nada y te aseguro que nadie me ha ayudado a llegar hasta allí.
Te deseo fuerza para nadar contra
la corriente, valor para llegar a la orilla, si lo haces, aquí te estaré
esperando con una sonrisa. Y si no, suerte en tu viaje, sea cual sea.
A fin de cuentas nunca dejamos de
ser viajeros que queman destinos y pierden maletas por el camino. Y tal vez, sin
ningún miedo a reconocerlo, yo sólo sea una de esas maletas.
¿Y sabes? No merezco que me
pierdan.
Miss in bagage by Flavia Narvasadata
NOTA: El viernes 19 de marzo daré un recital en el mítico café del Nuncio de Madrid. Más info. aquí.
te sorprenderias si supieras por lo que yo estoy pasando estos ultimos tres dias. En serio, te sorprenderias. Porque yo no podria haberlo escrito mejor.
ResponderEliminarY me asusta (y mucho)que, aunque pueda que solo sea un escrito, leer esto precisamente hoy.
besos.
Vaya...pues ahora me quedo un poco con la intriga. Sea lo que sea, espero que el desenlace sea favorable.
EliminarBesotes.
Primero, nadie que merezca la pena (y con dos dedos de frente) te dejaría ir.
ResponderEliminarSegundo, ¿en serio necesitas un interruptor? ¡Pero si eres un sol andante! No borres la sonrisa que, aunque no lo creas, alumbra a muchas personas.
Quédate en el lado bueno de la vida, en el que te sientas a gusto y seas feliz. Todo lo que te arrastre al lado oscuro mejor que sean maletas y que se vayan perdiendo a medida que avanzas en tu viaje.
Ánimo y fuerza oski.
Un abrazo muy grande con ganas de verte!!
http://lookingforaheero.blogspot.com.es/
Jajaja gracias por subirme la moral, voy a pensarme lo de sol andante como BIO de twitter :p
EliminarUn abrazo grande Sasha! yo también tengo ganas de verte otra vez.
Uno detrás de otro, me he ido identificando en cada párrafo y asintiendo mentalmente a cada oleada de fuerza que desprende el texto. Un mensaje claro, que comparto y que desearía que compartiese mucha, mucha gente.
ResponderEliminarA veces me parece que se está generalizando aquello de esperar a que otra persona nos salve, como si fuésemos títeres indefensos e incapaces de toser el agua ya tragada y tomar aire.
Otras veces, vengo, te leo y me alivio: todavía queda quien bien se quiere cubrir las espaldas a sí mismo.
Un besote.
Desde siempre se ha dicho eso de: "si no te cuidas tú, ¿quién va a hacerlo?" simplemente es ponerlo en práctica, que es la parte más díficil, pero la más necesaria.
EliminarUn beso, gracias por pasar y dejar tu huella.
"Nadie em ha ayudado a llegar hasta allí" Y es que cada uno bastante tiene con lo suyo, que digo yo con guasa.
ResponderEliminarNo hay que ir de salvadores ni esperar que nadie nos salve, y quizá hay que buscar menos respuestas y simplemente vivir.
Colecciono maletas antiguas donde guardo mis fotos y lo que me gustaría salvar en caso de catástrofe total. Es una manera de estar preparada para el viaje.
El texto es espléndido, como siempre, Oski. Y será por la cercanía de la primvera que se asoma un pequeño brote de esperanza.
Un beso, poeta.
Curioso eso de las maletas, y muy práctico.
EliminarLo que asoma con la primavera es la alergia, como todos los años, pero mantendremos el buen humor jajaja.
Un beso!
Es idiota quien te pierda. Hay que ser muy descuidado para perder a alguien con tu valor.
ResponderEliminarPero claro, si no hubiera idiotas descuidados no habría personas afortunadas que encuentran...
Besos.
Jajaja, muchas gracias Eme :-) me quedo este comentario levanta morales grabado en la memoria.
EliminarBesos!