-Hola, ¿bailas conmigo?.- a simple vista pronunciar ésta frase parecía fácil, le había dado vueltas en mi cabeza mil veces, había sopesado los pros y los contras, había calculado las posibilidades de que me rechazaran pero lo que nunca, nunca habría imaginado es que me dijera que sí, que aceptaba mi invitación.
Era una noche como otra cualquiera, en un bar cualquiera, con guapas e imponentes camareras que levantaban los suspiros de todo el personal masculino y marcaban la línea entre lo posible y lo imposible. Muy probablemente fueran motivo de inspiración para una canción de algún joven cantautor o de algún poeta que se hubiera dejado caer aquella noche por allí. Pero no habían despertado mi atención, no aquella noche, no por primera vez en mucho tiempo.
Yo miraba absorto hacia una esquina del local donde sóla, bailaba una muchacha de ojos claros y tristes, morena pelo largo y ondulado que a cada paso de baile que daba semejaba el vaivén de las olas en el mar.
Nadie más había reparado en ella, ella no había reparado tampoco en nadie más, su única preocupación era no perder el ritmo aunque su cara denotaba que intentaba olvidar algo o a alguien.
Decidí acercarme poco a poco, bailando de la mejor manera que conocía, metiendo tripa y sacando pecho intentando impresionarla, no recuerdo cuanto tiempo estuve junto a ella, quizás media hora, quizás una hora. Ni siquiera me había mirado una vez.
Armándome de valor decidí ponerme delante suya pero ni con esas logré que pestañeara así que ya sabiendo que había perdido la batalla decidí disparar mi último cartucho y la invité a bailar. Ante mi sorpresa me sonrío y cogió mi mano y comenzó a bailar conmigo.
Me sentía el hombre más feliz del mundo y cada vez que juntaba su cuerpo con el mío la respiración se me aceleraba y el corazón parecía querer salirse de mi pecho. Estuvimos así toda la noche, sin parar de bailar y sin dirigirnos una sóla palabra. Sólo cómplices miradas y sutiles sonrisas, aunque a veces se desnuda mejor un cuerpo de esa manera que con las manos.
La noche apuntaba a su fin y yo no quería que aquello terminase nunca, la última canción fue muy lenta y ella apoyó su cabeza en mi hombro sin dejar de sonreir. El local estaba vacío ya, debía ser de día en la calle, se me habían pasado las horas volando...¡y sin dirigirnos una sóla palabra ni saber ni tan siquiera su nombre! ¿cómo era posible, que hubieramos conectado tan bien?
Cuando cerraron me dió un beso en la mejilla y me dijo: próxima semana, misma hora, mismo sitio. Y se marchó corriendo.
No sabía su nombre, no tenía su teléfono, pero quería volver a verla así que pensaba acudir a la cita. La semana pasó lenta como una familia de tortugas dirigiéndose al sur, sólo podía pensar en ella, sólo quería volver a bailar con ella, sólo quería sentir una vez más el aroma de su pelo.
Por fin llegó el día y acudí puntual, allí estaba ella esperándome en el mismo rincón en que la conocí. Bailaba muy despacio y en cuanto me vio aparecer me dedicó una sonrisa de oreja a oreja. Volvimos a bailar durante toda la noche, pero seguimos sin dirigirnos una sola palabra, parecía que no hacía falta, podíamos decirnos todo con la mirada y con la forma de bailar. Al terminar aquella noche volvió a suceder lo mismo que la anterior. Y quedamos para la semana siguiente.
Seguimos quedando fin de semana tras fin de semana en el mismo sitio a la misma hora, sólo bailábamos, ni yo encontraba fuerzas para decir nada ni ella parecía tener ganas de decirme nada. Así que poco a poco empecé a depender de aquellos bailes. Pasaba toda la semana encerrado en casa, triste, sin otra preocupación que ella en mi cabeza. Empezaba a enamorarme y ni siquiera sabía como se llamaba. Siguieron pasando fines de semana durante dos años y siempre puntuales, siempre en el mismo sitio ella y yo fundíamos el ácido de nuestras miradas para hacer desaparecer el mundo a nuestro alrededor y bailar como colgados de las nubes.
Un día ya no aguanté más y después de haber pasado otra noche entera bailando con ella decidí que había llegado la hora de saber como se llamaba, estaba loco por ella, sólo pensaba en ella y durante ésos dos años no había hecho otra cosa que soñar con sus caderas cada noche y desear no enfermar cada fin de semana para poder verla nuevamente. Así que me lancé pero antes de poder pronunciar una sóla palabra me besó, fue el momento más especial de toda mi vida y con el que llevaba soñando desde el primer día que la vi. Nos fuimos agarrados de la mano y besándonos cada cinco pasos hasta que llegamos a la playa y culminamos en la arena una historia de amor que empezó bailando. Vimos amanecer, se apretó contra mi pecho con fuerza metió sus manos en mis bolsillos y me besó apasionadamente. Después se marchó corriendo.
Dos días después me enteré que se había marchado lejos y que jamás iba a volver, encontré una nota en el bolsillo de mi pantalón escrita con mucho cuidado y con una caligrafía perfecta, que decía:
"No sabes el tiempo que soñé con encontrarte, las noches en vela que pasé soñando contigo, los años que perdí buscando en otros brazos lo que tú me has dado con solo bailar contigo semana tras semana. He llegado a amarte más de lo que nunca he amado a nadie, he llegado a pensar que eras el hombre de mi vida y que debía casarme contigo, que debía saber tu nombre y que tú debías saber el mío. Pero no podía hacerlo porque cada día que pasaba era un día menos que me quedaba, un día menos para estar contigo, un día menos para poder respirar el aire que compartiamos. Llevaba dos años enferma, los médicos apenas me dieron meses de vida, pero tú, tan sólo con bailar conmigo semana tras semana me has hecho vivir dos años más de lo previsto, hoy sé que no me queda más tiempo, que mis horas se agotan y que siempre allí donde quiera que vaya desearé volver para bailar contigo otra noche más."
No pude contener las lágrimas en su funeral, no puder perdonarme el no haber profundizado más en su vida, el no haber entablado con ella una relación más extensa que la que teniamos cada noche en la pista de baile, ahora lloraba mientras leía su epitafio: "Aquí descansa Mara López, la cual durante dos años estuvo bailando con un ángel antes de llegar a convertirse en uno"
Me acerqué a la playa donde la vi por última vez, me tiré a llorar sobre la arena y miré hacia el cielo, no puedo afirmarlo al cien por cien pero juraría que
su rostro me sonreía y que bailábamos entre las nubes. Como leí una vez en el Blog de Esbozo quizás lo único malo de ir al cielo es que desde allí el cielo no se ve.
Nota: Éste relato es parte de mi participación como miembro de "El cuentacuentos"
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8 de mayo de 2007
El último baile
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:____)Que bello este baile, que bonita la sutilidad de tus palabras, la profundización de tus metáforas...cuanto me alegra que haya vuelta tu musa tan imponente!!!Si ya sabía yo que no podía tardar, que esa fiebre creadora que albergas iva a estallar en menos de lo que esperabas ;)Que fuíste creado para crear...y que en silencio, sin pronunciar palabra alguna, consigues contagiar estas ganas de bailar una melodía que en tus manos, hoy, parece eterna.
ResponderEliminarAlégrome sobremanera niño, que ya sabes que siempre consigues estremecerme el alma!!! Ando muy liado con lo exámenes finales (que ganas de terminar ya por Diosss!!!) pero no he podido evitar asomarme a tu ventana de fantasía y dejarte mis más sinceras felicitaciones!!!
Un beso colosal para TI!!!Y otro para tu Chocobo!!!;)
Sentí mucho placer al leerte, la ternura de la historia del último baile y de un amor correspondido, me formaron un nudo en la garganta.
ResponderEliminarSaludos!
vaya que relación tan curiosa! a veces nos convertimos en la salvación de alguien sin saberlo. En tu historia ese alguien tambien se convirtio en salvacion para la otra persona.
ResponderEliminarConmovedor, bonito y emotivo, como nos tienes acostumbrados.
Un beso Oski, feliz semana!
Que bonito!!!
ResponderEliminarA veces las palabras no dn necesarias, bastan las miradas, las manos, una sonrisa en el momento oportuno.
Un día, en una clase de expresión, viví algo parecido a lo que cuentas. Ahora menos que nunca necesitamos hablarnos, solo sentirnos uno al lado del otro.
Puf, me he quedado con una escalofrío en el cuerpo. Me ha encantado la historia, y el final me ha dejado hecha polvo. Da pena pensar el tiempo que perdemos a veces, cuando tal vez nuestra vida se acabe en el momento menos pensado. Pero o importante es que se fue feliz :)
ResponderEliminarMe gustó muchisimo, felicidades ;)
¡Qué bonito!
ResponderEliminarUna idea preciosa, bien llevada.
Sólo he notado alguna palabra que reitera y hace que el encanto de las frases en algún momento afloje un poco pero vamos, que puede ser una apreciación mia exagerada, porque el relato es precioso.
Me ha gustado mucho como nos has contado esta historia bonita y triste a la vez.
Gracias, y gracias también por las bonitas palabras que me has dejado entre las cerezas.
Cerezas rellenas de besos.
Queralt.
Que triste y yo pensando que ella se hacía la misteriosa y la fría y resulta que estaba enferma...jooo!!!
ResponderEliminarEl final, con el final has conseguido que se me pongan los pelos de punta. Muy bueno.
Saludos
gracias por la visita eres encantador,es el otro lado del bosque aunquedan nuestras casas ,si quieres puedes venir a platicar un momento te leere algunos poemas.
ResponderEliminarsaludos
PD. me encantan tus relatos
A mi me pasa lo contrario: alguien me está matando en cada encuentro, sé que no tengo salvación pero quizás un día cuando esté en el cielo y pueda mirar a la tierra sepa que los ángeles no existen aquí abajo.
ResponderEliminarUn beso Oski, eres siempre muy conmovedor.
Wow! que triste, pero a veces en la vida hay momentos así, pero quedan en el registro de la memoria por siempre.
ResponderEliminarSaludos!
Oski, te has lucido. Me ha encantado el relato. Bufff, es una historia de amor muy curiosa y también muy triste, no ya por la enfermedad de Mara, sino por el amor que sentían ambos el uno por el otro, y la sensación que quedaba entre semana de faltar algo. Ambos se querían, ambos bailaban pero faltaba algo. Un poco egoísta Mara por no profundizar más. Pero de todas formas, una preciosa historia de amor, aunque tenga final tristemente triste.
ResponderEliminarUn abrazo!
Es lo más bonito que te he leído nunca y ya sabes, porque siempre te lo digo, que me encanta como escribes.
ResponderEliminarMe ha parecido una historia preciosa, una historia muy triste que, como tal, ha de hacer llorar al lecto y yo he llorado al leerla. Así que... ¡prueba superada una vez más! ;)
¿Y sabes? me ha recordado mucho a mi película favorita (Un paseo para recordar), no porque la historia se parezca en algo, porque no es así, pero sí por el hecho de que "él" es algo así como su pequeño milagro y la alegría de sus últimos días de vida (en este caso años).
Genial Oski, de verdad que sí.
P.D. Y, con tu permiso, enlazo tu blog.
Un besote!
Es una historia de amor maravillosa
ResponderEliminary tierna que has escrito con muchísimo talento. Enhorabuena, me ha gustado mucho, mucho...
Besitosssss.
Ohh! que historia más triste y más bonita al mismo tiempo! Que forma más bella de entender un baile, como una salvación momentánea para algo incurable!
ResponderEliminarPrecioso, me has sacado mi lado más tierno!
Besitos!
Pd. gracias por tus palabras!!:) aunque yo sigo sin verle la gracia a mi historia...no hay peor crítico que uno mismo!
Hum... podias haber escogido otro nombre.
ResponderEliminarBravo! Bravo! que historia mas tierna y llena de romanticismo, que deseo de que el final fuera distinto, pero luego comprendo que aquellos amores tan inmenso y puros, serán eternos con un final así.
ResponderEliminarbello, me encanto leer.
te dejo mis cariños
Pia
Hermosa historia, conmovedoramente hermosa. Y la frase: "quizás lo único malo de ir al cielo es que desde allí el cielo no se ve" genial.
ResponderEliminarTe aplaudo Oski, esta semana has estado especialmente brillante. Enhorabuena.
Besitooos.
P.D.: Gracias por pasarte por mi nueva casa y por tu comentario :D.
Como la vida misma, no siempre se concretan posibles historias de amor y con buen potencial para serlo.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Mi cita es obligada, siempre salgo con buen sabor de boca despues de leerte y espero el próximo post para volver a disfrutar.
ResponderEliminarPrecioso cuento aunque triste, la vida pasa es como un tren y no podemos dejar que pase y quedarnos esperando en la estación.
Besitos.
La vida pasa muy rápido, tan rápido que a veces no vemos los ángeles que estan junto a nosotros, hasta que los hemos perdido, de nosotros mismos depende abrir bien los ojos y mirar...
ResponderEliminarPrecioso texto y muy conmovedor, triste.
ResponderEliminarUn beso tierno y dulce también.
Abrazos,
** MARÍA **
Que delicia de texto. Agridulce, como la vida misma.
ResponderEliminarAndaré por aquí a menudo, se siente uno bien leyendo estas líneas.
Saludos!!
No, que no se muera...No, Oski...
ResponderEliminarPor qué matar al personaje??? Por favor:
una novela rosa con final feliz! :)
Muy buena, mi amigo escritor.
Y este tanguito final...bien llorón, como los tangos y tu cuento. Un abrazo!
No estoy yo mucho pa' historias de amor, desamor, etc.. pero reconozco que me ha encantado (menuda novedad, el día que escribas algo que no me guste no se yo que pasara xD)
ResponderEliminarMe he quedado pensando despues de leerlo y la verdad no se si prefiero el final tal y como esta o uno mas very happy. Nah, me quedo con este ;)
Magistral, Oski!!!!. Me atrapo de tal manera que miles de imagenes volaron por mi mente...Te felicito por escribir cosas tan bellas, aunque triste, pero muy atrapante. Besosssss.
ResponderEliminar"me recordó una canción de Pablo Ager: "Alambradas" que decía algo así en su estribillo "hoy he dilatado mis pupilas para que tú puedas vivir en ellas"
ResponderEliminarNunca había escuchado sobre ella. Me fascina la frase.
Gracias por visitar mi espacio XD
Osky, aunque tengo deseos de matarte(tengo un nudo en la garganta), voy a contenerme. Es imposible, el mar me lo impide.
ResponderEliminarAhora, fuera de toda broma, has contado una historia de un amor consumado, no imposible.
Con el tiempo, uno concluye que, ante un amor cierto, no hay tristeza.
Otra cosa, desde el cielo, se ve la tierra. No creo que ella mire en otra dirección y sentido que esa: sólo allí podrá encontrar los ojos de él...mirando hacia el cielo.
Un abrazo Osky, vengo atrasado. Pero vengo.
Mientras leía se me apretaba el corazón, bellísimA historia. No dejes de visitarme escribes muy bien.
ResponderEliminarCariños Oski, tienes un talento innato.
Muy linda historia!!
ResponderEliminarMe encanto, me transportaste y pude estar ahi!!
Magnificas palabras.
Un beso
Pd: Me gusto mucho tu header ;)
Mua!
En un nuevo intento por comentarte (espero tener mas suerte ahora) te diré que expresas de forma bella y desgarradora, el lado cruel de la ternura como lo es el amor en estado puro en una magnífica narración. Genial como describes la presencia de ella a ojos de él la primera vez que la vio. Como nos vas envolviendo a traves de la música en una bella historia de amor que aquella carta termina por transformar en una excepcional historia de amor y coraje, de lágrimas de rabia.
ResponderEliminarUn abrazo
Me parece fantastico ese baile...y cómo logras que suene, tambien...
ResponderEliminarB x C
Oye, que preciosisimo cuento... te felicito de todo corazón, me has hecho humedecer los ojos con la ternura de ese último baile.
ResponderEliminarQue Dios te conserve ese talenteo... nuevamente mil felicidades...
Ta wenisimo, me llevo a algunos amores que recuerdo por ahi.
ResponderEliminarTe felicito,
Muy buen relato, y como nuestra amiga Ferípula te pido que el próximo sea con final felíz, que ya bastantes son los sufrimientos de la vida real...no daremos a basto para reponernos.
ResponderEliminarBss y feliz semana
Huy... me sedujo tu cuento.
ResponderEliminarEsperar siempre solo por latidos al mismo ritmo...es una prueba fuerte.
Hermoso cuento.
Felicitaciones.
QUEDE ENCANTADA CON EL RELATO AUNQUE CON FINAL TRISTE, IGUAL EXCELENTE
ResponderEliminarQUE PLACER ES LEERTE, SOS UN MUY BUEN ESCRITOR
UN ABRAZO ENORME
.
..
FREAK
Todo lo que escribes es genial, como tú. Me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo!
tengo a mi lado un compotera con bananas y dulce de leche...mientras escucho musica y leo tu escrito... soy una persona privilegiada... rodeada de tantas cosas buenas... muy bueno... besos
ResponderEliminarBello
ResponderEliminarEstas invitado ajugar el juego del 8 en mi blog:
ResponderEliminarwww.letrasenelcamino.blogspot.com
Nos vemos,