No hay mayor desprecio, que no hacer aprecio. Se repetía una y otra vez intentando convencerse a sí mismo, pero, por más que intentaba ser consciente de que no debía hacer caso a nadie más que a su propio instinto le era realmente díficil conseguirlo.
Le importaba demasiado lo que dijera la gente y no había hecho otra cosa que dirigir su barco hacia donde a los demás le parecía bien. Había adelgazado para buscar la aceptación social, se cortaba el pelo cada quince días solo porque su madre se lo pedía, no estudiaba la carrera que le gustaba porque su padre le había dicho que no tendría salidas y que sería perder el tiempo, no se compró el coche de color negro porque su novia le dijo que no le gustaba ese color y que lo prefería verde y muchas más cesiones en su día a día que ni recordaba ni quería recordar.
Sólo tenía una certeza, que no era feliz, y no lo era porque ni su novia, ni su familia, ni sus amigos lo llenaban, porque ni lo entendían ni hacían esfuerzos por llegar a comprenderlo algún día. Quería escapar, huir lejos y cambiar de aires, conseguir ser él mismo y que nadie intentara comandar el barco de su vida.
Así que como odiaba su propia vida, cada noche antes de acostarse escribía en un cuaderno sus dudas, sus miedos, sus inseguridades, esperando hallar en la virginidad de las páginas en blanco respuestas a todas sus dudas. Pero siempre llegaba a la misma conclusión, una conclusión con la que finalizaba cada página que escribía ..."No soy feliz, hoy fue otro día rojo más"...
Cuando lograba cerrar los ojos soñaba que era un caballero andante y que luchaba contra dragones que tenían retenidas a bellas princesas, princesas a las que nunca llegaba a ver el rostro. Aquello lo intrigaba demasiado, noche tras noche volvía a soñar lo mismo. Hasta que llegó a poder controlar aquel sueño.
Unos días vencía al dragón e ignoraba totalmente a la princesa, otros lo mataba y justo cuando rescataba a la princesa y retiraba el velo para verle la cara se despertaba sin conseguir su objetivo...
Los días pasaron y su vida siguió pasando entre el tedio y los deseos de los demás de controlarlo. Su única evasión del mundo "real" eran sus sueños y en cierto modo lo único que lo mantenía con ganas de seguir adelante era descubrir el rostro de la princesa. Así que en su cuaderno empezaba a escribir..."cada vez estoy más cerca de descubrir quien es la princesa, sigo sin ser feliz, hoy fue otro día rojo"...
Y el tiempo seguía pasando, en su día a día empezaba a ver princesas cuyos rostros no era capaz de desvelar, empezaba a confundir el sueño con su propia realidad. Apenas hablaba ya a nadie, no quedaba con sus amigos, buscaba excusas para no quedar con su novia y poco a poco dejó de ser el chico popular que era y empezó a refugiarse en su cuaderno, sus sueños y en la idea de que pronto descubriría quien era esa princesa que tantas horas de sueño habían colmado.
Tras muchos meses divagando descubrió en su biblioteca un libro de un tal Homero "La odisea" y tras leerlo se abrió la luz al final de su laberinto de dudas. Llegó a la conclusión de que lo verdaderamente importante en ese libro no era llegar a Ítaca sino disfrutar del viaje que llevaba hasta la isla, cuanto más largo mejor, quizás al finalizar el viaje nada se pareciera a lo que en un principio se soñó, pero el simple objetivo de querer llegar ha permitido partir y descubrirte a ti mismo en el viaje, descubrir tantas y tantas cosas que harán que Ítaca verdaderamente tenga un gran significado que no tiene porque ser igual que el que en un principio imaginaste.
Así descubrió que el verdadero objetivo no era conocer el rostro de la princesa sino encontrarse a si mismo intentándolo, darse cuenta de que la vida era más amplia que su casa y sus ataduras, ser consciente de que a veces hace falta partir, viajar, cambiar de aires. De esta forma cuando quitase el velo a la princesa podría verse a si mismo, y ese, verdaderamente sería el principal objetivo de su viaje.
Esa noche escribió en su cuaderno: ..."Hoy me marcho a encontrar a la princesa, mi viaje quizás dure años, pero estoy seguro de que cuanto más largo sea más cosas podré entender. Empiezo a ser feliz..."
Cuando su madre fue a despertarlo por la mañana, encontró la cama vacía y una nota sobre la almohada que rezaba: "Os espero en Ítaca quemando días rojos".
NOTA: Este relato forma parte de mi participación como miembro de "El cuentacuentos". Se encuentra bajo una licencia © Creative Commons.
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30 de julio de 2007
La odisea del día rojo
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Wei!!!!!!!! si si siiiiii!!!
ResponderEliminarBueno, bueno, no se si podre añadir algo que no te haya dicho ya, asique me repetiré..
La hisotria en si me ha encantado, me gusta mucho, como ya te dije, es extraño como a veces necesitamos perdernos para poder encontrarnos.
Y sobre la primera parte, lo que ya dije tambien, solemos cambiar y modificarnos por lo que la gente quiere que seamos, permitimos muchas veces que nos moldeen a su antojo, al final todo el mundo esta contento menos nosotros mismos, ahi se ve la importancia de serle fiel a tus principios a tus espectativas, en fin a ti mismo, para dar un paso hacia la felicidad (o al menos, la satisfacion personal de ser como quieres ser).
La parte que no me gusta de todo esto.. ya sabes cual es, no la hare publica, sobre la que te lance aquella pregunta (por si no te acuerdas)
Un besazo, nos vemos en el msn
Muy bueno el relato de esta semana tío. Todo el mundo se sentirá identificado con algunas cosas de las que cuentas, porque seguramente todos habremos actuado a veces en contra de nuestras ideas para hacer feliz a alguien. La verdad es que me parece una forma genial la que tienes de describir cómo encontrarse a sí mismo.
ResponderEliminarMis felicitaciones!! Un abrazo!
Y ahora qué? te lo vuelvo a repetir? jejeje :P
ResponderEliminarAinssss... mi hermanito pequeño se me está haciendo mayor y yo me siento muy orgullosa!! xD
Venga, va... gilipollencias aparte, este relato es cojonudo. Porque para tí, para mí o para menganito puede ser un relato pero seguro que en el siglo XXI hay Ulises y Odiseos a mansalva, que te lo digo yo... por lo que también tiene esa carga de real, intimista, personal... que a mí tanto me gusta!! Pero todo esto ya lo sabes tú...
Así que... galardón, cinco estrellas en el paseo de la fama cuentacuentero, sinfín de aplausos y miles de flores marmotilla!! ;)
P.D. Hay que ver lo fea que es la imagen del final ehhh!! jajajaja (esto tenía que decirlo o reventaba!!! pero sólo para que tú me contradigas diciendo que es muy chula :P)
Besitosssssssssssssssssssssssss
Has hecho una verdadera apología del encuentro con la madurez y con nosotros mismos. Los sueños de lucha y salvamento, son siempre inseguridades interiores y la Odisea, uno de los libros con el lenguaje más hermoso de los que he leído.
ResponderEliminarEs cierto, que complacer a los demás trae placer a nosotros mismos, pero cuando eres siempre el que tienes que ceder, trae frustraciones e inseguridades que te sumen en un vacío infinito.
Un relato maravilloso que invita a la reflexión y a conocernos bien antes de lanzarnos a la tarea de la vida.
¡¡Me ha encantado!!
Pues sí Oski, para poder darte a todo el mundo primero tienes que ser capaz de encontrar quién eres porque si no, qué demonios vas a dar de ti?
ResponderEliminarUna reflexión linda que todo el mundo debería comprender. La vida no es más que un viaje hacia nuestro interior y yo siempre digo que Ítaca está en nosotros mismos. Un saludo loco.
Me ha encantado la reflexión que lanzas y más aún que hayas elegido La odisea para mostrarnola.
ResponderEliminarHasta otra!
Me gusta mucho cmo escribes, y como desarrollas tus narraciones, de un modo natural, eso no es nada nuevo, pero en esta ocasión deslizas suavemente el tema d ela historia y lo enlazas de una manera preciosa con el título de tu blog, de lo mejorcito que te he leido. Una autentica preciosidad.
ResponderEliminarUn abrazo,
Pedro.
Muy bonito Osky . ¡Chapó!, diría yo esta semana, especiálmente me ha encantado que hicieras mención a Ítaca y la Odisea..Salu2.
ResponderEliminar:O
ResponderEliminar...
...
¿Y ahora qué digo?
¿Como lo haces? ¿Como consigues llegarme al corazón semana tras semana? ¿Como escribes tan cojonudamente bien? (perdóname el taco)
Es absolutamente genial!
Niño...esta Odisea ha sido tan tan notable que practicamente no puedo expresar lo que he sentido al leerla. Para tu tranquilidad te diré que solo he comprendido el 99 por ciento (jejejeje!) el otro uno restante queda sellado en esa cajita que es tuya, y solo tuya, esa que te guardas en el pecho :) Nadie te dirige soñador, tras el cristal florece siempre un edén personal... ya sabes que me encanta cuando atracas en la orilla y te compartes de esta forma (quizá puede, que, a base de esas metáforas que compartimos, te filtres a menudo por los caminos de mi subconsciente :)¿Me haces un hueco en Itaca? Sería un lugar maravilloso donde poder vivir, sin límites, y sin fronteras ;)
ResponderEliminarPrometo quemar todos los días rojos, y bailar alrededor de tan grande hoguera, la danza liberadora de las ilusiones!!!
Adelante cisne! Se te da tan bien volar contra el viento!!!
Miles de besos!!! Y un abrazo enorme!
PD: Y ni caso al cántico de las Sirenas, atáte bien al mástil precioso...¿sabes? todas las princesas tienen un rostro, es soloq ue a veces prefieren esconderlo tras su pelo :)
ResponderEliminar¡Esperame en Itaca... que yo también voy!
ResponderEliminar¡Que maravilla es leerte! Desde luego ya no puedo perderme ni uno solo de tus cuentos. Además de lo indentificada que me he sentido, supongo que todos nos hemos sentido así alguna vez... Y es bueno ver que no caminamos solos, que aunque parezca que no hay nadie más, somos muchos los que paseamos descalzos por terreno pantanoso...
Tu princesa te espera, pero disfruta de las vistas que es lo que te llevas.
Besos.
Y la princesa era la vida misma sin otro reino al que aspirar que a vivirla. Gran desprecio sería pasar por ella sin detenerse al menos un instante a contemplar un amanecer, a no sentir por un momento la sensación de hacer feliz a alguien. Una historia que sobre todo nos hace apreciar esa lucha tan hermosa que nos toca vivir. A vivir pues!! Este mundo en que podamos llevarnos genial no es una utopìa!! Empecemos a ser felices!!!
ResponderEliminarMaravilloso relato killo! Un abrazo!
Sí, debe ser que en el camino es donde se descubren más cosas que el simple hecho de llegar al objetivo. Me encanta los aires de independencia que refleja tu relato :)
ResponderEliminarEstá buenísima la imagen ubicada al principio del post.
Un abrazo.
Buff, te sorprenderia la de gente que he encontrado en mi vida con ese problema, viviwendo una vida conducida por otros, sin atreverse a hacer lo que querian, pero por desgracia de la gente que yo conoci muy, muy pocos se atrevieron a dar el paso del cambio, a emprender su viaje a Itaca.
ResponderEliminarBonito relato, acompañado de un bonita foto de cabezera, porque de la otro foto mejor no hablar :P :P
Me gustó mucho tu texto, quizá tanto como para cruzar la frontera de lo ireal y construir un lugar donde nada ni nadie poga obstáculos a los deseos de nadie; entre otras cosas, porque nadie tiene derecho a hacerlo.
ResponderEliminarBesos, desde cualquier lugar parecido a Ítaca.
** MARÍA **
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue bonito Oski! un cuento precioso, junto con una narración estupenda y me ha encantado que lo mezcles con el título de tu blog.
ResponderEliminarPerfecto, no sé que más te puedo decir
Un beso
Pd. El comentario suprimido es mio, que se me ha colado un comentario que no era para tí :S
Un cuento inspirador, el mensaje le da todo el sentido necesario a las palabras. Me gusto muchisimo.
ResponderEliminarTodos deberiamos emprender ese viaje que es la vida.
Besos.
que buen cuento, me gusto mucho, con bastante sentido...
ResponderEliminarlas personas tenemos que perdernos en nuestros propios mundos para encontrarnos, para saber porque caminamos..porque dormimos..porque hacemos lo que hacemos..lo importante de ese viaje que uno hace es el camino como dices, porque alli te das cuenta si realmente vale la pena o no seguir...o si ese camino es el tuyo.
muy buen blog,
realmente.
saludos
A veces hay que perderse para encontrarse a sí mismo :) Muy buena reflexión.
ResponderEliminarCuando vaya a Ítaca, el chico se dará cuenta de que no es feliz porque nadie le ha dejado ser él mismo. No hay mayor infelicidad que supeditar tu personalidad al gusto de los más demás.
Un beso mío,
Mun