Y que cumplas muchos más

Y llegó el momento de cumplir años, nadie escapa a hacerse viejo y este blog no iba a ser una excepción. Hoy se cumple un año desde que hiciera mi primera entrada en este hogar que bauticé como "Utopía en días rojos". Nunca expliqué con exactitud los motivos de tal nombre y tal vez hoy sea el día en que deba hacerlo.

Un día rojo es uno de esos días en que no tienes ganas de destaparte, de quitarte las mantas, ni de ver la luz del día, en definitiva un día para borrar de la memoria. No obstante siempre queda la esperanza de que todo eso cambie, de que los días empiecen a ser de otro color, días que siempre puedan recordarse. Por eso escribo, cada texto es una nueva utopía, una nueva tabla que lanzo al mar para que un naúfrago pueda aferrarse a ella. Muchos habéis sido los que con vuestros comentarios me dabais alas para seguir escribiendo, para seguir soñando y para no olvidar que siempre, siempre, quedan cosas por las que luchar.

No obstante todo barco ha de entrar en dique seco de vez en cuando para poder seguir flotando por lo cual voy a ausentarme por tiempo indefinido para dedicarme plenamente a otros proyectos.

No es una despedida, los que me conocen bien saben que no puedo dejar de escribir ni aunque me aten y muy pronto estaré compartiendo con vosotros de nuevo los frutos de mi imaginación, de mis sueños y en definitiva de mi vida.

Así que queridos amigos y amigas cerramos una etapa y comenzamos otra nueva empezando por el diseño del blog que de momento está en fase de prueba hasta nueva orden. Otra de las cosas que me hacía ilusión en este día tan especial es que compartierais conmigo lo que para vosotros significa un día rojo así que hice un llamamiento vía email. Cinco amigos muy especiales y visitantes asiduos de mi blog han querido compartirlo con todos nosotros y a continuación podréis sumergiros en sus letras tal y como yo lo he hecho. Gracias a los cinco de todo corazón y perdón a los que no pude invitar a tiempo. De todas formas nunca es tarde, hoy es siempre todavía así que si alguno quiere compartir sus "Utopías" con nosotros puede hacerlo en los comentarios. Gracias a todos por este año, gracias por tantas y tantas cosas, gracias por seguir ahí y por seguir soñando conmigo. Ojalá cumplamos muchos años más juntos.

Utopía en días rojos por: René

No debe haber sido hace mucho tiempo....no recuerdo la fecha exacta....tampoco como arribé.
Pero sí sé que he encontrado un amigo allí. Desde la virtualidad claro está...pero quien sabe a estas alturas de la frontera exacta que separa el mundo real del virtual?
Sí, un amigo encontré en una puerta que permanecía abierta con un cartel que decía" utopía en días rojos" así que simplemente entré..sin golpear. Y aquí estoy luego de algunos meses ya.
Creo que la palabra que mejor lo describe es: "impresionado".
Sí , muy impresionado por aquel talento para narrar, para relatar.
He seguido muchas historias en las que me pierdo entre la realidad y la ficción vistiéndome de una infinidad de sentimientos.
La verdad he disfrutado este hogar virtual. Me he sentido cómodo aquí se respira un aire muy acogedor y hoy le he pedido a los dioses que le otorguen mucha vida desde mis montes nevados. Un abrazo fraterno, hermanable, cómo me he sentido aquí.
Gracias a Oski muy de verdad por haber enriquecido mis días..
Desde una lejana montaña en el fin del mundo.

Utopía en días rojos por: Favole

Los hilos que forman nuestra vida son de distintos colores. El destino los va entretejiendo sabiamente hasta conseguir un tapiz de luces y sombras, un abanico de posibilidades, que no es más que la gamma de colores más grande que ha sido capaz de percibir el ojo mortal.
A menudo los seres humanos nos vemos arrollados por los acontecimientos impredecibles que gobiernan nuestros pasos, nuestro carácter, nuestra filosófia de vida y , porque no, también nuestras aspiraciones y sueños.
Segundos, minutos, meses, años...la existencia no es más que un gigantesco reloj de arena. He visto días de color rosado, aquellos que tienen un sabor dulce, aquellos en que el mundo parece un lugar perfecto para (sobre) vivir. Azul para la melancolía, días en que el alma nos pide sosiego y reposo, calma y una pizca de monotonía...y ¿qué decir de los días verdes? aquellos días en que todo queda bañado por el fulgor de la esperanza, del renacimiento, de la perpetua renovación. Sin olvidarme de esos atardeceres color naranja, de esos amaneceres amarillos... de esos dias en que la fantasía se viste de color malva y púrpura (sin duda, estos últimos son mis dias preferidos).
No obstante, he de decir, que también he saboreado en mis adentros aquellos días más oscuros, los que nos inundan de negro, o peor aún, los que nos confunden con sus grises, los que nos pierden, los que provocan el desaliento a esta minoria que somos los soñadores.
Hace algún tiempo tuve la suerte de encontrarme con este paraje maravilloso. Aquí fue donde escuché hablar por primera vez de los días rojos. "Utopía en dias rojos" mostraba el cartel de la entrada... "¿Un día rojo?"- pensé...-"creo que sé a que se refiere"...esos días en que el alma no puede, por más que lo intente, encontrar la paz.
En los días rojos sentimos que no encontramos nuestro lugar en el mundo, la realidad pasea por nuestros adentros a sus anchas, y sentimos la agresividad de todo lo que nos envuelve a flor de piel. Los días rojos ponen a prueba nuestra esencia más pura, la que perdura por encima de todas las cosas, la que es una mezcla perfecta de fortaleza y fragilidad. Sí...los días rojos requieren de nosotros la utopia, el abrazo ciego a la libertad, la creencia necesaria de que el mundo puede ser un lugar mejor. En estos días quemamos todo lo que nos hace daño, nos sobreponemos y hacemos gala de la herramienta más poderosa que poseen los seres tocados por la ilusión: la fe.
Como todo lo ancestral, los días rojos están dotados de un cierto aire de ceremoniosidad. Hay que hacer una hoguera, enorme, desproporcionada...un gigantesco pozo de llamas donde arrojamos todo lo que bajo el disfraz de la verdad nos ha ido envenando el alma. Como el fénix renacemos de nuestras propias cenizas, y tras el delirio de la destrucción recojemos los pedacitos de luz escondidos entre los escombros. Esas pequeñas semillas,sí, esas... las que sobreviven a la tempestad de los sentidos.
Se las puede reconocer porque tras el aire rojo ellas siguen brillando con luz propia. Ellas son nuestras utopias, nuestras ilusiones, nuestros sueños, perdidas y encontradas una vez tras otra, supeditadas a lo que llamamos normalidad, realidad,o peor aún, certeza.
Ellas nos recuerdan la sangre que circula por nuestras venas, son la encarnación de la vida, el impulso primario que nos incita a librar nuestra lucha personal, y a menudo, tan solitaria.
Y fue precisamente aquí, en estas tierras, donde descubrí un lugar para engendrar la ilusión, un aquelarre de pasiones, anhelos y trascendencia. Su dueño, el rey de estos parajes, la bautizó con el nombre de Ítaca...y dió en el clavo...pues desde aquel primer día rojo, desde aquella primera hoguera, puedo decir que en esta playa-bosque me siento como en casa.
Es más, valió la pena naufragar por todos estos mares, conservar la esperanza de ver sus orillas en el horizonte...y volver, volver a esta isla una vez tras otra, a esta isla donde la regenarión y la lucha prosiguen, a esta isla que mantiene las ventanas abiertas...y no las cierra Nunca Jamás.
Y es que adoro los días rojos...adoro las utopías en dias rojos.

Utopía en días rojos por: María

Utopía es una palabra de origen griego que significa “lugar que no existe” y de ella, la RAE nos dice que se trata de un “plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación”.

Por otro lado y utilizando palabras de Manuel Cuesta, “Un día rojo es uno de esos días en los que uno se siente mal, se siente melancólico pero no sabe por qué, no tiene una razón, un motivo existente para estarlo”.

¿La conclusión? Es muy sencilla y algo que ya sabíamos todos: no existía ninguna “Utopía en días rojos” hasta que nuestro Oski tuvo a bien crearla, para él y también para los demás.

En mis primeras visitas encontraba en ella a un completo desconocido por el que sentía admiración. Alguien que me dejaba perpleja por su forma de escribir, de transmitir y de llegar al lector y atraparle haciéndole partícipe y personaje…

Ese desconocido pasó a dejarse conocer (permitiéndome incluso colaborar con él y dedicándome algunas de sus palabras), para después, llegar a convertirse en mi hermanito pequeño (como yo cariñosamente le digo).

Y lo cierto (y verdaderamente importante) es que da igual si yo tengo un día rojo o uno verde; si se trata de un día redondo o de uno negro; si me da por llorar sin parar o por reír sin motivo aparente, porque una vez dentro de este Blog, se olvidan los problemas y las penas. Simplemente hay que dejarse llevar y perderse entre las palabras de nuestro “CuentaAutor”. Una vez rota esa barrera, detrás de las palabras se esconde un niño dormilón, cabezón, gruñón y cascarrabias capaz de empecinarse en hacerte sonreír y no parar hasta conseguirlo…

Canijo, felicidades por este primer añito digamos… “utópicamente colorado” y que vengan muchos más. No dejes de escribir jamás, ni siquiera en días que se tiñan de rojo, porque es sabido por todos que las mejores obras salen cuando el artista no está precisamente alegre.

Utopía en días rojos por: Miki

Mirada al techo, al piso de arriba, al cielo, al infinito... Tumbado boca arriba en la cama reflexiono sobre mi vida, sobre mis inquietudes y mis metas en esta vida tan difícil. ¿Qué hago aquí? ¿Cuál es el fin de toda una vida de alegrías y desgracias? ¿Para qué objetivo he nacido? Antes no lo sabía, simplemente vivía, daba un paso y luego otro y otro más, tropezando con piedras en el camino, deslizándome por la llanura de un firmamento sólido y suave e, incluso, encontrándome barreras infranqueables y teniendo que atajar por otro sendero.

No tenía la vida que quería, no era plenamente feliz conmigo mismo. Decepciones, enfados, pérdidas, alejamientos, falta de libertad... qué mas da, todo viene a ser lo mismo. Cada ser en la tierra ha nacido para vivir su vida, su propia vida, la que él desea vivir y con la que sueña día a día. Nadie más tiene derecho a decidir por él.

Días rojos en un horizonte lejanamente azul.

El rojo se fue tiñendo de verde esperanza al encontrar por fin ese algo que necesitaba encontrar para poder dar pleno sentido a una vida sin él. Algo por lo que vivir, algo siempre presente en lo que poder apoyarse y refugiarse. Algo con lo que poder disfrutar al máximo en cada momento, en cada paso: el amor.

Amor... Amor... Amor... No es simplemente amor, es mucho más que eso. Es algo tan profundo que ni la más afilada de las espadas podría cortar, ni el más pesado de los mazos podría resquebrajar, ni la más cruel de las personas podría destruir.

Y el amor no viene por sí solo. Viene cogido de la mano de alguien, de alguien especial, muy especial. Por ese alguien lucho día a día, por ese alguien veo la vida de otra manera, con otra perspectiva. La mejor vida es aquella en la que tienes alguien a quien amar y alguien que te ame. Alguien que te de lo que tu necesitas y que reciba lo mismo o más.

Hoy por hoy, mis días son enteramente rojos, pero no de ese rojo oscuro del principio, sino de un rojo fuego, un rojo vivo, un rojo pasión con el que anhelo encontrarme en cada despertar y con el que realmente me encuentro. Soy feliz.

Utopía en días rojos por: Iller

Se puede decir de muchas maneras, expresarlo con mas o menos palabras, pero creo que casi todos estaremos de acuerdo en que "utopia en dias rojos" es un refugio. Un lugar donde puedes sentirte libre por momentos, donde sabes que no se tienen que esconder los sentimientos, ya que estos vagan libres....Todos sabemos lo que es un dia rojo, todos hemos tenido alguno y nos hemos sentido mal por ello, en esos momentos este rincon, tu rincon, es un buen sitio donde acudir, un lugar donde leer historias y relatos que te acarician el corazon, que te hacen sentirte menos solo. Creo que todos los que pasamos por aqui nos hemos sentido reflejados en alguna ocasion contigo o con los personajes que creas, esos seres tan reales venidos del mundo imaginario para transportarnos con ellos en un viaje maravilloso.