21 de septiembre de 2014

Ausencias

Me dueles. Me dueles tanto en noches como esta, que no sé si gritar tu nombre y despertar a todo el vecindario, escribirlo un millón de veces hasta que se me abran las muñecas, o tatuármelo a navaja en los tobillos.

Podría empezar diciendo que nunca quise que tu ausencia doliera, que me creí todos esos cuentos en que podíamos ser eternos mientras mirásemos la misma estrella, pero no tuve en cuenta que una vez que te agarras a la flecha y sales del carcaj te pierdes entre la maleza, y ya no hay forma alguna de encontrar el camino de vuelta.

He tratado de olvidarte de la peor manera, guardando silencio, manteniéndome al margen de cualquier cosa que me recordase a ti y matándome por dentro cada vez que aparecías en alguna conversación, en algún gesto, o en cualquier recuerdo fugaz. Supongo que he evitado dejarte marchar simulando que ni siquiera habías existido.

Pero cómo no ibas a existir si hacías rugir mis siete mares, si escuchar tu voz era para mí el único salvavidas en esta cabeza llena de tempestades que llevo sobre los hombros. Si todo lo que tocabas cobraba vida y tu sonrisa era un refugio para todas las aves perdidas. Si eras la única puta razón que tenía para pensar que todavía quedaba un sitio para mí en el mundo.

Podría decirte que por ti lo habría dejado todo, pero sería mentira, porque nunca tuve el valor para confesarte que había ido a buscarte y que quería empezar contigo otra vida en otra parte, lejos de todo y todos, incluso de nosotros mismos. Me sentía tan impotente cuando me hacías temblar con un roce, tan insignificante cuando creía que yo no tenía un sitio cerca de tus brazos. Suena absurdo, pero supongo que me acojonaba pensar que podíamos ganar y que todo podía salir bien.

Y aquí me tienes, rompiendo mi silencio, ahora que no sé ni lo que soy, ni hacia donde camino, ahora que ya ni cuento mis batallas perdidas y el paso de los días es sólo eso que hace que me claree cada vez más el pelo. Ahora que no sirve de nada empezar a hablar de nuevo.

Quiero engañarme y pensar que permanecemos en tu ciudad, bajo algún adoquín, conservando nuestra esencia en aquel último abrazo. Quiero despertar y pensar que todo ha sido un mal sueño, pero la vida va en un único sentido y no hay forma de rebobinarla ni de borrar todo el daño causado.

Sé que a ti volverán a abrazarte y que yo mientras tanto golpearé una y mil veces en el vacío, tratando de sacar el clavo que nuestra ausencia dejó en mí, sin conseguirlo. Puede que sea verdad que sólo se ama en serio una vez en la vida. Siento que no quedan más balas en mi revólver, ni siquiera para pegarme un tiro.

Aunque todo esto haya detonado en mí con un sonoro "bang".

Bang by George Pan

16 Comentarios:

  1. Nada como el dolor para crear composiciones tan desgarradoras y apasionadas como esta Oski.
    Nada como romper el silencio para que el dolor no se convierta en sufrimiento.
    Me encanta
    Un beso!

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    1. El problema es cuando el silencio ha causado sufrimiento...pero bueno, tarde o temprano habrá que sanar la herida.

      Abrazos.

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  2. La verdad es que romper el silencio no es cosa fácil, pero acaba siendo necesario.
    Al final, por mucho que finjas, no puedes engañarte a ti mismo; aunque, por otro lado, soñar nos mantiene vivos. Es complicado.
    Un abrazo!

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    1. Supongo que el error es haber guardado silencio sin tratar de asumir...y al final los errores se vuelven en contra de uno.

      Salud y abrazos.

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    1. Jajajaja, claso clínico complejo Miguelín. ¡Qué le voy a hacer!

      Un abrazo.

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    2. Era un "que decirte ya..." de que me había molado la narrativa de la entrada, no respecto a que hablase del caso clínico jajaja

      Un abrazo!

      Pd: Espero que la mitad de los casos de la del juntaletras sean ficticios, si no es así es hora de pedir un aumento.

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    3. Jajajajaja, tendré que pedirlo cuanto antes, la situación es dramática ya.

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  4. Cuando sabes que no tienes nada, y que no tienes nada que perder es el momento de ponerse en camino. De sentirte tan vacío como para poder llenarte.
    Cuando no sabes qué quieres y pierdes la esperanza en encontrar algo, tras rezar a San Antonio, siempre aparece lo buscado. La clave está en no obsesionarse en esas balas que no hacen más que aumentar nuestro dolor.
    Quizás septiembre sea el mes del comienzo del año, quizás lo sea también para ti.

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    1. ha sido usted nominado. Vaya mi blog, tiene deberes.

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    2. mil gracias!! me paso ahora por tu blog.

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    3. El otoño en general siempre es un mes de cambios. Habrá que empezar a dejar atrás lo que sólo daña.

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  5. Que dolor más profundo ese que se siente cuando se ama en soledad. Lo has retratado muy bien... ¿Será que un día uno se sana del vacío que nos dejan? todos dicen que sí... yo no he vivido lo suficiente para saberlo. Por ahora todo el futuro es todo ausencias y silencios...

    Espero estés bien. Saludos!

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    1. Supongo que aunque se olviden ciertas cosas siempre hay un momento en que de una forma u otra vuelven, que duelan o no dependerá de si se ha sido capaz de asumir o simplemente has guardado todo en un cajón con llave esperando que pase la tormenta.

      Salud.

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  6. Parafrasearé porque creo que estas líneas resumen básicamente lo que creo que esta entrada expresa:

    "Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió".

    Abrazos patunos

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    1. Yo también creo que es un resumen maravilloso, gracias por compartirlo.

      Abrazos.

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