Esperé sentado junto a tu portal a
que te me pasaras, a que se fueran estas ganas de verte y de volver a
estrellarme contra el blanco de tu sonrisa. Dejé correr el reloj, pero basta
que te sobre el tiempo para que las agujas comiencen a avanzar lentas y fatigosas. Y en esos minutos
que a mí me pareceron horas no salías de mi cabeza.
Es curiosa la nostalgia, te transporta
al recuerdo sólo de los buenos momentos, descartando de un modo irracional todo
lo que pueda causarte dolor. De esta forma, anestesiado por la imagen de lo que
eres en mi cabeza, empecé a echarte terriblemente de menos. Y a necesitarte como un pájaro necesita el viento.
De pronto saliste del portal. Ibas
con prisa, melena al viento, tan guapa como siempre; los labios rojos y ese
taconeo tan característico que podría reconocer a kilómetros de distancia. No
me dio tiempo a desaparecer de tu campo de visión y antes de darme cuenta te
habías detenido de golpe en la calle mirándome a los ojos con la boca abierta,
tal vez preguntándote qué diablos hacia allí sentado, con mi cara de
circunstancia.
Apenas me atreví a pronunciar un
sesgado y bajo "hola" que fue tapado por el sonido de una moto que
aceleraba en la misma calle y frenaba junto a ti.
El conductor te tendió un casco
que te pusiste sin dejar de mirarme. Él también me miró, quizás preguntándose
qué narices hacia un tipo como yo sentado en la acera. Te pusiste el casco,
montaste, te sujetaste a su cintura y aceleró.
El ruido del motor amortiguó mi llanto.
- ¿Quién era ese?
- Ni idea no lo había visto en mi vida.
- Ni idea no lo había visto en mi vida.
Una lágrima cayó por debajo de tu
casco y voló por encima de tu hombro, muriendo en el asfalto. Mientras, ajena a todo, la ciudad, anochecía.
Y yo con ella.
Y yo con ella.
City lights by zifengw
Este relato surge a raíz de otro del mismo título publicado hace unos días en el blog "Lágrimas de sésamo y miel". Blanca me propuso que escribiéramos cada uno una continuación al relato. Yo me he imaginado en la situación y ha salido esto. Os recomiendo su blog, encontraréis textos de gran calidad y muy interesantes, para mí es una visita inexcusable desde hace algunos meses, porque disfruto y porque me hace sentir. Ha sido un verdadero placer escribir esto a raíz de su propuesta.
No podía haber mejor continuación que ésta; me parece excelente. Es un protagonista que conmueve y hacia el cual sientes mucha empatía (posiblemente por eso). Ella, un personaje redondo que se define simplemente con dos gestos: "...la boca abierta" y "... una lágrima".
ResponderEliminarEl final es terriblemente triste, por la lágrima que nos hace pensar que ella todavía lo tiene en mente y la soledad en la que él queda inmerso.
La imagen de la ciudad anocheciendo y él "anocheciendo" al mismo tiempo es muy poética.
En definitiva, muchísimas gracias por haber recogido esta invitación :)
Quina bona idea heu tingut, redéu! D'este final, m'agrada l'aparició d'ella, i més, si també sofreix nostàlgia...
ResponderEliminarLa ciutat fosquejava, i l'alba, crec que també va ser amb Ella (la ciutat? No crec...)hahah
Un beset!
A veces es difícil explicar el pasado, y a falta de buenas palabras, es mejor el silencio. Por desgracia. ¿Cómo explicarle al presente que tu pasado duele tanto?
ResponderEliminarCuídate.
Mismo comienzo, distinto final. Una idea muy buena.
ResponderEliminarMe quedo con: " Y en esos minutos que a mí me pareceron horas no salías de mi cabeza". Es genial la frase!
Me he visto sentada en ese portal... duele...
ResponderEliminarTienes toda la razón con la nostalgia. Tiene memoria selectiva.
ResponderEliminarUff.. triste pero hermoso :)
ResponderEliminarTristeza cargada de belleza a más no poder...
ResponderEliminarPrecioso Óscar
Abrazos! :)
El final es casi un poema, desde luego sabes cómo cerrar un relato.
ResponderEliminarUn abrazo!
Se siente la tristeza cargada por el realismo del relato.
ResponderEliminarAbrazo :)
Te ha quedado muy bueno, el ritmo, la profundidad, el sentimiento...
ResponderEliminarHasta siento que a mi misma se me partió el corazón un poco...
Me parece un texto precioso. Perdona la ausencia, la universidad es lo que tiene, je, je. Aquí estoy de nuevo.
ResponderEliminarMe parece que tienes una capacidad increíble de hacernos revivir lo que escribes, y eso es muy importante. Siempre que te leo, vuelvo a leerte, porque aprendo siempre cosas nuevas, enfoques distintos que me ayudan como persona y como juntaletras (tu término es más acertado que "escritora").
Un abrazo, Óscar!
La belleza de la nostalgia... de lo que pudo haber cambiado y no lo hizo...
ResponderEliminarEl final es tan, tan <3
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